SOUL KITCHEN
Entrevista con Fatih Akin
Una cocina de soul
Por: Liliana López Sorzano
Este viernes se estrena la película, 'Soul Kitchen', de Fatih Akin. Una divertida comedia, con una estupenda banda sonora llena de soul, que centra su historia en la comida y los amigos.
Fatih Akin - Creció con las comedias italianas y americanas de los 80, sobre todo recuerda las de Eddie Murphy. Vivió con esos referentes del cine “basura” y su película, Soul Kitchen, es una manera de devolverles respeto a esas imágenes.
Fatih Akin, el director alemán de ascendencia turca, conocido por sus filmes dramáticos y poderosos como Contra la pared (2004), con la que ganó el Oso de Oro de Berlín como Mejor Película y Mejor Director, o Al otro lado (2007), llega a un punto de inflexión de su carrera por el hecho de probar un género ajeno a su carrera, el de la risa.
La historia habla del sentido de pertenencia, de la comida, de los amigos, de los corazones rotos, de los encuentros y de la música soul. Sin perder su infalible sello del multiculturalismo, propio de sus producciones, pone en la escena a personas de distintos países y diferentes edades a interactuar.
Para hacer esta comedia, Akin volvió a descubrir a Chaplin y buscó el humor en los gestos más que en los parlamentos.
El Espectador lo entrevistó desde Hamburgo, la ciudad donde reside.
¿Cuál es el gran reto de la comedia que no tiene el drama?
Tiene mucho que ver con los tiempos. En el drama clásico el tiempo llega por sí mismo. Pero en la comedia hay que saber de tiempos y con mucha anticipación, desde el guión. Se necesitan más tomas definitivamente. Además, era nuevo en este género, no estaba seguro. Me tocó llenarme de paciencia. Y para alcanzar una audiencia mayor hay que trabajar de una manera más convencional, más con una estructura a lo Hollywood, y con esto no quiero decir que sea malo. Es difícil de hacerlo y eso exige mucha disciplina y no suelo trabajar así, sino con un espíritu más libre.
¿Por qué la música soul en la película, cuál es su relación con este género?
Siendo un hijo de inmigrantes, crecí con mucha influencia de todo lo americano. Tenía una gran influencia de la música y la cultura hip hop, música urbana de la gente afroamericana. Siempre me identifiqué con eso. Y después descubrí sus orígenes, entre ellos el soul de los 60-70, James Brown… El hip hop no iba bien con los diálogos y por eso utilicé una de sus raíces, el soul.
El tema de la inmigración y el cruce de fronteras está muy presente en el cine contemporáneo. ¿Cómo lo ve?
Tengo la suerte de ver las cosas en distintos ángulos por la manera como crecí. Pero nunca he tomado esto como un tema en sí, es sólo el color de mis héroes, es natural, casi orgánico tratar con gente de diversos orígenes, porque están basados en la realidad que vivo.
¿Cuáles son las cosas que renuevan su interés para hacer cine?
Quiero convertirme en un mejor cineasta. Aprendo cada día y me gusta practicarlo. Pienso que nunca voy a alcanzar la perfección, pero por ahora estoy en el camino. Por el otro lado, me gustaría que el cine fuera más una opinión política, y con ello no estoy diciendo que quiera hacer cine político, porque ante todo deseo entretener a mi audiencia.
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