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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

02 PERSONAJES

HOMENAJE A TERESA IZQUIERDO

La cocina peruana está de duelo. Una de las más insignes representantes de nuestra gastronomía, la querida Teresa Izquierdo, falleció a los 77 años de edad.

La reconocida cocinera, dueña del gran restaurante El Rincón Que No Conoces, se encontraba internada en Hospital Nacional Edgardo Rebagliati, donde en los últimos días fue sometida hasta a tres operaciones.

Sus restos fueron velados en el Museo de la Nación donde miles de personas que la admiraban y la querían acudieron testimoniar su dolor y reconocimiento.

Tuve la suerte de conocer a Teresa Izquierdo hace mas de 40 años, cuando yo trabajaba con mi hermano en su restaurante, el Tradición en Lince, muy cerca al de ella.

Teresita ya era conocida y respetada en el barrio. Un día fui a hablar con ella - en esa época yo estaba avocado a mejorar - dándole un toque de estilo - al seco de cordero y el chupe de camarones del restaurante Tradición y me dijeron que nadie los hacia como la Tía Teresita, fui a hablar con ella y me dijo literalmente,”gringo, me gusta que vengas, si te doy la receta y mis secretos ya no vas a venir y eso no es bueno” - ella ofrecía su sazón y me aconsejo que nosotros ofreciéramos la nuestra, pero me lo dijo con dulzura y firmeza al mismo tiempo y ese fue el inicio de una larga y coloquial amistad.

En los últimos años no la visite con la frecuencia que habría querido - por razones de tiempo y distancia - pero mi cariño y admiración permanecieron intactos, ya tenia tantos seguidores que quizás no extrañaba a ese joven flaco y despeinado que décadas atrás tenia tanto interés en conocer los secretos de la cocina criolla.

Un día tuve la suerte de que coincidieran en el Restaurante Tradición con otra grande de la gastronomía peruana - Rosita Ríos - tuvimos una conversación larga y sabrosa, de ollas de barro, del amor por los fogones, comentamos y degustamos el “apanado” que habíamos desarrollado y que lo ofrecíamos junto con tacu tacu, montado, con huevo y plátano frito y que era plato estrella del restaurante.

Recuerdo que como fondo musical Lorenzo Humberto Sotomayor nos dedicaba su nueva composición “Corazón” fue una tertulia, grata, de amigos, de gente que disfrutaba con el tesoro de nuestra cocina, sin duda estas dos queridas mujeres estaban poniendo los cimientos de los que es hoy una hermosa realidad.

Querida Teresa, te quiero y en el Instituto de los Andes te vamos a extrañar por siempre, que Dios te bendiga. 

Ing. Jaime Ariansen Céspedes

INFLUENCIA DE DOÑA PETRONA

Podría decirse en clave doméstica: “dadme una sartén y reflejaré el mundo”. Como un espejo que se pasea por un camino, la sartén tan pronto podrá reflejar el cielo azul, como el fango de la carretera. La comida es un modo de conocer, un modelo de investigación sobre la realidad y los vínculos entre las personas. Esto podría pensar Rebekah Pite, investigadora en Historia Social de la Universidad de Michigan, que dedicó casi diez años a estudiar la figura de Doña Petrona C. de Gandulfo, hasta concluir su tesis doctoral próxima a aparecer: La creación de una mesa común: Doña Petrona, la mujer y la alimentación en Argentina del siglo XX .

Se dice que El Libro de Doña Petrona llegó a vender más de tres millones de ejemplares, que es uno de los libros más robados de la Biblioteca Nacional, que está entre los best sellers argentinos de todos los tiempos inmediatamente después del Martín Fierro . Y en estos días, la ecónoma más famosa de nuestro país fue el núcleo de una conferencia de Pite en la Facultad de Filosofía y Letras organizada por el Instituto de Estudios de Género.

