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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

PAPAS NATIVAS

Por Marienella Ortiz Ramírez

Cuando aquella mañana fueron a buscar a Pedro de la Cruz Ramírez para pedirle una papa de pulpa morada, un recuerdo vino a la cabeza de este productor de las alturas de Huánuco. Vio a su madre colocando rodajas de un colorido tubérculo en su frente para bajarle la fiebre. Nunca pensó que esa papa añil tenía un precio monetario. Luego de rescatarla del olvido, su sorpresa fue mayor cuando recibió S/.3 por kilo, cinco veces más del valor de una papa blanca.

Ello viene ocurriendo con algunas de las papas nativas que antes eran del exclusivo autoconsumo entre sus productores. Aquellas de pulpas rojas y moradas -conocidas por sus cualidades antioxidantes- o de un amarillo intenso con formas irregulares ya no son más ignoradas por el circuito comercial. Ahora estas papas se aprecian por sus sabores y colores intensos, debido a que se cultivan entre los 3.000 y 4.200 m.s.n.m.

Esas papas tienen hoy un piso de S/.1,5 el kilo. Se pueden consumir frescas o en forma de snack, y sirven para la elaboración de cremas cosméticas.

Según información oficial del Ministerio de Agricultura, se cultivan 65.000 hectáreas de papas nativas. Sin embargo, Celfia Obregón, quien es presidenta de la ONG Aders-Perú, resalta que menos del 20% del total producido tiene demanda fuera de las comunidades que las producen. La mayoría de variedades que capta el interés de la industria ya está posicionada, como, por ejemplo, la tradicional papa amarilla.

La primera iniciativa fue T’ika Papa en el 2004. Marco Velásquez, gerente general de A&L Biodiversidad Altoandina, dueña de esa marca, recuerda que en un inicio no fue fácil organizar a los productores y lograr la atención de los consumidores. Hoy las cosas caminan mucho mejor.

El mayor arrastre lo acaba de dar la industria. Este año, Frito Lay, una de las transnacionales más grandes del mundo en el rubro, y el grupo Gloria lanzaron los snack de papas nativas fritas.

"Si bien T’ika Papa se comió un poco el pleito, el punto de quiebre fue este año con el ingreso de la papa nativa a la industria, la que va a demandar grandes volúmenes", resalta entusiasta Mario Sevilla, gerente general de la ONG Capac Perú.

No obstante, la reciente demanda de papa nativa para snacks no tiene aún una oferta suficiente. Sevilla calcula que las papas nativas usadas por la industria llegan a 500 toneladas anuales, pero el requerimiento es mayor. Solo en papa blanca, no considerada como producto nativo, Frito Lay compra anualmente 16.500 toneladas en el Perú para sus snacks.

Las mesas de los principales restaurantes también están deseosas por ofrecer estas papas nativas. "La gente se queda fascinada. Uno saca estas causas de colores y te preguntan cómo fueron teñidas", refiere Oscar Bustamante, propietario del restaurante Mi Causa. Lamentablemente, su oferta no puede ser regular.

Los dos principales problemas que frenan este ’boom’ de papas nativas son la falta de su registro oficial y la ausencia de un mayor volumen de semillas, refiere Obregón.

En respuesta, el Ministerio de Agricultura acaba de publicar un decreto para exonerar al Instituto Nacional de Innovación Agraria del pago para la inscripción de variedades nativas en el registro denominado cultivares comerciales. Esta es una medida de protección de las papas nativas para su comercialización. La tarea de este registro es ardua, pues existen unas 3.500 variedades.

La expectativa es que con esta herramienta en los próximos años se triplique o cuadriplique la producción local destinada a la industria.

La cifra:
-8 toneladas por hectárea, en promedio, es la productividad de las papas nativas. En el caso de las papas blancas la productividad llega a 20 toneladas. La expectativa es mejorar las semillas de las papas nativas. (El Comercio)

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