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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

VINOS SELECTOS Y CAROS

 

La crisis económica se olvida con vino

Botelllas antiguas de vino

Una botella de coñac Clos du Griffier de 1788, se vendió por el equivalente a US$ 37.200.

Una subasta inédita de 18.000 botellas de vino que pertenecían al legendario restaurante francés La Tour d’Argent recaudó US$ 2.263.000, a pesar de la crisis económica que afecta a (casi) todos.

“Hemos superado en más de 50% el objetivo que nos habíamos fijado”, dijo Aymeric de Clouet, el experto de la venta que se desarrolló entre el lunes y martes en París, en diálogo con BBC Mundo.

La subasta supone una rara señal de vitalidad en el mercado de artículos de lujo de Francia, el primer productor mundial de vinos que hace unos días vio a sus viticultores protestar en la calle por las dificultades que atraviesan.

“Vinos para tomar”

Fundado en 1582 en el corazón de París, La Tour d’Argent es uno de los restaurantes más antiguos y famosos del mundo, con una bodega de cerca de 450.000 botellas de vino, en su gran mayoría franceses.

El propietario del establecimiento, André Terrail, explicó que el motivo principal de la venta era hacer lugar en la bodega para poder renovarla con otros vinos.

Pero durante una entrevista con BBC Mundo antes de la subasta, Terrail explicó que la venta permitiría además “mejorar el colchón” financiero del establecimiento familiar, que también ha sido rozado por la crisis global.

De Clouet, por su parte, dijo que el resultado de la venta es “una muy buena señal” para el mercado.

“Esto quiere decir que sigue habiendo consumidores, porque la gente vino a comprar vinos para tomar”, comentó el experto, que estuvo a cargo de describir los vinos y hacer las estimaciones de la venta.

Esto quiere decir que sigue habiendo consumidores, porque la gente vino a comprar vinos para tomar.

Aymeric de Clouet, experto en vinos que estuvo a cargo de la subasta.

 

De Clouet precisó que la mayoría de los compradores fueron franceses y sostuvo que la fortaleza del euro respecto al dólar y otras monedas pudo haber desalentado a potenciales interesados fuera de Europa.

“Demasiado caros”

El mercado francés de lujo ha sentido los efectos de la crisis -por ejemplo, la firma de diseño Christian Lacroix planea suprimir sus actividades de alta costura- y algunas marcas lanzaron una ofensiva para ganar clientes en China.

De Clouet dijo que, con una baja de ventas en torno a 25%, el mercado de vinos antiguos también fue golpeado por el remezón financiero, “pero mucho menos que los productores”, cuyos ingresos cayeron entre 60% y 80%.

A fines de noviembre, una manifestación de viticultores en la región francesa de Languedoc-Rosellón reunió a miles de personas para reclamar ayuda al sector. La protesta culminó con incidentes con la policía.

De Clouet relató que, antes de la subasta de La Tour d’Argent, recibió llamadas de productores de Buredos o Burgoña interesados en caldos que provenían de sus propias vendimias, pero ninguno llegó a concretar.

“Todos encontraron que eran demasiado caros para ellos”, dijo. “A pesar de las dificultades de los productores, es formidable para nosotros ver que los vinos se venden bien actualmente”.

“Su momento”

La vedette de la subasta fue una botella de coñac Clos du Griffier de 1788, el año anterior a la Revolución Francesa, que se vendió por el equivalente a US$ 37.200.

El precio superó diez veces el valor inicial con que la botella salió a la venta.

Cada botella deberá encontrar su momento, su atmósfera para ser apreciada.

André Terrail, propietario de La Tour d’Argent.

 

El comprador fue un empresario francés radicado en Londres, que dijo que piensa compartir con sus amigos el coñac, posiblemente el más antiguo de Francia.

Otras dos botellas de Clos du Griffier fueron vendidas por el equivalente a US$ 25.000 y US$ 22.000.

Un comprador llegó a pagar unos US$ 8.800 por una docena de botellas chicas de Château Haut-Brion, 1er Cru Pessac-Léognan de 1989, y otro unos US$ 8.400 por el mismo volumen de Château Lafite-Rotschild, 1er Cru Pauillac de 1982.

A nivel de champañas, la venta más destacada fueron dos botellas de Renault de 1810, a unos US$ 8.200 cada una.

Entre los lotes más “económicos”, uno trío de Château Doisy-Daëne, 2e Cru Sauternes de 1976 se remató por el equivalente a unos US$ 270.

Al término de la venta, Terrail manifestó su satisfacción por el resultado y advirtió que “cada botella deberá encontrar su momento, su atmósfera para ser apreciada”.

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