La pregunta del millón: ¿Por qué una historiadora estadounidense dedica diez años a nuestra Doña Petrona? “Pongo el foco en la comida porque es una presencia fuerte en la memoria. La gente puede acordarse del primer plato que disfrutó en la infancia. En 2001 llegué a Buenos Aires y, buscando libros de cocina antiguos, un librero me alcanzó un ejemplar gastado: “Esta es la Biblia de la casa”, y me enfrentó con Doña Petrona y sus recetas. Doña Petrona (1896-1992) tuvo una carrera larga y un impacto profundo en la comunidad. Hace poco vi a una chica joven que le decía a su amiga mientras cocinaba: ‘Dale Juanita, pasame la sal’, porque hasta el rol de la asistente de Doña Petrona ha quedado grabado en la memoria argentina”.

Pite se preguntaba cómo una joven que rechazaba cocinar pasó a ser la “diva radiotelevisiva” de la cocina. Cómo de negarse a aprender a hacer pastelitos en su infancia, en Santiago del Estero, pasó al dictado de recetas culinarias como vendedora líder de las cocinas Primitiva, hasta ser una empresaria estrella. Su indagación es un relato que exhibe las limitaciones y oportunidades que se les presentaron a las mujeres con la modernización de la economía y los cambios en los roles de género en la Argentina durante el siglo XX.

“Cuando empieza a cocinar en público en los salones de El Hogar, en los años 20, las señoras que ocupan las plateas para ver sus demostraciones con las cocinas a gas querían ser asociada con la ‘gente bien’. Se separaban de sus cocineras y a éstas las hacían seguir la función desde la parte alta. (No es lo mismo cocinar por placer que para ganarse la vida). Luego, en el 30, está en la radio y llega a más público. Con Perón empieza a hablar más de economía, de ahorrar. Todo el tiempo está haciendo adaptaciones a las crisis económicas , para aumentar la audiencia”.

El término “ecónoma” no aparece en el diccionario de la Real Academia: “Investigué la palabra –dice Pite– y encontré que es una palabra única de Argentina y Uruguay, usada por las empresas que relacionaron a las mujeres con la economía doméstica y la industrialización alejándolas del término ‘cocinera’ (servicio doméstico) y de los ‘chefs’, que son hombres. Implicó para muchas mujeres la posibilidad de una formación, un espacio de sociabilidad y el acceso a la tecnología”.

¿Si tuvieras que elegir una de sus recetas? “La del ‘Pan dulce’. Primero, porque era una de las más populares. Y segundo, porque la cambiaba con los tiempos. Con Perón, en el 47, como ella quería llegar a la clase obrera que tenía aspiraciones, la hizo mucho más económica: sin huevos, sin nueces...”

JUAN MARI ARZAK

Juan Mari Arzak llegaba ayer al Gastro del Niemeyer para ceder sus recetas al equipo de Morán Gastronomía que, a partir de hoy mismo, las realizarán en la parte norte de la torre-mirador. Lo hacía con una tableta digital y con un portafolio en el que se entreveían varias hojas rellenas de anotaciones hechas con bolígrafo. Una combinación entre tradición y modernidad que también se traslada a su cocina.

Uno de sus menús va a ser el encargado de inaugurar Gastro, ¿qué le parece esta iniciativa? Es una idea genial, porque al final hay que poner chispa a las cosas. Es igual que sea para 10 ó 14 comensales. Lo bueno es que se queda, al que va a hablar por ahí, que el Niemeyer tiene un restaurante que parece una nave espacial.

¿Qué opina del Centro Niemeyer? Lo ha hecho uno de los mejores arquitectos del mundo y cuando me dijeron que lo iba a hacer en Avilés no me lo creía. Es una historia parecida a la de Bilbao. Aquí había industria, se fue para abajo, la gente estaba triste y había que buscar una salida. Este centro será un atractivo cultural para el mundo. Habrá que hacer más cosas, porque en Bilbao se hizo el Guggenheim, el Euskalduna o el puerto deportivo y le han dado mucha vida a la ciudad.

