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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

EL GAZPACHO

 

Andalucía es una tierra que desde la reconquista a los árabes hasta casi nuestros días estuvo parcelada en latifundios, este estado económico y social hizo que en el campo existieran casi  dos únicas clases sociales, una gran masa de trabajadores pobres y una pequeña porción de familias  ricas que tras siglos de explotación de una mano de obra barata y de casamientos por intereses mercantiles mantuvieron, como congelada en la historia, un estatus de señores feudales.  

Esta tierra, Andalucía, es extremadamente rica en recursos, tanto mineros, se habla en la Biblia de que el templo de Salomón fue revestido de cedro del Líbano y plata de Tarsis ( Región que en la antigüedad estaba situada en la zona de Huelva y Sevilla ), como agrícola, en la época de la dominación romana era llamada el granero de Roma. Efectivamente, el valle del río Guadalquivir, principal arteria fluvial de ésta región, es muy fértil por los limos depositados por las crecidas del río y también por un clima de inviernos de temperaturas suaves y veranos tórridos.  

Tras ochocientos años de dominación árabe el andaluz está influenciado por una filosofía de vida y una forma de ser que choca con el resto de las comunidades que componen el país y hasta su alimento, como todo componente cultural, está inspirado por ésta forma de vida.

La dieta es puramente Mediterránea, aprovechando con mucha fantasía los recursos naturales, predominando en la base alimenticia las hortalizas, el aceite de oliva  y el pescado.   Al gazpacho, palabra que significa rebujo de cosas, se le puede encuadrar dentro de las sopas frías y es un alimento con un gran poder energético, muy sano y que durante mucho tiempo fue el alimento base de muchas familias.   Hay tantas formas de hacer el gazpacho como provincias tiene esta región, aquí intentaremos poner algunas recetas para saborear uno de los alimentos más ricos y nutritivos que existen.

 

SEVILLA

INGREDIENTES

1 pimiento

1 vaso de aceite

1 pepino

1 dientes de ajo

1 bollo o un pan mediano del día anterior sin corteza.

1 Kg. de tomates

3 cucharadas de vinagre

Opcionalmente un huevo duro.

PREPARACIÓN

En un almirez se machacan los  dientes de ajo con dos cucharadas de sal y a continuación el pimiento y un trocito de pepino y por último el tomate cortado y sin piel. Bien machacado todo se agrega el aceite poco a poco y sin dejar de machacar.

Se echa por último el vinagre, se aclara con medio litro de agua y, ya en la sopera, se le agrega el pan que previamente fue remojado en agua, removiendo todo hasta que que la mezcla sea homogénea.

El resto del pepino y el huevo duro se le agrega muy picado, se conserva todo en el frigorífico o se le añaden unos cubitos de hielo y se sirve frío.

También y por economía de tiempo se pueden poner todos los componentes en un recipiente de boca no muy ancha y se baten con la batidora hasta que todo esté bien molido. Esta otra forma de hacerlo se puede servir sin añadir el agua y entonces se llama salmorejo, si se sirve así se le puede añadir unos trocitos de jamón muy picado.

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