Arqueólogos peruanos hallaron la tumba de un alto gobernante de la cultura Sicán, con restos humanos de más de 1.100 años de antigüedad en un centro ceremonial arqueológico de la región norteña Lambayeque, informó el investigador Carlos Elera.

"Lo que hemos hallado es la tumba de un antiguo noble sentado en una litera, con máscara, corona y un serie de objetos de oro y plata que hablan de su alto nivel", dijo a la AFP Elera desde la ciudad de Chiclayo (norte).

Todos los descendientes de los linajes más importantes de las culturas asentadas en Lambayeque eran trasladados en literas o andas, práctica que fue prohibida con la llegada de los españoles en el siglo XVI, explicó el estudioso.

La tumba fue hallada hace dos semanas en el centro ceremonial ’Las Ventanas’, ubicado dentro del área del santuario histórico Bosque de Pómac en el departamento de Lambayeque (a unos 800 km. al norte de Lima).

"Este personaje se encontraba enterrado en una esquina del templo donde se levanta el volumen piramidal del santuario, mirando al suroeste", explicó el arqueólogo.

Junto con la tumba en perfecto estado del personaje, se hallaron una corona de cobre dorado y una máscara de ojos alados con imágenes de jaguares.

Elera, director del proyecto Arqueológico Sicán, señaló que "el hallazgo tiene gran importancia" porque la tumba se encuentra muy ligada al inicio de la construcción de la gran pirámide conocida como ’Las Ventanas’.

Según el arqueólogo, este nuevo descubrimiento permitirá también conocer las estructuras sociopolíticas de la cultura Sicán y hará posible saber cómo funcionaban los templos-mausoleo en relación con los núcleos poblacionales adscritos a cada uno de los enormes monumentos.

Esta civilización rendía culto al Señor de Sicán, el personaje de la cultura religiosa más prestigioso del norte de Perú durante 600 años.

La cultura Sicán surgió alrededor de los años 700 a 750 d.C. y se mantuvo vigente hasta 1375, registrándose como su etapa de apogeo entre los años 900 y 1100.

En esa etapa de 200 años existieron unos siete a ocho "señores de Sicán", que representaban en la tierra el poder celestial, al que describían físicamente con máscara de ojos alados y orejas en punta.