En el menú que usted cede hay chipirones mutantes y pichón muy azulón, ¿en qué consisten estos platos? Nosotros hablamos mucho en metáfora y el pichón azulón viene del tiempo de la paloma, que le ponías una pata de pato que se llama azulón, una patata que sea azul, una salsa un poquito azul. El chipirón es un ravioli envuelto en zanahoria, con una gelatina muy fina de salsa de chipirón encima y luego cuando lo sirves le echas un caldo de chipirón blanco y va perdiendo el color negro y se queda rojo.

¿Qué le parece que le consideren el padre de la cocina de vanguardia? Yo me pido ser el hermano mayor. Tampoco creo que sea así, hemos trabajado muchos. Empezamos en el año 1976.

A veces es noticia que los cocineros más famosos tienen rencillas entre ellos, ¿eso es verdad o de cara a la galería? Nunca hemos tenido, aunque alguna excepción sale para confirmar la regla. En Francia hay mucha piquilla, pero en España no porque empezamos todos juntos y hemos ido hacia delante.

¿En el restaurante de Arzak se le da más importancia a la cocina o a la investigación culinaria? Las dos cosas. La investigación es la que ayuda a evolucionar y luego en los restaurantes se pone en práctica lo que se ha creado.

Se habla mucho de novedosas técnicas culinarias, pero ¿ve el día en que un ama de casa cocine con nitrógeno? Ya lo hacen. Es más fácil que freír. Es coger el nitrógeno, poner algo y se queda helado. En la cocina sólo hay un problema: que tú nunca puedes enseñar el punto el punto de las cosas, de si a una salsa le falta o no Oporto.

Uno de sus platos favoritos son los huevos con pimientos del piquillo, pero eso tiene poco de innovador.

Es lo que más me gusta. No nos vayamos a equivocar, la cocina de innovación, la de tradición y la de vanguardia es la misma. En un momento determinado aquello fue moderno y ahora ya pasó.

Y, ¿cuál es la clave para hacer unos buenos huevos fritos? Que el huevo sea bueno y el aceite también y que esté muy caliente cuando lo hagas.

¿Qué tal se come en Asturias? A mí me encanta. Además, hay grandes cocineros en Asturias.

¿Al nivel de la cocina vasca? Claro que sí, igual que allí. Yo hoy me llevo un cazuelón de fabes de Pedro Morán para casa. Ya hechas, porque no las vamos a cocinar nosotros que lo hacemos mucho peor que él.

Antes se decía que una mujer era capaz de conquistar a un hombre por el estómago, ¿a las mujeres también se las puede conquistar igual? Claro que sí. Le das una buena comida, imprescindible una copa de vino para alegrar la moral y abres a la sensación y a la sublimación.

CLASE MAGISTRAL - NO TE LA PIERDAS

LAS CHEFS MUJERES

Las mujeres cedimos a los hombres la cocina como profesión"
Estrella Gutiérrez entrevista a la chef HELENA IBARRA

Helena Ibarra, en un descanso de los fogones.  / Crédito:Cortesía de Helena Ibarra
Helena Ibarra, en un descanso de los fogones.

Crédito: Cortesía de Helena Ibarra

CARACAS, may (IPS) - "No querían ser más esclavas y ejercer como profesión lo que en su proceso de liberación luchaban por dejar de hacer", argumentó a IPS Helena Ibarra, una afamada chef venezolana, para explicar por qué las mujeres tardaron tanto en pelear un espacio laboral simbólicamente tan femenino como es la cocina.

Ibarra, de 51 años, dirige los fogones de un hotel de cinco estrellas de Caracas y es reconocida por su recreación de la alta gastronomía venezolana, en una propuesta donde la naturaleza y las raíces locales, incluidas las de los pueblos originarios, se amalgaman en juegos estéticos y culinarios tremendamente personales.

Graduada en ordenamiento territorial en Francia, donde vivió parte de su infancia y de su primera juventud, Ibarra tuvo "el privilegio" de compartir con chef tres estrellas de aquel país, algunos discípulos de Paul Bocuse, padre de la nueva cocina.

Ibarra acaba de lanzar el libro "La cocina extra-ordinaria", que sintetiza su propuesta y donde sus metáforas gastronómicas se condimentan en capítulos como "La naturaleza", "El imaginario", "Emociones" o "Helena en el país de las maravillas", y recetas como "Merienda de locos", "Encuentro del sombrerero y la mariposa" o "Mirando a través del espejo".

