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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

18 ENOLOGIA

NUEVAS CEPAS

Por BBC Mundo, BBC Mundo

Hacen faltan nuevas uvas para preservar el vino

Científicos tratan de desarrollar nuevas variedades de uva que puedan resistir las enfermedades, con ayuda de la genética.

El futuro de la industria vitivinícola depende del desarrollo de nuevas variedades de uva, dicen los científicos. Y, esas variedades, pueden obtenerse con ayuda del mapa genético de las uvas.

Las enfermedades que afectan a las vides son una preocupación constante para los productores y es muy probable que se implementen nuevas regulaciones que limiten el uso de tratamientos químicos.

En Estados Unidos, los investigadores crearon los mapas genéticos de más de mil variedades de uva y confían que esta información sirva para desarrollar aquellas variedades más resistentes a las enfermedades.

Las distintas uvas de las que se obtiene el vino que nos gusta beber -merlot, chardonnay, semillon y riesling, entre otras- fueron desarrolladas a partir de una especie, la Vitis vinifera vinifera.

Se estima que ésta fue "domesticada" hace unos cinco mil años, en -o alrededor de- lo que hoy es Turquía.

Desde entonces, se ha convertido en el producto básico para la elaboración del vino en lugares tan lejanos como Australia, Chile, EE.UU. y Sudáfrica.

La Viniferafue mejorada en cientos de variedades, pero las uvas siguen siendo parte de la misma especie, con la que se han hecho algunas hibridaciones entre diferentes variedades.

Restricciones al uso de fungicidas

Así como las uvas viajaron desde las costas de Europa hacia el resto del mundo, las enfermedades se trasladaron en dirección contraria.

El oídio, una enfermedad provocada por un hongo que afecta a una gran variedad de plantas, evolucionó en América del Norte.

Las uvas Viníferano tienen una resistencia natural a esta enfermedad y, en Australia, por dar un ejemplo, la lucha contra u diseminación tiene un costo estimado de US0 millones por año (monto que se gasta en proteger la cosecha con fungicidas).

El 70% de los fungicidas que se utilizan en la agricultura en EE.UU. están destinados a la protección de los viñedos.

Pero como la Unión Europea -que aún produce el 70% de los vinos del mundo- quiere mejorar el impacto ambiental del sector agrícola, está tratando de reducir el uso de estas sustancias químicas.

Una de las propuestas de la UE consiste en poner serias limitaciones al uso de estos productos en "cultivos no esenciales" a partir de 2013.

Para ahorrar tiempo y dinero

Científicos de varias instituciones han tratado de desarrollar nuevas variedades de uvas que son inmunes a las infecciones, ya sea a través de la hibridación con especies resistentes o manipulando los genes que hacen a las plantas susceptibles a las infecciones.

El problema es que los métodos de hibridación son costosos y trabajosos.

Primero, las plantas tienen que crecer durante tres o cuatro años hasta que den frutos.

Luego hay que hacer el vino, probarlo y evaluar si se puede hacer algo. Y, en caso de que se pueda, no hay garantía de que a la gente le vaya a gustar más que las variedades a las que está acostumbrada.

El equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en colaboración con científicos de la Universidad de Cornell, ambas en el Reino Unido, creó el mapa genético de más de 1000 variedades de uva, que vinculan la presencia de marcadores genéticos (secuencias de ADN) con características tales como la acidez, el contenido de azúcar o la resistencia a las enfermedades.

"Si conoces los marcadores genéticos asociados con estas características, los puedes transplantar cuando son semillas, mirar su ADN apenas aparecen las primeras hojas y decir, por ejemplo, 'nos quedamos con estas cinco porque sabemos que sus perfiles genéticos están asociados con las características que nos interesan'", le dijo a la BBC Sean Myles, autor principal del estudio.

"Esto permite ahorrar una enorme cantidad de tiempo y dinero".

Si bien diversos factores comerciales han hecho de la producción vinícola una profesión conservadora, se deben hacer cambios, aseguró Myles.

"No podemos seguir usando las mismas variedades en los próximos mil años", añadió.

La buena noticia es que a mayor experimentación, más variedad de vinos.

