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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

FERRAN ADRIA Y EL FUTURO

POR LLUÍS RUIZ SOLER El Bulli se integrará en un complejo de arquitectura vanguardista en pleno parque natural con un centro de creatividad, un archivo tecnológicamente único y, en suma, un monumento a la genialidad de su artífice, Ferran Adrià.

Ferran Adrià desveló en un multitudinario acto celebrado el martes en Madrid Fusión los detalles del proceso de metamorfosis por el que El Bulli Restaurant se convertirá en El Bulli Foundation. Manteniendo el inmueble del actual restaurante tal y como está, se construirá en la misma parcela, enclavada en el Parque Natural del Cap de Creus, un edificio de hormigón -donde Adrià y Telefónica desarrollarán un archivo destinado a registrar la historia y las aportaciones culinarias de El Bulli con las técnicas más avanzadas- y otro de cristal: un Idearium que será el centro neurálgico de la fundación y se dedicará a un constante "brainstorming" en torno a la creatividad, no sólo culinaria, sino relacionada con las disciplinas más diversas.
En la misma línea vanguardista, habrá otros pequeños edificios con salas de proyecciones o de reuniones que reproducirán las formas y los colores de un inmenso coral vivo. Se pretende que el proyecto, del que se presentaron planos y maquetas, esté listo antes del verano. El 30 de julio será el último día de El Bulli Restaurant y el 31, el primero de El Bulli Foundation, cuyas obras comenzarán durante el último trimestre de este año.
El Bulli Foundation tiene su principal razón de ser en esa constante tormenta de ideas del Idearium, cuya concreción resulta por el momento un tanto vaga. Sí se anunció que los trabajos desarrollados en él por cocineros, artistas o filósofos se emitirán en tiempo real por un canal específico y que esas imágenes se editarán a diario para engrosar el fondo de la fundación, en el que Adrià y Telefónica pretenden desarrollar las técnicas del archivo del futuro. Más allá de los impactantes aspectos arquitectónicos o tecnológicos, de su esotérico vanguardismo e incluso de las intenciones de sus promotores, el principal efecto a medio plazo de El Bulli Foundation será, sin duda, el de inmortalizar la figura de Ferran Adrià y su obra, en un monumento de inevitable comparación con otro que se ubica no muy lejos de Roses y que está relacionado con el genio y la memoria de otro catalán eterno: el Museo Dalí de Figueres.
Adrià explicó sus objetivos a partir de la evolución de El Bulli, empezando por el proyecto bohemio de sus precursores y siguiendo con sus aportaciones al desarrollo de la restauración vanguardista -limitar drásticamente su calendario de apertura, suprimir la carta y ceñirse al menú degustación, dotarse de un taller de creatividad al margen del día a día del restaurante-, que le ha abocado a una situación empresarialmente insostenible. Adrià vino a decir que, para gastar en un negocio deficitario lo que gana por otros medios, prefiere destinarlo a una fundación. La única forma de seguir avanzando en plena crisis conceptual y empresarial de la cocina de vanguardia era idear algo radicalmente nuevo: de alguna forma, huir hacia adelante.

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