MIURA
Más ligada que nunca a su tierra, la ex de Manuel Díaz ’El Cordobés’ se ha mostrado muy ilusionada con un nuevo proyecto: la concesión de su imagen al licor andaluz Miura. "Es un honor porque representa a mi tierra", comentó.
El momento profesional que atraviesa Vicky Martín Berrocal es magnífico. Recientemente, participó como diseñadora en el XVII Salón Internacional de Moda Flamenca, donde estuvo arropada por su madre, su hermana Rocío y su hija Alba durante todo el desfile. Además, amigos tan cercanos como Virginia Troconis, Marta Sánchez y Arantxa de Benito viajaron hasta Sevilla para conocer las nuevas propuestas de Vicky Martín Berrocal. Quienes tampoco quisieron perderse el evento fueron Ana García Siñeriz, Pastora Soler, Jorge Cadaval, Elisabeth Reyes o Irene Meritxell.
Vicky Martín Berrocal apareció con unos leggins de vinilo, chaqueta de paillette negro y con el pelo recogido en una romántica trenza ladeada, la diseñadora estaba radiante posando para la prensa antes de declarar lo inmensamente feliz que se hallaba.
Para aquellos que saben degustar una buena copa de licor de guindas como digestivo, como desayuno, a la hora del cafe... porque cualquier momento es bueno para disfrutar de una copa de miura.
Siguiendo la tradición que durante siglos forjaron los monjes franciscanos, Miura elabora una gama de licores que, respetando la esencia del pasado, se adapta a los gustos del presente
En Cazalla de la Sierra, al norte de Sevilla, reinan la paz y la tranquilidad. Allí, el campo y la ganadería son desde la antigüedad la base de la economía local. A ella se sumó hace siglos la actividad de los monjes franciscanos, quienes emplearon técnicas de destilación para la elaboración de aguardientes en los que luego macerarían frutas procedentes de la región.
Este legado es el que Miura ha sabido guardar hasta hoy, respetando la tradición para ofrecer una gama de licores auténticos y capaces de satisfacer los gustos actuales. Cazalla fue hace más de 500 años una importante zona vinícola. La composición de sus tierras, junto a su clima y la calidad de sus vides, propiciaban la obtención de generosas vendimias que posteriormente daban lugar a los vinos de la región.
Los excedentes de dichas cosechas se empleaban en la destilación, naciendo así una tradición que ha llegado inalterada hasta nuestros días. Diferentes avatares, como el florecimiento de otras zonas vinícolas, conllevaron el decaimiento de la actividad vinatera en la sierra de Sevilla, que no obstante siguió adelante con su labor destiladora.
En las destilerías de Miura rezuman aromas a piedra, a cobre y a frutas. El que fue Convento de San Francisco o Convento de los Diezmos, fundado a finales del XV, era el lugar en el que durante siglos los franciscanos se dedicaron a desentrañar los secretos del arte de la destilación.
Siguiendo sus pautas y al abrigo de esos mismos muros, utilizando las mismas alquitaras árabes que se empleaban entonces, Miura da forma actualmente a una gama de cremas que, fieles a la tradición, satisfacen las necesidades de un mercado cada vez más ávido de nuevas texturas y sabores.
La Crema de Guindas Miura, convertida en icono de Cazalla, es la base a partir de la cual se han desarrollado las recién lanzadas Crema de Picotas y Crema de Moras.
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