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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

LOS PECES FILTRADORES

 

Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto que peces gigantes que se alimentaban filtrando el agua en busca de plancton poblaron los mares durante 100 millones de años, mucho más de lo pensado, antes de desaparecer en la gran extinción que acabó con los dinosaurios.

El hallazgo, publicado en la revista Science, se produjo por casualidad, al analizar un antiguo fósil guardado en un museo de Kansas que al principio fue confundido con un pez espada, y que fue bautizado como "Bonnerichtys".

"Sabíamos que este tipo de peces existieron durante un período comprendido en la era Jurásica (hace aproximadamente 155 millones de años), pero nuestro descubrimiento muestra fósiles mucho más recientes", explicó hoy a Efe Matt Friedman, profesor de Paleobiología en la Universidad de Oxford.

Estos peces, que empleaban un hueso que servía como filtro para detectar los alimentos en el agua, vivieron hasta hace 65 millones de años, cuando se produjo la extinción de los dinosaurios, según el estudio.

Con su descubrimiento, los científicos han resuelto el misterio que planteaba la desaparición durante unos cien millones de años de los registros fósiles de animales marinos que utilizaban ese sistema para alimentarse.

El hecho de que los modernos gigantes que filtran el agua para comer sólo aparecieran tras la gran extinción sugiere que vinieron a sustituir el papel ecológico desempeñado por estos peces gigantes, según Friedman.

Grupos de animales contemporáneos como el tiburón ballena, el tiburón peregrino o la manta raya evolucionaron durante la primera parte del período Cenozoico (hace entre 66 y 34 millones de años). 

Algunos cetáceos actuales, como la ballena, poseen unas placas de barbas formadas por cientos de láminas fibrosas, similares a un "peine", cuya función es filtrar los alimentos del agua que ingieren.

Preguntado por qué nadie antes había descubierto que la historia evolutiva de esos peces se extendió durante más de 100 millones de años, Friedman explicó que el problema radica en la falta de paleontólogos que trabajen con fósiles marinos.

"Hay muchos más ejemplares fósiles que investigadores", dijo el profesor. - EFE

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