LOS ESTORNINOS Y EL VINO

 

BUCAREST.- No hubo nada misterioso en la muerte de una bandada de aves en Rumania la semana pasada: Simplemente estaban borrachos.

Los residentes de la ciudad de Constanta alertaron a las autoridades el sábado luego de hallar decenas de estorninos muertos, temiendo que pudieran estar infectados con la gripe aviaria, que provocó masivas muertes en poblaciones de aves entre 2004 y 2006.

"Los exámenes a cinco pájaros mostraron mollejas llenas de orujos de uvas que causaron su muerte", dijo Romeu Lazar, jefe de la autoridad veterinaria de la ciudad, refiriéndose a un residuo con pulpa que es un subproducto de la fabricación de vinos.

Las aves no están acostumbradas al alcohol pero el duro invierno y la nieve habían dificultado que los pájaros encontraran alimento.

"Si hubiesen podido comer algunas semillas, esto habría diluido el veneno", señaló. Se creía que los orujos de uvas procedían de una bodega de vinos, pero el veterinario jefe dijo que no sabía dónde podría haber ocurrido.

Ésta no fue la única muerte masiva de pájaros, ya que se suma a las ocurridas en Louisiana y Arkansas (Estados Unidos), y a las de Suecia, luego de que se encontraran 100 sin vida en la ciudad de Falkoping.

Los expertos dicen que tormentas, granizo, relámpagos o cables eléctricos están entre las causas posibles de los decesos de las aves.

XIMENA Y LA PINOT NOIR

Conozca a la peruana que seducida por la pinot noir creó su propio vino en EE.UU.

Ximena Orrego es la madre del Atticus Vineyard Pinot Noir un vino que ha sido gestado en la lejana Oregon

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(Foto: Archivo personal)

CARLOS DE PIÉROLA

Desde el condado de Yamhill, en Oregon (noroeste de Estados Unidos), Ximena Orrego se pregunta cómo maridará su Atticus Vineyard Pinot Noir con un norteñísimo seco de cabrito.

Ella vive en el tercer estado productor de vino de EE.UU. (después de California y Washington), pero nació en el Perú y ha pasado gran parte de su vida fuera de nuestro país: vivió en varias ciudades de Latinoamérica, estudió en Canadá y finalmente se fue a vivir a EE.UU., donde se casó con Guy Insley, quien había pasado un año en Burdeos (Francia), como estudiante, y había pensado dedicarse a la vitivinicultura. Juntos empezaron a soñar con el viñedo propio.

Cuando la familia empezó a crecer, la pareja decidió transformar su sueño en realidad (consideraron, además, que era ideal que sus hijos se criaran en un ambiente sano y seguro, en el campo).

Vivían en Florida y empezaron a visitar regiones vitivinícolas, hasta que en la primavera del 2004 probaron su primer pinot noir en Oregon y quedaron fascinados. Volvieron para la vendimia, en octubre, y la experiencia selló su destino: se enamoraron de Willamette Valley y consideraron la posibilidad de vivir en un lugar tan idílico. Terminadas las vacaciones se asociaron a otra pareja y compraron un viñedo, donde empezó la aventura. Había nacido Atticus Wine.

LA CEPA Y LA LECHUZA
Para Ximena, la pinot noir es la culpable de todo. Es la variedad de uva que los sedujo y los llevó a Oregon a fundar Atticus Wine, un nombre que ya habían elegido antes de entrar en el negocio. Se inspiraron en Atticus Finch, el personaje principal de “To Kill a Mockingbird” (un clásico de la literatura estadounidense, que Harper Lee publicó en 1960), pero también en Ática, región cercana a Atenas, donde Atenea, la diosa de la sabiduría, ejercía su poder y cuyo símbolo es la lechuza, que aparece en las etiquetas de sus botellas.

En Atticus Wine Ximena es responsable de la producción del vino –sus socios, Niall y Freda Porter, se encargan del márketing y las ventas a Florida; su esposo Guy ve la parte financiera y el manejo del viñedo. En el 2007 dejó su trabajo corporativo por 18 meses y se dedicó de lleno a Atticus; estudió enología e hizo pasantías durante la vendimia en otras bodegas. Su mentor es el reputado enólogo Scott Schull.

