LA COLA DEL MONO - CAP: 2
La Cola del Mono y los Círculos de Confianza
Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes
Capitulo 2
El lunes 6 de octubre de 1980, partimos de Nazca muy temprano, en una vieja y dura camioneta acostumbrada a los caminos de sierra, era una experta trepando montañas. Si se descontaban los frecuentes golpes por la rígida suspensión, el transporte era bueno, panorámico y seguro.
Estaba dispuesto a emplear toda mi atención en grabar el paisaje del camino y tratar de descifrar algún mensaje de la cambiante naturaleza, que nos sorprendía a medida que subíamos, escalando un nuevo piso ecológico.
Al comienzo se sucedían de cuando en cuando los poblados, luego dieron paso a paisajes cada vez más limpios y diáfanos. El marco principal era el silencio, todos comprendían que nos dirigíamos a un lugar especial, mágico y sagrado.
El código implícito del viaje, era que las preguntas tenían que ser solo las indispensables y sabíamos que muchas de las explicaciones habían que dejarlas a la libre interpretación personal, por que quizás jamás tendrían respuestas precisas... por que no existían... ó solo bastaba un sentimiento de fe.
Pasamos por: Agua Salada, La Yapana, Ocungalla, Orcona, Pirca, hasta que los lugares dejaron de tener nombre. Al anochecer llegamos a un modesto albergue donde nos atendieron muy bien. Al día siguiente, iniciamos la siguiente etapa del recorrido, para ello empleamos unas tres horas, transitando por un estrecho y empinado camino hasta una meseta donde organizamos un pequeño campamento, allí dejamos la camioneta, él ultimo tramo del trayecto solo se podía recorrer a pie.
La expectativa aumentaba a medida de que nos acercábamos a nuestro destino, una hora antes, en plena caminata todos sabían que habíamos llegado, por que la naturaleza nos lo manifestaba de muchas maneras, a través de una fuerza extraña, de energía vital.
Llegamos a un pequeño pueblo, muy ordenado, a guisa de monasterio, al pie de la montaña, los edificios tenían una sola planta con base de piedra labrada, las paredes de adobe enlucido pintados de ocre, puertas de cañas de eucalipto y techos de ichu.
Las construcciones estaban situadas en un semicírculo teniendo como fondo la montaña, la vegetación acompañaba armoniosamente a una gran plaza central de canto rodado. La antigüedad y estilo del lugar era indescifrable.
La limpieza y verdor anunciaban abundante agua, pero no se notaba de donde venia. Nos recibió una delegación de personajes muy bien vestidos y pacíficos. La primera gran sorpresa que recibimos fue al escuchar las palabras de bienvenida en un dialecto que definitivamente no era quechua ni aymara y por supuesto no entendíamos.
Contestamos al saludo casi automáticamente en castellano, al parecer a nadie le importaba esta dualidad en el idioma empleado, juntos nos dirigimos al salón principal, señalaron un lugar donde dejar las mochilas y nos instalaron frente a los principales, en bancas sin respaldar de madera brillante, recién entonces comenzó la traducción, fueron palabras sencillas, amables, expresando satisfacción por la visita, respeto por nuestro interés de obtener conocimientos sobre el origen de la vida y el mensaje de la cola del mono en las Pampas de Nazca.
Se inicio el aspecto ceremonial, bebiendo agua fresca de un mismo recipiente, tome nota de la mayor cantidad posible de detalles, éramos 12 hombres de pie formando un circulo, el cáliz era de piedra - me atreví a señalar que se trataba de lidita - una piedra preciosa muy dura parecida al onix. El agua era cristalina, de sabor muy agradable y estaba completamente fría, casi helada.
El brindis de bienvenida estuvo a argo del jefe, luego paso el cáliz al personaje de su derecha y así sucesivamente, haciendo siempre una reverencia, estirando ambos brazos hacia el centro y chorreando gotas en el suelo, honrando a la pachamama, la madre tierra, era un perfecto circulo de confianza.
Luego nos sentamos, el principal comenzó a relatar con autoridad la versión de su historia, sobre la figura del mono, con la debida fluidez - debíamos expresar en silencio, atención y respeto - La traducción era simultanea, pero comprendí que se trataba de una tarea difícil por que algunas palabras de ambos idiomas tenían doble y triple significado y en su conjunto unos párrafos de la versión en castellano parecían sin sentido o incoherentes, entonces había que interpretar cada palabra y tratar de darle sentido, ya que se había pactado, no grabar, ni filmar, ni siquiera tomar notas, todo se resumía a entendimiento y sentimiento ese momento.
