Deliciosos bagels
Se dice que fue un panadero judío en Viena quien lo ofreció como regalo a su rey Juan III Sobieski de Polonia cuando derrotaron a los turcos en 1683. El panadero le dio una forma particular al pan local de manera tal que se asemejara al estribo del rey. El nuevo pan se lo llamo “beugel” derivado de la palabra alemana “bugel” que significa estribo. Cuando los judíos emigraron a América, llevaron los beugels con ellos, y fue en la ciudad de Nueva york, en el 1920, donde aparecieron las primeras panaderías que los elaboraban cambiando el nombre a bagel.
Es un pan redondo con un agujero en el centro que se elabora con harina de trigo, levadura, agua y aceite pero tiene la particularidad de cocinarse en agua hirviendo por tres minutos antes de su cocción en el horno. Esto hace que la superficie quede crocante y su interior compacto y húmedo.
Por lo general, al pan se le agregan por encima semillas de sésamo, amapolas o granos de sal gruesa. Se pueden hacer bagels más saludables utilizando harina integral, o una mezcla de harinas y agregarle en su cubierta semillas de lino, girasol además de las populares semillas de sésamo o amapolas.
Tradicionalmente se venden rellenos de queso blanco y salmón rosado o rellenos de pastrón, mostaza y pepinos agridulces, pero si quieres un desayuno no tan contundente saboréalos cortándolos al medio, tostándolos y acompáñalos con una rica mermelada de frutos.
No creas que no vale la pena el esfuerzo de hacerlos. Cuando estés dispuesto a cocinar bagels recuerda que el freezer es tu aliado. Cocinas un día, los congelas y puedes disfrutarlos como recién hechos en cualquier momento.
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