SERGI AROLA
MADRID [AGENCIAS - EL COMERCIO]. Después de elevar a un respetable nivel (dos estrellas Michelin) el restaurante que en el 2000 abrió en el madrileño hotel Miguel Ángel, el chef catalán Sergi Arola se lanza en una nueva empresa gastronómica inaugurando en la capital española su Sergi Arola-Gastro.
El mediático chef ha creado este rincón junto con su esposa Sara Fort, después de 10 años de desarrollar su trabajo y construir un estilo propio, pero siempre asociado a gente que creyó en su labor.
"Sergi Arola-Gastro es fruto de nuestras aspiraciones profesionales. Es la herramienta con la que pretendemos, de una parte, transmitir a lo largo de un menú de degustación la complejidad del mundo sensorial que sentimos y en el que creemos, y de otra, más allá de modas o tendencias estéticas, recuperar la calidez y las texturas, de ese trato de "Bistrot" ilustrado, que tanto añoramos de nuestra primera etapa en Doctor Fleming", comenta el célebre chef, discípulo de Ferrán Adriá y Pierre Gagnaire en su página web.
Su propuesta gastronómica --en un bistrot con comedor alargado y mesas pequeñas-- no está presentada en una carta. En Sergi Arola-Gastro se ofrece al comensal tres menúes degustación que van cambiando mensualmente, una manera bastante rentable y más clara para el comensal que busque interpretar la filosofía de su cocina.
El primero es el menú gastro, con 14 platos (raciones pequeñas) al que el comensal debe dedicar más de dos horas. El segundo es el menú ejecutivo, que ofrece raciones más completas pero menos platos, con el asesoramiento de Sara Fort para la elección entre distintos pescados, carnes o postres. Y finalmente, el menú de quesos, con ensalada, tres pases de quesos, vino y postre.
SU HISTORIA - Sergi Arola dejó a un lado el camino de la música y tomó con gusto el de la cocina. Estudió en la Escuela de Hostelería y Restauración de Barcelona y de ahí pasó a realizar prácticas en distintos restaurantes: Cal Boter, L'Aram, La Xixonenca, Talaia Mar y El Bulli de Ferrán Adriá.
Tuvo alguna formación en ciertas cocinas francesas, hasta que regresó con su maestro Adriá.
El salto definitivo lo dio en 1997, cuando le propusieron irse a Madrid para reflotar un restaurante. Llevó a la capital un nuevo concepto de cocina y en menos de un año logró la primera estrella de La Guía Roja, para luego trasladarse a La Broche del hotel Miguel Ángel, donde logró la segunda.
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