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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

LA ULTIMA CENA

El Banquete de los Dioses Franz Floris De Vriendt

Por: Dr. Alfonso Puiggrós Planas – Departamento de Nutrición – Instituto de los Andes

El efecto de la Ultima Cena, se refiere a la ingestión de un plato de comida que nos gusta, se trate de uno o mas postres o de alguna preparación que nos guste mucho, y entonces comemos un plato grande y repetimos, y luego comemos dulces o postres hasta quedar no solo satisfechos, sino hartos, con una sensación de llenura que a veces dificulta la respiración. Y si esta comida es parte de una invitación, es muy frecuente que el o los oferentes insistan en repetir y llegan hasta ofenderse si no se vuelve uno a servir y volver a comer, como reconociendo la excelencia de lo ofrecido.  Ni qué decir la insistencia de muchas personas, cuando se enteran que uno está a dieta, obligándole a comer, arguyendo que una pequeña cantidad no le va a alterar la dieta. Entonces escuchamos las frases ya conocidas de “¿Cómo, no te sirves mas?, entonces no te ha gustado”, o la otra “¿No vas a repetir? No me vas a despreciar la comida”. “Que te va a hacer, un poquito no te va engordar”. “Tienes que brindar conmigo, si no me ofendes”, y así muchas otras frases que son bien conocidas.

En realidad, si a uno le gusta una preparación, ¿por qué tiene que comer tal cantidad que  al final le impida hasta la respiración? ¿No es lo mismo, si una persona quiere darse el placer de comer aquello que tanto le gusta, ingerir, digamos diez bocados,  y disfrutar el placer de saborearlos, que comer cincuenta bochados como si nunca mas en la vida va a volver a comer lo mismo, como si fuera La Ultima Cena?, con la consecuencia lógica de subir de peso y luego tener que abstenerse de comer lo que a uno tanto le gusta para perder esos kilos demás, que ganó por comer exageradamente.

Por otro lado si una persona está a dieta, está dejando de comer una cantidad equis de calorías, para así lograr que el organismo utilice las grasas acumuladas para producir la energía necesaria para el funcionamiento del mismo, y como éste no sabe conscientemente que está Ud., a dieta voluntariamente, sino que considera, de acuerdo a reflejos ancestrales, que está en una época de carencia de alimentos, y entonces cualquier exceso en la ingestión de éstos, por pequeño que sea, será asimilado con avidez, y esos “poquitos que no te van a hacer nada” serán los responsables que en la balanza el peso aumente. Es por eso, que  a mis pacientes siempre les aconsejo que si no quieren tener ese tipo de tentaciones, nunca digan que están a dieta, sino que están con algún problema gástrico, tipo gastritis o infecciones intestinales o simples colitis, para que los demás no les insistan en comer, ya que a diferencia de las dietas, las enfermedades sí son respetadas por el común de las personas

Por esto, cuando Ud. Encuentre alguna comida que le guste, sírvase moderadamente, y saboree la preparación, en la convicción que no será la última vez que ingiera esta comida, y no piense que será la última vez que la va a comer. Piense que no es La Última Cena

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