En el futuro piensa trabajar con otras variedades, pero su enfoque actual está en pinot noir. Hoy producen 8.500 botellas anuales y vaticinan que cuando lleguen a las 24.000 construirán su propia bodega. Eso, tal vez, en 6 u 8 años.

Sus vinos también se venden por Internet a otros mercados de Estados Unidos, país donde quieren consolidarse para después exportar a Canadá y algunos mercados latinoamericanos como el Perú, por supuesto.

SHIRAZ, LA NEGRA LINDA

Adelaide, tierra del Shiraz

El sur de Australia se impuso en el mundo del vino con el varietal Shiraz y con una fuerte herencia europea que se expresa en vinos intensos y cargados de personalidad propia

 Australia conquistó el mundo desde hace más de dos décadas con la variedad de uva Shiraz, cultivada tradicionalmente en el sur del país (Foto: Archivo )

Por: Carlos Arias | El Universal 



Ya sea que se le llame Shiraz o Syrah, la cepa de las uvas de negro intenso son un sello inconfundible de la enología de Australia, y la zona de Adelaide es uno de sus terrenos privilegiados.

La región se encuentra al sur del país, donde el Valle de Barossa y la región de Coonawarra han convertido a esta cepa, hasta hace poco menospreciada, en una de la revelaciones del mundo del vino.

En vano tratará el visitante de ver canguros en libertad saltando entre los viñedos, y los pocos de estos marsupiales que se pueden encontrar son criados en cautiverio. La zona vinícola tiene más en común con los paisajes europeos a causa de su clima mediterráneo que con la imagen tradicional del país.

En el sur de Australia el cultuivo de la vid se combina con la cria ovejas, que conviven con los koalas, éstos sí presentes, cuyas fuertes garras se aferran al visitante como bebés.

Aquí la influencia inglesa es innegable, tanto por la similtud que otorgan las suaves colinas verdes como por los pequeños poblados con nombres de inconfudible herencia británica. La arquitectura es cien por ciento inglesa, en casas donde las familias beben el té con pan casero y mermelada de moras.

Es difícil advertir que esta "pequeña inglatera" está justo al otro lado el mundo en relacón a las islas británicas, en tanto que su producción vinícola se relaciona más con Francia, especialmente en el "Sur profundo" de Coonawarra.

Para el mundo el valle de Barossa sigue siendo la capital mundial del Shiraz, y en sus colinas plantadas con viñedos se exhiben grandes carteles que reproducen las etiquetas de los vinos que allí se elaboran. Pero la zona de Mclaren Vale, también cercana a Aidelaide, es otra de las productoras de este varietal, con un enfoque orientado a las bodegas boutique y la pequeña producción familiar, a diferencia de las grandes bodegas de Barossa.

El viaje desde México, pasando por San Francisco, California, para luego cruzar el Oceano Pacífico hasta Sydney, Australia, toma aproximadamente un día completo, para culminar en un breve vuelo local hasta Adelaide, la zona más "europea" de Australia.

Aunque se considera que la variedad Shiraz tendría su origen en Irán (donde existe una ciudad con ese nombre), el hecho es que se convirtió en parte del patrimonio vinícola mundial por su producción en la región del Ródano, en Francia, donde se le llama Syrah.

El nombre Shiraz es el empleado en Australia, donde este varietal sacó lo mejor de sí al ser cultivado en condiciones de mayor calor y menor humedad.

Los vinos australianos de este varietal parecen resumir en sí mismos el espíritu del sur de este país. Las moras y frutas rojas se complamentan con las especias y se maridan a la perfección con las carnes de borrego o con el tradicional pastel de carne inglés, especioso y fuerte.

Aunque el Shiraz aparece como el varietal que distingue a Australia, este país produce también excelentes vinos en varietales como Moscatel, Semillon, Chardonnay, Merlot y Cabnernet Sauvignon. Entre sus vinos tradicionales se encuentra el espumoso de vino tinto producido con Pinot Noir, entre otros.

