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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

HOMENAJE A TERESA IZQUIERDO

La cocina peruana está de duelo. Una de las más insignes representantes de nuestra gastronomía, la querida Teresa Izquierdo, falleció a los 77 años de edad.

La reconocida cocinera, dueña del gran restaurante El Rincón Que No Conoces, se encontraba internada en Hospital Nacional Edgardo Rebagliati, donde en los últimos días fue sometida hasta a tres operaciones.

Sus restos fueron velados en el Museo de la Nación donde miles de personas que la admiraban y la querían acudieron testimoniar su dolor y reconocimiento.

Tuve la suerte de conocer a Teresa Izquierdo hace mas de 40 años, cuando yo trabajaba con mi hermano en su restaurante, el Tradición en Lince, muy cerca al de ella.

Teresita ya era conocida y respetada en el barrio. Un día fui a hablar con ella - en esa época yo estaba avocado a mejorar - dándole un toque de estilo - al seco de cordero y el chupe de camarones del restaurante Tradición y me dijeron que nadie los hacia como la Tía Teresita, fui a hablar con ella y me dijo literalmente,”gringo, me gusta que vengas, si te doy la receta y mis secretos ya no vas a venir y eso no es bueno” - ella ofrecía su sazón y me aconsejo que nosotros ofreciéramos la nuestra, pero me lo dijo con dulzura y firmeza al mismo tiempo y ese fue el inicio de una larga y coloquial amistad.

En los últimos años no la visite con la frecuencia que habría querido - por razones de tiempo y distancia - pero mi cariño y admiración permanecieron intactos, ya tenia tantos seguidores que quizás no extrañaba a ese joven flaco y despeinado que décadas atrás tenia tanto interés en conocer los secretos de la cocina criolla.

Un día tuve la suerte de que coincidieran en el Restaurante Tradición con otra grande de la gastronomía peruana - Rosita Ríos - tuvimos una conversación larga y sabrosa, de ollas de barro, del amor por los fogones, comentamos y degustamos el “apanado” que habíamos desarrollado y que lo ofrecíamos junto con tacu tacu, montado, con huevo y plátano frito y que era plato estrella del restaurante.

Recuerdo que como fondo musical Lorenzo Humberto Sotomayor nos dedicaba su nueva composición “Corazón” fue una tertulia, grata, de amigos, de gente que disfrutaba con el tesoro de nuestra cocina, sin duda estas dos queridas mujeres estaban poniendo los cimientos de los que es hoy una hermosa realidad.

Querida Teresa, te quiero y en el Instituto de los Andes te vamos a extrañar por siempre, que Dios te bendiga. 

Ing. Jaime Ariansen Céspedes

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