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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

XIMENA Y LA PINOT NOIR

Conozca a la peruana que seducida por la pinot noir creó su propio vino en EE.UU.

Ximena Orrego es la madre del Atticus Vineyard Pinot Noir un vino que ha sido gestado en la lejana Oregon

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(Foto: Archivo personal)

CARLOS DE PIÉROLA

Desde el condado de Yamhill, en Oregon (noroeste de Estados Unidos), Ximena Orrego se pregunta cómo maridará su Atticus Vineyard Pinot Noir con un norteñísimo seco de cabrito.

Ella vive en el tercer estado productor de vino de EE.UU. (después de California y Washington), pero nació en el Perú y ha pasado gran parte de su vida fuera de nuestro país: vivió en varias ciudades de Latinoamérica, estudió en Canadá y finalmente se fue a vivir a EE.UU., donde se casó con Guy Insley, quien había pasado un año en Burdeos (Francia), como estudiante, y había pensado dedicarse a la vitivinicultura. Juntos empezaron a soñar con el viñedo propio.

Cuando la familia empezó a crecer, la pareja decidió transformar su sueño en realidad (consideraron, además, que era ideal que sus hijos se criaran en un ambiente sano y seguro, en el campo).

Vivían en Florida y empezaron a visitar regiones vitivinícolas, hasta que en la primavera del 2004 probaron su primer pinot noir en Oregon y quedaron fascinados. Volvieron para la vendimia, en octubre, y la experiencia selló su destino: se enamoraron de Willamette Valley y consideraron la posibilidad de vivir en un lugar tan idílico. Terminadas las vacaciones se asociaron a otra pareja y compraron un viñedo, donde empezó la aventura. Había nacido Atticus Wine.

LA CEPA Y LA LECHUZA
Para Ximena, la pinot noir es la culpable de todo. Es la variedad de uva que los sedujo y los llevó a Oregon a fundar Atticus Wine, un nombre que ya habían elegido antes de entrar en el negocio. Se inspiraron en Atticus Finch, el personaje principal de “To Kill a Mockingbird” (un clásico de la literatura estadounidense, que Harper Lee publicó en 1960), pero también en Ática, región cercana a Atenas, donde Atenea, la diosa de la sabiduría, ejercía su poder y cuyo símbolo es la lechuza, que aparece en las etiquetas de sus botellas.

En Atticus Wine Ximena es responsable de la producción del vino –sus socios, Niall y Freda Porter, se encargan del márketing y las ventas a Florida; su esposo Guy ve la parte financiera y el manejo del viñedo. En el 2007 dejó su trabajo corporativo por 18 meses y se dedicó de lleno a Atticus; estudió enología e hizo pasantías durante la vendimia en otras bodegas. Su mentor es el reputado enólogo Scott Schull.

En el futuro piensa trabajar con otras variedades, pero su enfoque actual está en pinot noir. Hoy producen 8.500 botellas anuales y vaticinan que cuando lleguen a las 24.000 construirán su propia bodega. Eso, tal vez, en 6 u 8 años.

Sus vinos también se venden por Internet a otros mercados de Estados Unidos, país donde quieren consolidarse para después exportar a Canadá y algunos mercados latinoamericanos como el Perú, por supuesto.

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