LOS SECRETOS DEL AROMA DEL VINO

Por: Juan Cacho - El Periódico de Aragón

El Laboratorio de Análisis del Aroma y Enología (LAAE) perteneciente al Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza, liderado por los Catedráticos Juan Cacho y Vicente Ferreira, lleva más de veinte años investigando los secretos del aroma del vino. Dichas investigaciones tienen como principal objetivo profundizar en el conocimiento de la base química del aroma, identificando sus componentes y clasificando aquéllos que aporten al vino una mayor calidad.

El vino es un producto extremadamente complejo, constituido por un millar de compuestos diferentes. Sin embargo, únicamente alrededor de 50 compuestos constituyen su aroma, articulando los distintos matices (frutal, floral, especiado...) que se pueden encontrar en el mismo. Para conocer la identidad de tan preciados componentes, el grupo LAAE desarrolla metodologías de análisis basadas tanto en la ciencia química como en la sensorial, dos disciplinas científicas que se entrelazan en una búsqueda tan compleja como apasionante.

Tomando un vino determinado, esta primera parte del estudio consiste en identificar aquellas moléculas que son realmente capaces de escaparse de la copa y producir un estímulo en nuestra nariz, es decir, ser olidas. Para ello, se trabaja con una técnica conocida como olfatometría (medición a través del olfato), ampliamente utilizada por profesionales de la industria agroalimentaria, cosmética y perfumería desde los años sesenta.

Esta técnica analítica combina, por un lado, la separación física de los compuestos de una mezcla mediante un cromatógrafo, y por otro la identificación de la secuencia de éstos utilizando simultáneamente una señal eléctrica y la nariz humana como detector. ¿Por qué la nariz? Pues porque de los cientos de compuestos que constituyen un vino, solo la nariz es capaz de decirnos cuántos de ellos huelen, con qué intensidad, y cuál es la naturaleza de dicho olor. Para poder obtener resultados válidos desde un punto de vista estadístico, la olfatometría debe ser realizada por entre seis y ocho personas entrenadas. Este doble enfoque, químico y sensorial, permite al investigador establecer una jerarquía clara de los distintos compuestos de acuerdo a la importancia que tendrán en el aroma.

PANEL DEL VINO

La segunda parte del estudio consiste en la caracterización del aroma del vino desde un punto de vista global, tal y como es percibido por el consumidor. A pesar de los avances científicos, ningún instrumento de laboratorio es capaz de medir las sensaciones producidas por un vino, siendo el factor humano fundamental para avanzar en las investigaciones. Por esta razón, el grupo LAAE lleva a cabo un programa de entrenamiento en análisis sensorial que se desarrolla actualmente en las instalaciones del I3A. Dicho programa, conocido como panel del vino, tiene como fin entrenar a unos treinta voluntarios (estudiantes y personal del Campus Río Ebro principalmente) en la cata de vinos semanalmente durante una hora a lo largo de todo el curso académico.

En cada sesión los participantes aprenden a identificar referencias individuales (melocotón, canela, madera...), para después oler una serie de vinos en los que es posible reconocer las referencias aprendidas. Los participantes aprenden a trabajar con una lista de descriptores de aroma que les permite familiarizarse con un vocabulario común y unificado para todos. Inicialmente tanto las referencias como los vinos se huelen a ciegas, es decir, en frascos de color ámbar y copas negras, de modo que el color del producto no pueda influir en la respuesta.

PRÁCTICA

Aunque esta actividad resulta algo difícil al principio, los responsables del panel aseguran que: "todos somos capaces de oler, lo que resulta complicado es el proceso mental que permite identificar el olor y ponerle una etiqueta. Por ello, memorizar el olor y familiarizarse con el vocabulario específico, es imprescindible. Apreciar el aroma de un vino puede parecer una tarea difícil, especialmente cuando se escucha a enólogos y sumilleres descifrar con poesía sus matices. Si bien esta tarea no es evidente, conocer los secretos de la degustación de un vino sólo requiere un poco de memoria, algo de vocabulario y mucha curiosidad". Al final de las aproximadamente 20 sesiones de cata, estas personas serán capaces de descifrar las sutilidades del vino, y de actuar como instrumentos de medida, tan válidos y necesarios como equipos del laboratorio, para obtener los perfiles globales de aroma de los vinos estudiados.

