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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

KRAFT Y CADBURY

Los británicos se cabrean por perder Cadbury

Expansión.com - Amparo Polo - Los ingleses están cabreados. Y yo es de las primeras veces que lo noto desde que vivo en Reino Unido. Que Cadbury, la legendaria marca de chocolates con 186 años de historia, deje de ser British les ha tocado la fibra. Tras cinco meses de batalla, Kraft, el grupo estadounidense de alimentación, ha mejorado su oferta y ofrece 11.600 millones de libras por su rival. Una oferta, que el consejo de Cadbury, hasta ayer indignado con la operación, no ha podido rechazar.

 
El presidente de la empresa chocolatera es el único en este país que parece satisfecho con la operación, de la que ha dicho que "es el precio de la globalización".
 
Una descendiente del fundador del grupo, sin embargo, ha comentado que sus antepasados se removerían en sus tumbas "si vieran que la empresa se vendía a un fabricante de quesos.. para hamburguesas". Y el público de la calle no está nada satisfecho. "Estoy muy triste porque ésta es una más de las empresas que han dejado Reino Unido", explicaba a la BBC un joven ejecutivo entrevistado en Londres. "Kraft vete al infierno", decían varias pancartas en la ciudad.
 
En el caso Cadbury se mezclan a la perfección dos síntomas muy británicos. Por un lado, su lado prágmático. La venta de la empresa era inconcebible y atacaba los valores culturales de la compañía hasta que Kraft ha soltado el dinero: un 10% más que su oferta inicial. Y por otro, el fair-play. Los ingleses creen en las reglas del mercado y en que las empresas están para comprarse y venderse y para lograr el máximo beneficio para sus accionistas.
 
En consecuencia, Reino Unido es un mercado transparente y vigoroso, pero se está quedando sin sus joyas de la corona. Bancos, aeropuertos, eléctricas, operadoras de móviles y ahora su adorada empresa de chocolate han pasado a manos extranjeras. (Y ya sabéis de qué nacionalidad son algunos de estos activos, para beneficio de nuestras empresas).
 
La nieta del Sr. Cadbury decía también que "las empresas que vienen del exterior deberían encontrarse aquí con tantos problemas como encuentran nuestras empresas fuera de Reino Unido".
 
¿Se hartarán los ingleses de ver que cualquiera con dinero puede comprar todas sus empresas mientras que en Francia, por ejemplo, es imposible acercarse a ningún grupo empresarial potente, gracias a la custodia que el Estado realiza sobre ellos?
 
¿Con qué modelo económico os quedáis? ¿Con el hermético francés, pero que lucha por sus empresas, o con el transparente de los británicos, que se queda sin grupos nacionales?

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