La controversial historia de la pasta
¿Fue acaso Marco Polo de regreso de uno de sus viajes a China quien llevó la pasta a Italia en 1295? Decididamente no, ya que en su libro, “Las maravillas del mundo” se menciona que “hay árboles muy gruesos y muy grandes, que tienen la corteza muy delgada, dentro de ellos están llenos de harina con la que se hace pan y manjares como los que hacemos con la harina de trigo, y se hacen lasañas que son muy buenas y comí muchas veces”. Pero al contrario de la creencia, Marco Polo nunca mencionó a los spaghettis como tales -cuya procedencia se le atribuían a sus viajes desde China- en su libro.
Las pastas ya se conocían en Italia hacia tiempo. Cerca de Roma se produjo el hallazgo de un cortador de pastas y rodillo en un bajo relieve de una tumba etrusca del siglo III AC. Cicerón era amante de las pastas, y fue durante su reinado que se inventó una máquina para estirar la pasta y así poder elaborarla en forma de láminas anchas y chatas que los romanos llamaron “lasaña”, similares las que se conocen en la actualidad. Gracias a Platina, un bibliotecario del Vaticano del siglo XII, se supo que ya en esa época los napolitanos y genoveses comían macarrones con queso diariamente. Asimismo, un marino del siglo XIII escribió en su libro “Olla Cocinera” que existía la constumbre de comer tiras de lasaña en caldos enriquecidos con carnes y verduras. En tanto, en la mitad del siglo XVI, la epicúrea Catalina de Médici al casarse con Enrique, duque de Orleans, quien luego sería Enrique II rey de Francia, llevó a la corte francesa sus inmejorables cocineros italianos quienes introdujeron la pasta al menú galo.
Se devela el origen
Fueron los árabes en la isla de Sicilia, durante los siglos XI y XII, mucho antes del nacimiento de Marco Polo, quienes introdujeron la pasta seca en Italia. Constían en fideos delgados y secos llamados itrya. Se dice que los árabes tomaron esta idea de las tribus nómades de Medio Oriente ya que eran fáciles de cocinar y transportar. Fueron ellos mismos quienes la llevaron a España durante la dominación musulmana apareciendo en manuscritos con el nombre de fideos. Asimismo, cuando los griegos fundaron Nápoles, adoptaron el plato que hacían los nativos, una pasta a base de harina de cebada y agua a la que llamaron “makaria” que, con el paso de los años, derivaría en la palabra macarrón.
Por su parte, arqueólogos chinos han descubierto evidencias de que la pasta fue inventada por ellos y no por los italianos, ya que hayaron tallarines dentro una vasija de barro de 4000 años presuntamente enterrada durante terremoto con una posterior inundación, a orillas del río Amarillo, en la ciudad de Lajia. También existen registros de tallarines producidos en el año 25 y 220 DC durante la dinastía Han Oriental.
Muchos son los pueblos que se adjudican su creación, pero lo que no se puede negar es lo sabroso que es comer un buen plato de pastas.
Curiosidades
- Gracias a la pasta, los tenedores pasaron a tener tres dientes, ya que los napolitanos solían comer los spaghettis con las manos porque los tenedores tenían solo dos dientes y no servían para enrollarlos.
- La elaboración de la pasta, en forma industrial, comienza en Nápoles en 1830; previamente esta tarea era realizada solo por mujeres.
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