En la última fase de la investigación, los datos procedentes de la olfatometría y el panel sensorial se relacionarán mediante modelos matemáticos, con el fin de dilucidar qué elementos son los responsables de las características sensoriales más destacadas de cada producto. Finalmente se relacionará este trabajo con los datos conocidos sobre el origen y el proceso de elaboración específico de cada vino, con el fin de establecer cómo las distintas prácticas enológicas (variedad de uva, selección de levaduras, fermentación, tiempo de permanencia en barrica, entre otras) influyen en la composición, aroma y calidad final del producto.

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ENOLOGÍA 1

Capítulos: 01. Cepas - Agricultura. 02. Cepas – Variedades 03. La Vendimia. 04. La Bodega de Producción. 05. La Producción del Vino. 06. Los Insumos. 07. Los Procesos. 08. La Fermentación. 09. El Azúcar – El Alcohol – 10. La Acidez 11. Los Taninos. 12. Enfermedades y Defectos.

ENOLOGÍA 2

Capítulos: 13. Bebidas Alcohólicas. 14. Que es el Vino. 15. Historia – Mitología. 16. Historia – Cronología. 17. Composición del Vino. 18. Clasificación del Vino. 19. Terminología. 20. El Color del Vino. 21. El Aroma del Vino. 22. El Sabor del Vino. 23. La Textura del Vino. 24. El Carácter del Vino. 

ENOLOGÍA 3

Capítulos: 25. Enografía – Geografía del Vino 26. DO – La Certificación. 27. Los Vinos en la Historia. 28. Cepas y Vinos de España. 29. Cepas y Vinos de Francia. 30. Cepas y Vinos de Italia. 31. Cepas y Vinos de Alemania. 32. Cepas y Vinos de Portugal. 33. Cepas y Vinos de Estados Unidos. 34. Cepas y Vinos de Chile. 35. Cepas y Vinos de Argentina. 36. Cepas y Vinos de Perú.

ENOLOGÍA 4

Capítulos: 37. Vinos – Varietales y Coupages. 38. Vinos Especiales. 39. La Cata. 40. La Crianza. 41. Afinidades – Armonía. 42. El Servicio. 43. Botellas - Corchos - Etiquetas. 44. Las Copas. 45. La Temperatura del Servicio. 46. La Calidad. 47. La Cava. 48. Cocinando con Vino.

Informes: Instituto de los Andes: Calle El Sauce 235 – Rinconada – La Molina. jaimeariansen@hotmail.con  -   http://enologia.blogia.com

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MARIDAJE: CHAMPAGNE

Las 8 mejores comidas para acompañar con champagne

¿Te gusta el champagne? Estas son las mejores comidas para acompañarlo.

Las 8 mejores comidas para acompañar con champagne

Las 8 mejores comidas para acompañar con champagne

Los espumantes son bebida delicadas y acompañarlos con comida no siempre resulta fácil. Sin embargo, hay algunas que nunca fallan. Desde las más simples a las más sofisticadas, son las siguientes.

1. Quesos.Hay quesos que no fallan nunca. Son los blandos y semiduros, como Gouda y Gruyere, o los más cancheros brie, mozzarela de búfala y quesos cremas en general. 

2. Frutas secas.De avellanas a almendras, de damascos turcos a higos, brevas y pistachos, todos combinan bien con los espumantes.  

3. Fiambres.Una buena lámina de jamón crudo, bresaola o lomito de cerdo, le viene como anillo al dedo a los espumantes. Servilos con pan fresco o tostadas de pan nergro.

4. Pescados.Nunca con pescado de río, como el pacú o dorado. Sí con una corvina, un lenguado o unas trillas. Nada de preparlos con salsas pesadas.

5. Sushi.Pocas comidas van tan bien con todo tipo de espumantes como el sushi. La ligera gratitud del salmón, el atún o el lenguado encuentran en la acidez de los espumantes un contrapunto preciso.