Se menciono al espacio y el tiempo infinito, un poder supremo, la fuerza que todo lo puede, la perfecta dualidad entre lo bueno y lo malo, el cielo y el infierno, la luz y la oscuridad, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, la importancia vital del agua.
Llamo mucho mi atención, la referencia a una pirámide de trece peldaños con un ojo en la parte alta y cuya imagen estaba grabada en un lugar preferente de la pared del fondo - había visto imágenes similares en otras grandes culturas - y este hecho anunciaban como una posibilidad la existencia de una primera cultura universal.
Luego atrajo toda mi atención un vaso ceremonial de madera o kero pintado y enlucido, situado al centro de una especie de bandeja tallada en la piedra, rodeado de doce vasos más pequeños, cada uno de ellos tenia incrustado un símbolo diferente, pero solo habían diez vasos en los doce orificios de la piedra, dos estaban vacíos, al parecer perdidos. Anote que se trataba de algo muy antiguo y de mucho valor.
Trate de memorizar los símbolos, pero la ansiedad y nerviosismo hacían difícil la tarea por que había que seguir prestando atención al relato que continuaba sin prisa pero sin pausa.
Hasta ahora tengo guardado un arrugado papel donde después, trate de reproducir lo que recordaba de los símbolos incrustados en los vasos, las figuras eran de un material brillante:
(.) ( : ) ( . / ) (..) (///) (- /) ( . / - ) ( . // :) (. : .) (: // -)
Lo siguiente importante, fue un huaco escultural de barro cocido, muy elaborado y de gran formato, representaba la figura del mono en las pampas de Nazca y estaba labrado en una en una hornacina en plena roca de la pared, me llamo la atención la iluminación posterior, de un tono azul intenso, utilizado para destacar las formas de la escultura, sin contar para ello con luz eléctrica. Para lograr los efectos, habían incrustando piedras fosforescentes en las paredes de la cueva.
Para nuestros anfitriones, era importante que notáramos el sonoro y acompasado movimiento interior en la figura del mono, producida al parecer por el rodar - de un lado a otro – de una bola de metal, este fenómeno se producía cada vez que alguna persona se paraba en un circulo, también de piedra luminosa, situado en el suelo y frente a la figura.
Yo había visto anteriormente un despliegue similar de tecnología en el museo de historia natural de Nueva York, allí me explicaron lo ingenioso y la alta tecnología empleada para confeccionar la bola con metales magneticos y accionada con la energía humana y era todavía más sofisticada la tecnología para introducirla en el ceramio – en un plano milimétricamente calibrado – para que la bola magnética fuera inducida a un movimiento sin fin, por la energía de la persona elegida para situarse de pie frente a la figura, sin lugar a dudas era un privilegio ser el escogido.
También era exquisita la artesanía, el cocimiento de la arcilla para sellar la escultura en una sola pieza. Por supuesto, sin alterar el complicado mecanismo de funcionamiento.
Hasta ahora, es controversial este tipo de mecanismos, ya que muchas fases de sus objetivos, construcción y funcionamiento tienen varias explicaciones, todos con un nivel de alta sofisticación. Tiempo después trate infructuosamente de buscar – durante muchos años - algún artesano, ceramista, escultor o relojero que me ayudara a construir un mecanismo similar.
También es controversial la finalidad de la figura, desconozco cual era el preciso mensaje o si era un simple juego escultórico destinado a deslumbrar al visitante. En todo caso, la importancia ceremonial anunciaba un rito litúrgico importante, debía sentirme muy halagado y dar muestras de ello al haber sido escogido para transmitir mi energía a la sagrada figura.
Una explicación mas detallada y otras importantes interrogantes deberían ser dejas para una próxima visita al santuario, ya que en esta ocasión no podíamos hacer preguntas, solo escuchar. Él por que de esta situación, si lo explicaron...
Para interactuar, necesitábamos alcanzar una condición especial, un determinado nivel de purificación de nuestro cuerpo y alma. Este nivel se alcanzaba con ayuno, rezo y meditación en el mismo templo y dependía de la naturaleza de cada individuo, en esta preparación se podían emplear varios días o semanas.
Siguiendo con el programa establecido, nos invitaron a pasar a la impresionante cueva principal, muy elaborada y amplia, en plena montaña, era el oráculo, el centro del culto y la razón de existir del monasterio. Al recinto solo ingresamos cinco, incluyendo al principal... (continuara) - jaimeariansen@hotmail.com
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