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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

REBELIÓN CONTRA LA GUÍA MICHELIN

Varios cocineros de renombre opinan que la ‘Biblia' de la gastronomía está alejada de los gustos de los clientes y se deja llevar por intereses comerciales.

El mundo de los fogones está que arde. Un grupo de chefs va a lanzar un duro ataque contra la Guía Michelin en el próximo número de la revista Waitrose Food Ilustrated, que edita una empresa británica de supermercados. Los cocineros Marco Pierre White, Yves Camdeborde y Toshiya Kadowaki acusan a la Biblia de la restauración de dejarse llevar por intereses comerciales y de alejarse de los gustos de los comensales.

La respuesta de los responsables de la Guía Michelin no ha esperado a la publicación de la revista, cuyo contenido ha sido adelantado a la prensa. Jean-Luc Naret, director de la Guía Michelin, declaró al diario británico Evening Standard que "hay que dejar que los lectores juzguen. Si siguen comprando la guía, seguiremos felices".

Entre el rencor y el desinterés - La Guía Michelin, que tiene 108 años de edad y se dedica a clasificar la calidad de restaurantes de todo el mundo, vende alrededor de un millón de ejemplares anuales. Con este respaldo popular, Naret se atreve a lanzar una puya a sus críticos: "Algunos de estos chefs nunca han recibido la distinción de estar en la guía, así que quizás existe cierto rencor. Y otros no están interesados en las guías Michelin. En cualquier caso, lo que dicen no es verdad".

El líder de los rebeldes es Marco Pierre White, que llegó a tener tres estrellas Michelin (máxima distinción), pero renunció a ellas en 1999. Es dueño de restaurantes londinenses como el Belvedere. A su juicio, los criterios de la guía son comerciales e inconsistentes. "Hay al menos cincuenta restaurantes en Londres tan buenos como los dos estrellas Michelin de Nueva York (donde hay 6 establecimientos con 2 estrellas), pero sólo diez tienen esta clasificación".

Yves Cambeborde asegura que su restaurante Le Comptoir, de París, tiene una lista de espera de doce meses, "pero no interesa a la Guía Michelin. Es un bistrot informal especializado en comida regional, lo que no encaja en sus clasificaciones. Quienes pierden con esto son los lectores de la Guía".

El japonés Toshiya Kadowaki ha pedido que su restaurante de Tokio no sea valorado por los críticos de la Guía Michelin. "¿Quiénes son ellos para juzgar mi comida y decidir si merezco una, dos, tres estrellas o ninguna?". Fuente: expansión.com

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