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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

EL CAFÉ, BENDITA BEBIDA

Bendita bebida, infusión de magia. Mi afición por el café cae en el culto, dudé en escribir sobre el café porque sentía que era como publicar una carta de amor, cursi. Sin embargo pocas bebidas tienen tanta historia y tanto poder como el café. El mito del descubrimiento del café tiene algo de milagroso y algo de maligno. Se dice que un devoto pastor etíope llevaba a pastar a sus cabras fervientemente día tras día, hasta un día en que tras varias horas de no encontrar a sus cabras (se le fueron las cabras), las encontró vueltas locas masticando una frutilla del color del corazón, él un tanto curioso por el extraño comportamiento de las cabras y un tanto encantado por el color de tan extraña fruta que decidió probarla, descubriendo así el café. El relato tiene algo de bíblico y algo de maligno, como jardín del edén.

A partir de este momento se puede contar la historia del café como la historia de la humanidad, originario de África el café migró a Medio Oriente, ahí se hizo bebida de pecadores y magos, pero seducidos por su aroma, jeques y sultanes hicieron que el Sharia omitiera en sus reglas la bendita droga. De ahí el café invadió junto con los ejércitos árabes Europa occidental, atrapando sobretodo a los italianos que inventaron una forma de preparación que le quita lo maligno y deja lo más bondadoso del café, el espresso, una bebida fuerte de gran aroma pero con muy poca cafeína, servida en taza pequeña para evitar que usted quiera arruinarla agregando agua. Mi favorito.

Calificada como “bebida de musulmanes” el café tardó en encantar al europeo pero sería su mayor consumidor y su mayor defensor. Cafeterías abrieron por toda Europa, remplazando a los bares y al vino. El café le quitó lo alcohólico a Europa. Las cafeterías desde entonces y hasta el momento han sido sitio de gestación de movimientos literarios, revolucionarios y políticos. El café como bebida social, como bebida intelectual, como oscura bebida que aclara la mente, el café como símbolo de cambio y revolución.

Y de la misma manera que llegó a Europa mediante invasiones, el café llegó a nuestras sagradas tierras latinoamericanas, aquí encontró su mejor tierra de cultivo y se perfeccionó creando los mejores granos de café del mundo entero; el café chiapaneco y colombiano son valorados (por mi) como de los mejores. A pesadumbre propia hoy los latinoamericanos tomamos muy poco café, un europeo de a pie como usted y como yo, acostumbra tomar alrededor de 8kg de café al año mientras que nosotros mexicanos no alcanzamos el primer kilo.

Beba café, beba historia.Por Pablo Daniel G Cortés @plasticgallery

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