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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

DELICIAS NAVIDEÑAS

Los campanilleros cortan el frío de las calles con su música
Por: JOSÉ A. GARCÍA-MÁRQUEZ | VILCHES - JAEN - ESPAÑA
En la comarca del Condado persisten aún usos, costumbres y tradiciones navideñas que evocan ese sabor popular que nunca diluirá el paso del tiempo. En Vilches, cuando despuntan los primeros rigores de diciembre, los coros de Campanilleros recorren una a una las calles del pueblo para cortar con su música las frías noches y anunciar la Navidad.
Los Campanilleros interpretan los aguilandos, autóctonos cantes navideños de la tierra, sobre los que no existe historia exacta acerca de su origen, y que a lo largo de los siglos se han ido transmitiendo por vía oral de generación en generación. «La flor de la adelfa es / la más bonita del río, / y tu eres la más bonita / que de madre ha nacío», arranca el cantaor que encuentra la respuesta de un coro con almireces, cántaros o rejas de arado.
Pero como no sólo de música vive el hombre, la gastronomía de la comarca toma un protagonismo lleno de matices autóctonos y peculiares cuando llega la fiesta navideña. Así en Montizón, en donde renacen los intentos por recuperar La Pastorela, una representación de la Adoración de los Reyes y Pastores al Niño Dios con ofrendas, cantes y bailes, se hacen los denominados ’protestantes’, roscos de vino cocidos al horno y aderezados con canela, cáscara de naranja y azúcar. Dicen en el pueblo que el nombre le viene por lo populares que son estos dulces entre el elevado número de personas del municipio que profesan la religión evangélica.
El ajopringue es un plato de culto en Sorihuela, Castellar y Santisteban del Puerto, si bien en esta localidad tiene ciertas variantes y recibe el nombre de ajopuerco. Se come en la primera noche de matanza, aunque hay familias que elaboran cantidades suficientes para ofrecerlo en días de Navidad. Este jugoso plato, íntimamente ligado a la cultura, crianza y matanza del cerdo, tiene por ingredientes hígado de cerdo, asadura, tocino blanco, miga de pan, cebolla, pimienta, canela, clavo, sal y orégano. En Castellar compite con los galianos (harina de trigo, tomates, pimientos, ajo, sal y conejo o chorizo), plato unido al día de Reyes, pues los pastores que participaban en la cabalgata los cocinaban y repartían en la plaza principal. Hoy el plato se prepara en la intimidad de la cocina familiar.
Arquillos
Por último, en el municipio de Arquillos se elabora un dulce artesanal, el pericón, que anuncia otro sabor a Navidad. El pericón se viene haciendo desde 1860 en un taller artesanal que ahora dirige Celestino Martínez. Estos dulces blancos llamados pericones, adquiridos con avidez en toda la comarca, se fabrican a base de una yema de huevo entera y tres cuartas partes de clara. Se meten en el horno y alcanzado el punto de cocción se le agrega el cuarto de clara restante y también azúcar. El dulce regresa al horno hasta secar el baño exterior. IDEAL.ES

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