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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

EL DIARIO DE INES MUÑOZ - CAP: 44

1575 - 25 de Octubre. Muere el primer arzobispo del Perú, Jerónimo de Loayza, buen amigo de Inés Muñoz. Este clérigo extremeño, había nacido en Trujillo (Cáceres) en 1498 y era hijo de Alvaro de Loayza Carvajal y Ana González de Paredes. El futuro fraile iniciaba sus estudios en 1521 en el convento dominico de San Pablo de Córdoba (España) y terminaba sus estudios en el convento de San Gregorio en Valladolid. Posteriormente volvía a Córdoba y sería lector de Arte y Teología y desempeñó otros cargos en varios conventos de la Orden.

Después de este periplo conventual, escogió el camino misional del Nuevo Mundo y llegaba a Cartagena de Indias (Colombia) en 1529, donde después de dos años, regresaba enfermo a España. Repuesto de su dolencia, en 1538 volvió nuevamente a Cartagena como obispo de aquella diócesis, dándose a la tarea de fundar el convento de su Orden al mismo tiempo que promovía la construcción de la catedral de aquella diócesis colombiana.

Como su hermano fray Juan García Loaysa era arzobispo de Sevilla, general de los dominicos y presidente del Consejo de Indias, fray Jerónimo estaba suficientemente apadrinado como para llegar cinco años después hasta el Perú y tomara posesión del obispado de Lima , y como aquella capital también carecía de infraestructura y organización religiosa, lo antes posible se dieron comienzo a las obras de la catedral, auspiciadas por el obispo y financiadas con el patrimonio que había dejado Francisco Pizarro a su hija, con limosnas que contribuían los ricos “peruleros” y algunas prebendas más que la Corona proveía.

El 16 de noviembre de 1547, la diócesis de Lima se elevaba a archidiócesis y fray Jerónimo se convertía en el primer arzobispo de Lima, recibiendo bula y palio el 9 de septiembre de 1548. Pero un par de años antes, y como era preceptivo en aquellos tiempos, además de cuidar las almas de sus feligreses, también atendía a mediar, o tratar, de componer las disputas y quimeras de sus revoltosos fieles.

La Iglesia peruana, concretamente, tuvo que amoldarse a las circunstancias que vivió el país durante sus primeros cuarenta años de dominación española. Esos años de incertidumbre, traiciones y venganzas que sañudamente se desataron y abiertamente protagonizaron los conquistadores en su afán de dominio, que añadido al escándalo de su codicioso comportamiento rebasaron los límites de lo ético Prácticamente el desconcierto social duró hasta 1569, que es cuando se produce la llegada del virrey don Francisco de Toledo, que aunque no pudo cortar de raíz todos los males, por lo menos puso orden en las reminiscencias de enfrentamientos que aún existían entre los españoles.

Si fue denostado por los limeños ricos, por aquel reparto de encomiendas que le encargara La Gasca, los indígenas y los menos favorecidos que pululaban por Lima, siempre encontraron en el arzobispo, o en sus instituciones, remedio y consuelo a sus necesidades. Fray Jerónimo de Loayza, moría en Lima el 25 de octubre de 1575 en una cama del hospital que construyó para los pobres, siendo sepultado en la Iglesia del hospital, donde después de dos siglos sería trasladado a la Catedral de Lima en cuya cripta reposan sus restos. Actualmente, un importante hospital de Lima lleva su nombre.

 

Antonio de Ribera

1575 - 10 de Noviembre. Real Despojo. Maria de Chávez, la joven viuda de Antonio de Ribera el Mozo, hijo de Antonio de Ribera y de Inés Muñoz, - quien fuera cuñada de Francisco Pizarro y tutora de sus hijos mestizos, - reclama las encomiendas que ha heredado y que han sido confiscadas por las autoridades, primero ante la Real Audiencia de la ciudad de Los Reyes y posteriormente ante el Consejo de las Indias, después de largas injusticias del poder judicial - cuando no - Inés Muñoz y su nuera María de Chávez son despojadas oficialmente de sus bienes, al declarar la autoridad que la joven Maria no había probado satisfactoriamente sus derechos de sucesión. Inés mitiga su desilusión en los muros de su convento donde ha podido salvar una parte de su patrimonio.

1575. Fallece doña Inés Huaylas Yupanqui, es asistida con devoción familiar por Inés Muñoz, han pasado juntas mil peripecias durante 40 años, se han respetado, se han querido.

Inés Huaylas Yupanqui o Quispe Sisa, fue una princesa inca, hermana de Huascar y Atahualpa, primera esposa de Francisco Pizarro y personaje destacado en la Conquista del Perú.

Doña Inés era hija de Huayna Cápac y de Contarguacho, quién a su vez, era hija de Pomapacha, noble curaca de Ananguaylas. Contarguacho era una de las esposas secundarias del Inca. Criada en la corte del Inca, a la muerte del Inca, regresó junto a su madre al pueblo de Tocash en Huaylas.

Contaba 18 años cuando fue llevada a Cajamarca, donde estaba prisionero Atahualpa, éste se la dio a Pizarro, para congraciarse con él y ver si así obtenía su libertad.

El viejo conquistador, llamaba Pizpita a la muchacha, quien se sentaba a la mesa con los conquistadores y era presentada como su esposa. Fruto de su matrimonio (por el rito inca), nació en diciembre de 1534, en Jauja, su hija primogénita Francisca Pizarro Yupanqui. A finales el año siguiente, Inés tuvo otro hijo, Gonzalo, que murió muy joven, en 1544.

Estos dos hijos fueron reconocidos como legítimos por Real Cédula, dada en Monzón, (Huesca), el 12 de octubre de 1537, por parte del rey Carlos I.

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