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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

BOLZANO, UNA GASTRONOMIA TIROLESA

Mientras el tren avanza, el panorama cambia radicalmente, las laderas van quedando atrás y las montañas invaden la ventanilla: el Alto Adigio se impone en el paisaje. Situado al norte de Italia, esta provincia dista de la típica postal del país que se suele tener en mente.

A Bolzano, su capital, la atraviesan dos ríos el Isarco y el Talver; y la rodean diferentes cadenas montañosas- las Dolomitas, San Genesio y el Altiplano del Renon. En este geométrico horizonte se dibuja una ciudad única, que escapa de los apuros y el desorden del mundo actual.

La historia de la región justifica por qué mientras se recorre Bolzano se cree estar en Austria o Alemania más que en Italia. Esta localidad no se consideró territorio italiano hasta la finalización de la Primer Guerra Mundial.

A lo largo del siglo XIX pasó del gobierno de Bavaria al de Austria, fue parte del imperio napoleónico para volver a pertenecer a Austria hasta que finalmente se anexó a la bandera tricolor. Es así que en Bolzano se enredan diferentes culturas en lo histórico y cotidiano. De hecho, alemán e italiano son los idiomas oficiales del Alto Adige.

Sus pasos

El centro histórico de Bozen es pequeño, recorrerlo es fácil como placentero. Sus calles adoquinadas poseen una prolijidad de cuento. En la arquitectura, se mezclan construcciones de última generación como el Museo de Arte Moderno y los puentes curvos que lo enmarcan, con las inconfundibles cúpulas de aguja y gota propias del norte.
 
Sin duda, es el Duomo una de las edificaciones más emblemáticas de la urbe donde se combinan acertadamente el estilo gótico y romántico. Enaltecen la construcción su techo de mosaicos verdes y amarillos.

Los puntos más importantes de la ciudad se concentran en un radio reducido, mediodía puede llevar caminarlos. Detrás de la Catedral se encuentra la Chiesa dei Domenicani, este templo posee pinturas de la Escuela de Giotto como uno de sus mayores atractivos.

Via Goethe nos conduce a la piazza delle Erbe donde diariamente se lleva a cabo el mercado de frutas y verduras, un estallido de color que no se puede pasar por alto. Desde aquí se accede a Via Portici, cuyos pintorescos arcos albergan las grandes tiendas, y desemboca en la piazza Municipio.

En el extremo opuesto de la calle se sitúa el museo Arqueológico del Alto Adige que alberga a Ötzi, el cuerpo momificado de un cazador que con más de 5.300 años de antigüedad se considera la momia humana más antigua del mundo.

Debido a las bajas temperaturas de la región el cuerpo se mantuvo en condiciones hasta que, por casualidad, dos alpinistas que recorrían el valle de Ötz lo encontraron. En el museo, también se exponen sus herramientas y la historia de su hallazgo.

Si se cruza el puente Talver se llega a la controvertida piazza della Vittoria, construida por el arquitecto personal de Benito Mussolini, -Marcello Piacentini- y ubicada en el barrio italiano de Bolzano, es escenario de las movilizaciones que se llevan a cabo en la ciudad. Del lado Este se ubica Gries, un barrio residencial donde las casas se mezclan y dividen por viñedos, recorrerlo en bicicleta- medio de transporte popular en Bolzano- es sumamente recomendable.

Costumbres y sabor

Los sábados por la mañana en las inmediaciones de la plaza se desarrolla un importante mercado, una oportunidad para disfrutar de la cotidianidad del lugar y observar cómo se enlazan Italia y Alemania.

Los productores que habitan en las montañas descienden semana a semana para comercializar los frutos de sus tierras: fiambres, quesos y conservas se exponen en los stands. El mediodía de los sábados, también es una buena ocasión para disfrutar de un aperitivo, costumbre inconfundiblemente italiana o la popular bollería de la región.

La cocina propia de Bolzano es tirolesa, en el centro histórico los puestos de bratwurst- salchichas alemanas- son una tentación. Un sitio representativo de esta cocina es el Campil, autóctono y lleno de sabor.
 
Este restaurante se encuentra especialmente preparado para el frío, durante el invierno sus mesas exteriores son, justamente, el interior de enormes barriles acondicionados para no sucumbir a los grados bajo cero. Josefina Cornejo Stewart - Especial para Turismo - Los Andes - arg.

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