MACHU PICCHU EL ANIVERSARIO
La ciudadela de Machu Picchu, un santuario de la civilización Inca construido en el siglo XV poco antes de la llegada de los españoles, cumple este domingo 100 años de haber sido descubierta en el sur de Perú y develada al mundo por el estadounidense Hiram Bingham.
El 24 de julio de 1911 el explorador y aventurero Bingham llegó a Machu Picchu, que estaba cubierta por una selva de exuberante flora y fauna, y la divulgó a la comunidad arqueológica mundial.
El lugar, un ícono del turismo mundial con más de 700.000 visitas por año, tiene un desafío de conservación por toda la gente que lo visita y por las obras de infraestructura que se construyen a su alrededor.
Este domingo del centenario, la ciudadela está ajena a los actos conmemorativos ya que el gobierno peruano celebró por adelantado el pasado 7 de julio, argumentando que en esa fecha se cumplían cuatro años desde que fue reconocida como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.
La capital sagrada de los Incas fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1983 por la Unesco, que vigila su mantenimiento.
La ciudad de piedra de Machu Picchu (Montaña Vieja) fue construida por el emperador inca Pachacútec en el siglo XV en la cima de una montaña a 2.400 metros de altura, como centro ceremonial o sitio de descanso de nobles incas. Los expertos descartan en cambio que haya sido fortaleza militar.
"La ciudadela era un palacio real construido por el inca Pachacútec donde él acudía con su familia e invitados en busca de un lugar de relajamiento", dice a la AFP el antropólogo estadounidense Richard Burger.
Otros especialistas señalan que el santuario incaico estuvo dedicado a la adoración de dioses o a rendir culto al inca Pachacútec, que ordenó su construcción.
Uno de ellos es el arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, ex director del Instituto Nacional de Cultura, quien señala que la ciudadela era "un gran mausoleo" al inca Pachacútec que aparentemente fue sepultado en ese lugar, junto a otros nobles: "Era un gran monasterio donde se les rendía culto".
Machu Picchu, con una superficie edificada en piedra, tiene unos 530 metros de largo por 200 de ancho, una zona de terrazas agrícolas y otra de habitaciones, y 172 edificios en total dentro de un santuario de 32.500 hectáreas.
Para llegar se accede por tren desde Cusco, pues no hay una carretera. También se puede ir a pie por el Camino del Inca, que se recorre en tres a cuatro días.
El centenario, celebrado el 7 de julio con un gran espectáculo artístico de luces y colores con la presencia del presidente Alan García, también convocó a historiadores, arqueólogos e investigadores a reflexionar sobre el futuro del santuario.
"Machu Picchu puede morir víctima de su propio éxito", alertó el historiador Juan Luis Orrego, al referirse a la presión del turismo que al mismo tiempo, dijo, "bloquea la investigación arqueológica" del lugar.
El arqueólogo Lumbreras anotó que el aumento del turismo "no puede ser descontrolado y llevado de manera tan exigente como se ve ahora" y recomendó medidas de control para evitar "el colapso de la ciudadela".
La Unesco en los últimos años ha expresado su preocupación por los efectos que puede tener para el sitio el gran flujo de turistas y las obras de infraestructura que se construyen en su alrededor.
El miércoles pasado, las autoridades debieron cerrar el ingreso a Machu Picchu debido que había alcanzado su cifra límite de 2.500 visitantes por día, quedándose afuera unos 400 turistas.
"Las recomendaciones de la Unesco y lo que señala el Plan Maestro de Machu Picchu precisa que solo 2.500 personas podrán ingresar a la ciudadela por día", dijo a la prensa Julio Dueñas, de la Dirección Regional de Cultura (DRC) de Cusco.
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