LA QUIMICA
Por: Francisco Fernández Jimenéz - Lo supe cuanto te ví
- Esta mañana, cuando iba a comprar el pan, la vecina me ha preguntado que qué comes para estar tan alto...
- ¿Y qué como?
- La mayor parte son células. Es muy simple. Lo que necesitas para reproducir y recuperar tus células está dentro de otras células; vegetales o animales.
- ¿Y por qué tienen sabores distintos?
- ¿Conoces la tabla periódica? Son los tipos de sustancias que se conocen, se diferencian por el número de protones y neutrones que forman el núcleo del átomo, la mayor parte de su masa atómica. El átomo era considerada hasta hace no mucho la unidad más pequeña de cualquier cosa, hasta que Ernest Rutherford se puso a lanzar átomos contra una lámina de oro y adivina.
- ¿Rebotaban?
- No, !traspasaban la lámina¡ Y sólo unas pocas modificaban levemente su trayectoria.
- ¿Pero si es está duro?
- Un átomo es como el sistema solar. Tienes varias cosas girando alrededor de una. Pero entre planeta y planeta se puede viajar. Después fue el primero en transmutar un elemento (de nitrógeno a oxígeno), y a partir de ahí fue quitar un poco de aquí, poner otro planetita allá...
- Entonces ¿cada elemento químico es un planeta diferente?
- Así es.
- ¿Entonces? Soy como de un montoncito de "polvo" ¿no?
- Exacto, solo que bien organizado. Y para organizarse están las leyes físicas. Imagino que ya habrás estudiado los estados de la materia, sólido, líquido y gaseoso; pero lo curioso, y es aquí donde viene lo del sabor, es que cuando varios átomos se encuentran bajo unas condiciones determinadas, mucho calor, por ejemplo; desatan reacciones químicas que pueden modificarlos. Tu saliva lo mezcla todo bien y las papilas gustativas, esos puntitos de la lengua, detectan qué tipo de átomos son, ese "informe" va al cerebro y elabora una reacción, que es el sabor.
- Entonces, ¿una pera puede tener sabor a fresa?
- Sí, pero no es natural, hay que cambiar los compuestos químicos. Cada cosa tiene su sabor particular consecuencia de lo que necesita para vivir. La fruta, por ejemplo, suele ser dulce porque tiene mucho azúcar.
- ¿Y por qué los árboles hacen eso con el azúcar en vez de comérselo ellos?
- ¿Qué hay dentro de una manzana?
- Zumo sin exprimir.
- ¿Y aparte de eso?
- ¿Las pastillitas negras esas?
- Exacto, las semillas. Eso que tu tía le quita a los chumbos antes de comérselos...
- Pero eso no tiene apenas sabor...
- Sí, todo tiene sabor, lo que pasa es que está protegida por una cáscara, como una almendra a pequeña escala. Y claro, es dura... y tu tía siempre ha sido de dientes sensibles... Y no se lo come el árbol porque es importante proteger las semillas, son los futuros arbolitos después de todo. Y como, además de protegerlos, no crecen con una barra de pan debajo de la rama, sus padres la recubren con "zumo sin exprimir". Así, tienen comida y agua para crecer cuando caigan al suelo y si encima sabe bien, pueden crecer en más sitios si les gusta a los animales.
- ¿Y por qué hay tan pocas cosas en la tabla periódica?
- No lo sé... supongo que si todo ha funcionado, es porque era suficiente y no demasiado, pero claro, después de aprender esas cosas, aprendimos a fabricar elementos sintéticos y a mezclaros entre sí para mejorarlos, por ejemplo, el acero; para producirlo hay que fusionar hierro y carbono. Y fíjate, el hierro es maleable, pero con carbono es capaz de mantener un edificio alto en pie. La aportación de Henry Bessemer...
- ¿Y el acero no se come?
- No tonto, no son células, no está vivo... pero ¿de verdad querrías ser tan alto?
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