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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

LA BATALLA CONTRA LAS GASEOSAS

Antes el tabaco, ahora las bebidas

Por: Antonieta De la Fuente

La batalla que hace años se dio contra los cigarrillos, ahora tiene un nuevo blanco: las gaseosas. Un estudio de Yale y Harvard responsabiliza a las bebidas azucaradas de causar obesidad y propone cargarles un impuesto. Dicen que ello bajaría su consumo y le permitiría al gobierno recaudar al año unos US$ 15 mil millones. El tema es discusión nacional en EE.UU. y la industria reacciona con preocupación. Kelly Brownell, el científico cerebro de la investigación, explica aquí la polémica iniciativa.

La historia se repite. A fines de 1953, los ejecutivos y los relacionadores públicos de las principales compañías tabacaleras de Estados Unidos se reunieron en el hotel Plaza de Nueva York. Preocupados. Los rumores sobre los nocivos efectos del tabaco en la salud -basados en estudios médicos que alertaban de ello- cundían entre la población y la industria necesitaba coordinar urgentemente una estrategia de mercado para enfrentar esta amenaza a su negocio. Cinco décadas más tarde, es la industria de las bebidas de fantasía la que pasa por un trance similar.

Hoy, Coca Cola, Pepsi y todas las compañías de bebidas refrescantes dulces se están transformando en el nuevo blanco de la ciencia. Y muestran inquietud por que se repita con ellas el mismo patrón que se usó en la guerra contra el cigarrillo.

La discusión partió en Estados Unidos, pero promete transformarse en un tema de debate mundial. Todo comenzó hace un mes. Y el dardo lo tiró Kelly Brownell, director del Centro Rudd para Políticas Alimentarias de la Universidad de Yale. En un estudio titulado "La salud pública y los beneficios económicos de gravar las bebidas azucaradas" -publicado en The New England Journal of Medicine, una de las revistas de salud  pública más prestigiosas del mundo-, el experto y un grupo de colegas de la  Universidad de Harvard pusieron sobre la mesa una propuesta que buscar aplicar impuestos a las bebidas que contengan azúcar: las gaseosas, los ice teas, las bebidas energéticas, las isotónicas y los jugos.

En el paper de 7 páginas, los científicos postulan que los refrescos azucarados son uno de los principales causantes de la obesidad, por la alta cantidad de azúcar que contienen: una lata estándar de bebida, por ejemplo, tiene cerca de 140 calorías. Un tema que no es trivial, menos para los norteamericanos. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno Federal, el 64% de la población -182 millones de personas- tiene sobrepeso y el 33% de los adultos es considerado obeso. Y el gobierno estadounidense gasta anualmente US$ 147 mil millones -un 9,1% del gasto total en salud- en programas médicos para enfrentar este problema.

Los científicos de Yale y Harvard postulan un impuesto nacional de 1 % por cada onza de bebida azucarada (29,7 ml). "Así, nuestra propuesta subirá el precio de la botella de dos litros de Coca Coca en más de US$ 0,60", explica Kelly Brownell, en entrevista con Qué Pasa. Con ello, asegura, el gobierno podría generar recursos de hasta US$ 14,9 mil millones sólo en el primer año de aplicación de este impuesto. Dinero que, a su juicio, se podría destinar a programas de prevención de la obesidad.

Si bien la propuesta aún no ingresa a ningún trámite de discusión legal, se ha transformado en tema de debate. De hecho, fue estratégicamente lanzada el mismo día en que el senador de Montana, Max Bacus, hizo público el plan de reforma a la salud pública de Estados Unidos. Y no se descarta que la idea pueda ser incluida allí. El gobierno se ha mostrado a favor de la medida y el propio presidente Obama dijo que la idea de aplicar un impuesto "debía ser explorada".

Además, dos de los científicos que firman el estudio liderado por Brownell trabajan hoy para el Estado: Thomas Frieden, después de participar en la investigación, asumió como director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades del Gobierno Federal, mientras que Thomas Farley es el responsable del Departamento de Sanidad del gobierno de Nueva York. Brownell, por su parte, tambièn tienes redes con ese mundo: por años ha prestado asesorías a miembros del Congreso, gobernadores y organizaciones mundiales de salud.

La industria de bebestibles y alimentos calóricos no se ha quedado de brazos cruzados. Tal como lo hicieron las tabacaleras en los años 50, unieron fuerzas para hacer frente a la pelea que se les viene por delante. Empresas como PepsiCo, The Coca Cola Company, McDonald´s, Red Bull Norteamérica, Sunny Delight Beverages y 7 Eleven crearon la organización Americanos contra los Impuestos sobre la Comida. En su página web se definen como una coalición de "ciudadanos preocupados" que se oponen a las propuestas gubernamentales de incrementar los impuestos sobre la comida y la bebida. Ya lanzaron sus primeros spots publicitarios en televisión en contra del impuesto e incluso compraron un aviso a página completa en el Washington Post.

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