6. Pechugas.Es común escuchar que las aves van de maravillas con los espumantes. Para combinarlos mejor, recurrir a las pechugas.

7.  Ensaladas.Rúcula y radicheta van de primera, también sus combinaciones con parmesano, portobelos, de paltas y tomates cherries. Todo, condimentado con oliva y unas gotas de aceto.

8. Postres helados, cremas y bombones.¿Quién dudaría de un buen helado de dulce de leche, o de una cheescake a la hora del espumante? En materia dulce, los postres siembre combinan bien.

EL TAPON DE VIDRIO

(Especial de Ricardo Brizuela, Director de Diario del Vino) Nacido en los primeros años del nuevo siglo, al fin de la primera década el tapón de vidrio contabiliza algunas adhesiones entre las bodegas del mundo. Indudablemente su elegante forma - que semeja a un delicado hongo de cristal - otorga cierta distinción a los vinos premium. Sin embargo la crisis de la industria no le permite aún una expansión explosiva.

Hace seis años atrás el tapón de vidrio se destacó en el mundo del diseño al obtener la medalla de oro en la Feria Internacional de Vino y Fruta - Intervitis Interfructa 2004 - realizada en Stuttgart, presentado por sus fabricantes bajo el nombre de Vino-Lok.
Fue un hito en la búsqueda de una alternativa al corcho, cuyo uso genera el "tricloroanisol", conocido en el ámbito de la vitivinicultura como TCA, o la enfermedad del corcho.
Este efecto no deseado del uso del tradicional cierre producto del alcornoque, genera anualmente un gasto ocasionado por un alto porcentaje de desperdicios en la industria vitivinícola y que, incluso, es soportado en muchos casos por el mismo consumidor que debe desechar en más de una ocasión un vino "con gusto a corcho", y en un importante gasto en estudios sobre el tema. De este problema nació la tapa a rosca (scraw-cap) que fue mas incisiva en su penetración en el mercado, sobre todo en los vinos económicos, aunque la facilidad de su violación pareciera ser una limitante de importancia.
Hasta ese momento de la aparición del Vino-Lok (nació en el año 2002) nada era adecuado para el reemplazo del corcho, que a su inviolabilidad sumaba la tradición y los ritos clásicos que acompañan el disfrute de un buen vino.

Vino-Lok trajo en cambio elegancia, practicidad en la apertura y una adhesión similar al del corcho a la botella, por medio de una lámina de material inerte. Tiene una cubierta protectora de aluminio y puede asegurarse con un casquillo. Es tan fácil de abrir - luego de quitarse éste - como el mismo Scraw-Cap, nada más que con el empleo de las manos. Puede ser reciclable.
"Para sus seguidores, es el futuro del tapón del vino", dice el columnista norteamericano Derrick Schneider.
Los vino austríacos y alemanes fueron los primeros en utilizar el Vino - Lok. Después, la cuasi moda avanzó hacia los viñedos de California y Australia. Uno de los argumentos principales para el uso del tapón de vidrio es la estética y la practicidad.

Pero (Ah, la historia entre la excelencia y lo posible!), llegó la crisis y mandaron los números: el costo de un tapón de vidrio es hoy para las bodegas de Estados Unidos, entre 50 ctv. y 1 dólar, sin contar otras adaptaciones del packaging. Tal vez no signifique mucho para un vino que cuesta mas u$s 30, pero es mortal - sostiene el mismo Schneider - si se trata de un vino de u$s 10.
Pero además, no todos los cuellos de botellas que actualmente se utilizan pueden adaptarse al Vino-Lok, lo que obligaría a depender nada más que de ciertos proveedores. Y, acaso, un segundo argumento de importancia surgiría de un problema enológico: de cualquier manera el vino siempre necesita de un trasvasamiento de oxígeno que solo el corcho puede asegurar.
Pareciera nomás que este invento - que se le atribuye a un médico alemán que vendió la idea a los fabricantes actuales del tapón de vidrio - deberá permanecer en el banco de prueba por un tiempo más prolongado. Hasta ahora, entonces, la tradición del corcho es indestructible. - Por: Diario del Vino - Ricardo E. Brizuela