DESCENSO DE PESO SALUDABLE
Por la Lic. Claudia A. Aronno para Alimentación Sana
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy; si bien es un viejo refrán puede ser útil para aplicarlo al descenso de peso saludable.
No cometas nuevamente el error de querer bajar de peso cuando empieza la primavera y llegan los primeros calores. De esta manera nos apremia el tiempo y recurrimos entonces a dietas mágicas carentes de muchos nutrientes, ayunos y a ejercicio físico extenuante, para lograr la tan querida delgadez.
¿Pero es así como vamos a mejorar nuestra salud y calidad de vida?
Aquí van algunos consejos practicos para reducir el peso y no recuperarlo:
• Establecernos objetivos a corto plazo sobre lo que queremos lograr con el seguimiento de la dieta, por ejemplo bajar 3 kilos en un mes, alcanzar determinada talla de vestido, etc. Tengamos en cuenta que hicimos en el pasado, identificando que factores afectaron el cumplimiento de nuestras metas y aprovechemos de esos errores para no volver a cometerlos. Es importante armarse de paciencia ya que toda modificación de hábitos es un largo camino que requiere voluntad y compromiso. Piensa que no llegaste al estado actual de un momento a otro! Pero ante todo siempre ten una actitud positiva y no claudiques frente a las dificultades.
• No reduzcas las calorías drásticamente. Esto genera una perdida de tejido muscular, que es el primer determinante del metabolismo, es decir de las calorías que quema el cuerpo. La perdida de peso saludable debe realizarse a expensas del tejido graso y esto se logra con una dieta variada mantenido a lo largo del tiempo.
• Cumple con las cuatro comidas del día y sumar de 1 a 2 colaciones. Esto permite estimular al organismo para consumir esas calorías ingeridas, nos permite tener energia para todas las actividades del día y también evita que caigamos en las tan famosas comilonas.
Es importante comenzar el día con un desayuno adecuado, que aporte las calorías necesarias para arrancar el día con energía. Para que sea completo se puede armar con cereales, frutas, y lácteos
• Toma mucho líquido. Se trata de consumir de 2 a 3 litros de agua por día, para favorecer las funciones corporales, además de generar saciedad. Es aconsejable el consumo de agua segura, pero también podemos consumir caldos y sopas, jugos de bajas calorías, infusiones, gelatinas dietéticas y en último lugar gaseosas Light, de las que no es conveniente abusar por su contenido de conservantes.
• Come más despacio y masticar bien los alimentos, esto prepara mejor los alimentos para su posterior digestión además de provocar saciedad. Se debe tener en cuenta que el estómago envía señales de saciedad hacia el cerebro al cabo de 20 minutos de comenzar a alimentarnos. De esta manera si comemos más lento, finalmente comeremos menos cantidad.
• Reduce el tamaño de las porciones. No es necesario excluir todos los alimentos calóricos que tanto nos gustan, si no de saber permitirnos esos alimentos en pequeñas cantidades y de forma esporádica.
• Realiza las comidas siempre sentado a la mesa, esta es una mejor manera de controlar y estar conciente de lo que estamos consumiendo. También es útil llevar un registro de los alimentos que ingerimos, es decir anotar todas las comidas que llevamos a cabo en el día.
• Realizar una actividad física que sea lo suficientemente placentera como para realizarla frecuentemente, por ejemplo bailar, andar en bicicleta, nadar, etc. Se aconseja una rutina de al menos 3 a 4 veces por semana de 45 minutos a una hora. Afortunadamente no es necesario realizar toda la actividad física junto, si no que puede dividirse en intervalos a lo largo del día.
Entonces ya sabes, cualquier momento es bueno para empezar a alimentarse mejor; plantéate metas realistas y próximas; ten como aliado a la paciencia; no te culpes frente a un desarreglo alimentario, sino úsalo para aprender de esa experiencia; y piensa en este último concepto: si somos lo que comemos, nos podemos proponer ser un poco mejor??
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