HOMENAJE A SIMONE ORTEGA
HOY.ES - J.MENDEZ - F.CANALES - La escritora Simone Ortega, autora del libro '1.080 recetas de cocina' del que se han vendido más de tres millones de ejemplares, falleció ayer en su residencia de Madrid a los 89 años de edad. Simone Ortega, nacida Simone Klein Ansaldy, era nuera del filósofo y ensayista José Ortega y Gasset por su matrimonio con su hijo José Ortega Spottorno. Simone Ortega nació en Barcelona en 1919 donde su padre, de ascendencia alsaciana, había sido destinado para dirigir una fábrica de goma para correas. Desde allí se trasladó con su familia hasta Madrid, donde estudió en el Liceo Francés. Se casó con 23 años y enviudó a los 25. Tuvo que trabajar regentado una pensión, como enfermera y puericultura hasta que, con 30 años, contrajo segundas nupcias con Ortega Spottorno. Poco después fundó junto a unas amigas la primera tienda de bricolage de Madrid.
Simone comenzó a interesarse por la cocina a muy temprana edad; en algunas entrevistas recordaba que su abuela, originaria de la Borgoña, cocinaba extraordonariamente. Pero no le fue fácil aprender. «Teníamos cocinera y se consideraba que los niños sólo estorbábamos en la cocina. Pero aprendí, a pesar de todo», declaró. Y fue su abuela la que depositó en esta dama crecida entre fogones un poso culinario indeleble que ella se encargó de perfeccionar y expandir. Su libro, publicado en los primeros años 70, tuvo una difusión lenta, pero imparable hasta estar presente en buena parte de los hogares españoles. «Habéis hecho feliz a una vieja dama que siempre ha necesitado amistad, amor... y chocolate», declaró tras recibir la Orden de las Artes y de las Letras de la República francesa que le impuso el embajador galo en nuestro país. «Mi contribución ha sido modesta, popular. No he provocado una revuelta gastronómica de masas, más bien he ayudado a elevar el nivel en las cocinas de las familias de este país, comenzando por mis contribuciones francesas», indicó Simone Ortega tras recibir el galardón.
El cuaderno de la abuela
Simone Ortega comenzó a escribir el libro '1.080 recetas de cocina', aún a la venta en las librerías (con una edición ilustrada por Mariscal y, otra, traducida al inglés), por sugerencia de su marido, director entonces de Alianza Editorial. La cocinera se empeñó en cuerpo y alma en la escritura del tomo de recetas.
Como base, empleó un antiguo cuaderno donde había recopilado viejas recetas de su abuela. Pasó tres años actualizándolas, probándolas y ajustándolas a los nuevos tiempos. Simone presumía de que todas las recetas que aparecían en la obra habían sido preparadas por sus propias manos. Ella se encargaba de acudir a hacer la compra al mercado, preparaba los ingredientes, guisaba y decoraba los platos.
El libro contiene un calendario de productos alimenticios, una tabla de calorías, cantidades corrientes empleadas en los platos, tiempos de cocción para las carnes, menús semanales, sugerencias de menús para invitados, consejos, trucos y términos culinarios, aperitivos, frituras, tartas saladas (su quiche es un clásico), empanadillas y tostadas, salsas, potajes y sopas, arroz, legumbres, patatas y pasta, verduras, setas, huevos, flanes y souflés, pescados, mariscos, carnes, aves, caza, casquería y repostería.
Aún hoy, su libro es el acompañante ideal para jóvenes emancipados, recién casados y aprendices de cocinero. Conocí a Simone Ortega hace 20 años, cuando yo era un vocacional estudiante de cocina, un bicho raro en aquella época. Su libro era como el catón de los que empezábamos. Al principio, para incorporar recetas a tu repertorio, debes cocinar con seguridad. Y las recetas de Simone salían siempre.Y muy bien. Se notaba que las había cocinado, que había medido bien las cantidades y los tiempos... Además están contadas como lo haría una persona que se encuentra a otra en el mercado o en la calle. Simone ha sido la gran embajadora de la cocina francesa, la que nos ha transmitido ese amor que en Francia está presente en todos los grupos sociales, en todos los hogares: esa manera de poner el mantel y los cubiertos, de servir el vino, de tener siempre un poco de fromage... Simone trajo a España ese concepto. Porque, mientras aquí las señoras presumían de no pisar la cocina, en Francia las señoras cocinaban... y de rechupete. Simone Ortega dió valor, prestigió la cocina. Siempre recordaré sus raviolis. Nos reimos recordándolo cuando recibió un premio gastronómico en Navarra. Pero no me enseñó sólo técnica. En 1970 ya hablaba de dietética, de alimentos de temporada, de comida sana. Detrás del éxito de su libro no hay una campaña de marketing sino la transmisión, boca a boca, de que la comida es placer, un disfrute rico y sano. Embajadora
0 comentarios