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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

LOS BROWNIES

Para adictos al chocolate, una receta irresistible

Marie-José Martin Delic Karavelic

'El chocolate excelente para que cause placer cuatro cosas debe ser: espeso, dulce, caliente, y de manos de mujer'

"El chocolate excelente para que cause placer cuatro cosas debe ser: espeso, dulce, caliente, y de manos de mujer"

Chocolistos, a sus delantales, que hoy toca una maravilla made in USA, a la medida de su pasión/adicción. Son los irresistibles, mullidos y adictivos brownies, hoy propuestos para más inri, en amor y compañía de aromáticos plátanos y nueces.

Ese invento de la repostería estadounidense decimonovena, se confeccionaba antaño con melazas, de ahí su característica cromática oscura, mullida textura y apodo de "brownie", más tarde reforzado por un ingente aporte cacaotero. El resultado fue un postre de consistencia cercana al "funge", aunque menos denso. Hito reposteril del país de Mickey, generalmente se ofrecen en diminutos cuadraditos de unos premeditados 3cm de altura, hecho intensificando su extraordinario sabor.

En Fogon's los proponemos de la manera siguiente y a hasta la fecha, sin reclamación ni protesta del personal felizmente afectado: empezad por precalentar su horno a 200º. Pelar, laminar y distribuir tres plátanos maduros en un molde cuadrado, esparcir a discreción unas nueces caramelizadas y reservar.

En el vaso de la batidora, triturar 100 gr. de azúcar blanco en polvo con un sobrecito de azúcar avainillado, 3 huevos enteros, 50 gr. de harina fina y una cucharada de nata espesa. Reservar.

Fundir al baño maría 200 gr. de chocolate (70% de cacao), añadir 75 gr. de mantequilla salada, verter en la batidora, sobre la masa de brownie reservada. Triturar de nuevo perfectamente, distribuir sobre el molde y cocer 1/2 horita a 180º. Cuando la superficie empieza a hojaldrase, la cocción está terminada. Dejar entibiar en el horno, sacar 1/2 hora después.

Decorado: en una cacerola pequeña, fundir a fuego manso una cucharada de leche desnatada con 50 gr de mantequilla, incorporar 100 gr. de azúcar glasé con 3 cucharadas soperas de cacao en polvo amargo, hasta que se espese. Cubrir con esa mezcla la superficie del brownie con una espátula. Dejar secar. El resultado obtenido será una capa brillante, de un marrón profundo de lo más apetitoso. Mojar la hoja de un cuchillo afilado, cortar en pequeños cuadraditos y decorarlo esa bomba calorífera a su antojo.

Ese delicado, genial e hipercalórico postre suele provocar bastante sed, por tanto regarlo con abundante té, café o simplemente, agua muy fresca. Servir en platitos individuales, sobre impolutos encajes de papel. !Hiper bueno!

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