INFLUENCIA DE DOÑA PETRONA
Podría decirse en clave doméstica: “dadme una sartén y reflejaré el mundo”. Como un espejo que se pasea por un camino, la sartén tan pronto podrá reflejar el cielo azul, como el fango de la carretera. La comida es un modo de conocer, un modelo de investigación sobre la realidad y los vínculos entre las personas. Esto podría pensar Rebekah Pite, investigadora en Historia Social de la Universidad de Michigan, que dedicó casi diez años a estudiar la figura de Doña Petrona C. de Gandulfo, hasta concluir su tesis doctoral próxima a aparecer: La creación de una mesa común: Doña Petrona, la mujer y la alimentación en Argentina del siglo XX .
Se dice que El Libro de Doña Petrona llegó a vender más de tres millones de ejemplares, que es uno de los libros más robados de la Biblioteca Nacional, que está entre los best sellers argentinos de todos los tiempos inmediatamente después del Martín Fierro . Y en estos días, la ecónoma más famosa de nuestro país fue el núcleo de una conferencia de Pite en la Facultad de Filosofía y Letras organizada por el Instituto de Estudios de Género.
La pregunta del millón: ¿Por qué una historiadora estadounidense dedica diez años a nuestra Doña Petrona? “Pongo el foco en la comida porque es una presencia fuerte en la memoria. La gente puede acordarse del primer plato que disfrutó en la infancia. En 2001 llegué a Buenos Aires y, buscando libros de cocina antiguos, un librero me alcanzó un ejemplar gastado: “Esta es la Biblia de la casa”, y me enfrentó con Doña Petrona y sus recetas. Doña Petrona (1896-1992) tuvo una carrera larga y un impacto profundo en la comunidad. Hace poco vi a una chica joven que le decía a su amiga mientras cocinaba: ‘Dale Juanita, pasame la sal’, porque hasta el rol de la asistente de Doña Petrona ha quedado grabado en la memoria argentina”.
Pite se preguntaba cómo una joven que rechazaba cocinar pasó a ser la “diva radiotelevisiva” de la cocina. Cómo de negarse a aprender a hacer pastelitos en su infancia, en Santiago del Estero, pasó al dictado de recetas culinarias como vendedora líder de las cocinas Primitiva, hasta ser una empresaria estrella. Su indagación es un relato que exhibe las limitaciones y oportunidades que se les presentaron a las mujeres con la modernización de la economía y los cambios en los roles de género en la Argentina durante el siglo XX.
“Cuando empieza a cocinar en público en los salones de El Hogar, en los años 20, las señoras que ocupan las plateas para ver sus demostraciones con las cocinas a gas querían ser asociada con la ‘gente bien’. Se separaban de sus cocineras y a éstas las hacían seguir la función desde la parte alta. (No es lo mismo cocinar por placer que para ganarse la vida). Luego, en el 30, está en la radio y llega a más público. Con Perón empieza a hablar más de economía, de ahorrar. Todo el tiempo está haciendo adaptaciones a las crisis económicas , para aumentar la audiencia”.
El término “ecónoma” no aparece en el diccionario de la Real Academia: “Investigué la palabra –dice Pite– y encontré que es una palabra única de Argentina y Uruguay, usada por las empresas que relacionaron a las mujeres con la economía doméstica y la industrialización alejándolas del término ‘cocinera’ (servicio doméstico) y de los ‘chefs’, que son hombres. Implicó para muchas mujeres la posibilidad de una formación, un espacio de sociabilidad y el acceso a la tecnología”.
¿Si tuvieras que elegir una de sus recetas? “La del ‘Pan dulce’. Primero, porque era una de las más populares. Y segundo, porque la cambiaba con los tiempos. Con Perón, en el 47, como ella quería llegar a la clase obrera que tenía aspiraciones, la hizo mucho más económica: sin huevos, sin nueces...”
1 comentario
Leonardo -
gracias.