ROBERT BOYLE
Avances científicos como los submarinos, los aviones, la luz eléctrica, la modificación genética o los trasplantes de órganos fueron vaticinados hace más de tres siglos por el químico británico Robert Boyle, cuando sólo eran pronósticos imposibles de concebir como realidad en ese momento.
Boyle escribió en la década de 1660 una «lista de deseos» en la que reflejó veinticuatro grandes avances para la humanidad que tendrían lugar en el futuro.
Y esa lista se exhibe al público por primera vez en la historia a partir del lunes en la Royal Society de Londres, en una exposición que conmemora el 350 aniversario de una institución que tuvo honorables miembros como Charles Darwin o Isaac Newton.
Lo extraordinario de las revelaciones de Boyle es que las hizo en una época dominada por la magia y las supersticiones religiosas, pero en la que varios filósofos, abogados, doctores y escritores se propusieron buscar explicaciones científicas a todo cuanto sucedía en el mundo, génesis de la Royal Society.
La eterna juventud - En el número uno de su lista de Boyle estaba la «prolongación de la vida», es decir, las mejoras médicas que han alargado la esperanza de vida, seguida de la «recuperación de la juventud», posible ahora gracias a la cirugía plástica, el botox, las dentaduras postizas, cremas antiarrugas y tintes para el pelo.
Este químico también predijo la posibilidad de «emular a los peces» -conseguida gracias a los equipos de submarinismo-, barcos que pudiesen navegar en contra de la dirección del viento y los telescopios -o «gafas parabólicas», como él los llamó-.
Sin embargo, de su lista quedan tres «deseos» pendientes: la cura de heridas a distancia, como hacen los personajes de Star Trek; la transmutación de todos los metales, algo que es posible con metales ligeros pero todavía no con el oro, y la invención de un disolvente universal.
Pilares de la medicina contemporánea Jonatham Ashmore, miembro de la Royal Society, señaló que algunas de sus predicciones, como la cura de enfermedades por trasplante, los calmantes del dolor o los somníferos son los pilares de la medicina contemporánea.
«Ese documento asombroso nos abre una ventana al entendimiento de una de las mentes más extraordinarias del siglo XVII», destacó. Boyle, conocido por la famosa Ley de Boyle acerca del comportamiento de los gases y bautizado por ello como «el padre de la química», pertenece a la generación de filósofos naturalistas anteriores a la Ilustración, como Christopher Wren o Robert Hooke, quienes buscaron explicaciones a los fenómenos de la naturaleza a través de la experiencia.
Además de la «lista de deseos» de Boyle, la exposición de la Royal Society incluye otro fascinante documento: el manuscrito original de Isaac Newton «Principios matemáticos de la historia natural» (1685), en el que extrajo las fórmulas matemáticas que gobiernan las leyes del universo y en el que se pueden ver anotaciones, tachones y dibujos del propio autor.
Hitos de la historia de la ciencia - Otros documentos que marcaron un hito en la historia de la ciencia y que se exhiben en Londres son un ejemplar de «El origen de las especies de Charles Darwin», germen de la teoría de la evolución, o el primer tratado científico que publicó la Royal Society, en el que recopilaron los conocimientos obtenidos por la institución en los tres primeros años desde su fundación en 1660.
También se pueden contemplar un telescopio diseñado por el propio Newton en 1671 -una segunda versión mejorada del que ya fabricó en 1668-, madera del famoso manzano de Newton, la bomba de aire con la que Boyle estudió el comportamiento de los gases y el certificado que aceptaba a Darwin como miembro de la institución en 1839 - fuente abc.es
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