IPS: Unos dicen que la mujer fue marginada de la cocina comercial porque requería fuerza, largas horas de pie y mucho sacrificio. Otros que ella evitó repetir en el espacio público una obligación privada. ¿Cuál es su análisis?

HELENA IBARRA: No querían ser más esclavas. Cuando se le abre el espacio público del trabajo, desechan la cocina porque no les interesa.

Era algo obligatorio y de eso quieren salir, quieren ser otra cosa que cocineras en ese espacio nuevo que logran. No quieren heredar la esclavitud de las madres, cuyo trabajo nada valorado era cocinar y criar a sus hijos.

¿Qué interés iban a tener en ir a pelar papas y limpiar cacharros, si era lo mismo que tenían que hacer en sus casas? Es un espacio que dejamos a los hombres, porque no formaba parte de nuestro proceso de liberación. Y por eso tardamos tanto en pelearlo.

IPS: A lo largo de la historia, las mujeres aparecen en las cocinas de fondas y posadas. Pero no en las de los palacios, ¿por qué?

HI: Porque las mujeres no tenían acceso al poder, tenían acceso solo como brujas. Todavía hoy se alaba a una mujer como bruja. Si una mujer quería acceder al poder, la llamaban bruja.

Y a eso se suma el dinero. Los restaurantes fueron concebidos como negocio y para ello se requería un chef, un jefe, que es lo que significa.

Podía ofrecer mala comida, tratar mal a los empleados, pero su misión era hacerlo rentable. Y un jefe tiene que estar a la altura de otro jefe. Las mujeres no podían llegar ahí, no las han dejado estar, aunque lo que hiciesen esos chef fuese recrear una receta de sus mamás.

Madres que, además, manejaban otros conceptos y calidades muy diferentes a los de una empresa. El amor no tiene caja registradora y las mujeres sienten la cocina como algo creativo y emocional, incluso cuando son chef.

Más allá de los roles, hay algo intrínseco en la madre y la cocina. Quienes amamantan y manejan la simbología de la nutrición, la alimentación y los sabores son las mujeres. Es algo innegable en nuestro espacio de vida, sin importar quien cocine en casa.

IPS: Bocuse repite que la cocina femenina es primaria, los gremios de los grandes chef bloquean a las mujeres. ¿Sobra misoginia en la alta gastronomía?

HI: Cuando me piden que me defina, digo que soy la hija perdida de Sigmund Freud (el padre del psicoanálisis), y desde ahí creo que, en un mundo dirigido por hombres, resulta inadmisible para ellos entregarle a la mujer un espacio tan cercano a la creación, tan emocional y vinculado a los orígenes y al placer como el de la cocina.

Por ello tratan de mantener la cocina industrial como un circuito cerrado, por un elemento de poder.

La cocina es la conquista de los hombres del espacio de las mujeres cuando ellas lo abandonan por conquistar el espacio de los hombres.

Pero hay una mutación importante, no había mujeres chef y ahora las hay, igual que se multiplican las escuelas con un alumnado paritario, también en las de alta gastronomía.

En una realidad como la actual, donde las mujeres son mucho más sólidas que los varones y donde nos cuesta encontrar un chef para meterlo en nuestras casas o nuestras camas, también en el ámbito de la gerencia gastronómica el poder masculino está en retroceso y el de las mujeres avanzando.

IPS: Sobre su cocina, los especialistas usan términos como emoción, sutileza o seducción, poco utilizados con los chef varones. ¿La gastronomía tiene género?

HI: Sobre todo es la manera de los hombres de percibir a las mujeres, es su cultura, les cuesta hablar de nosotras despojándonos de lo que ellos admiran en nuestro género.

Yo reivindico cosas porque soy mujer, pero tengo propuestas muy 'masculinas’, platos con un objetivo preciso y formas fálicas, como el tepuy (montaña vertical de techo plano, propia del venezolano Macizo Guayanés) en su selva, que ellos piden con entusiasmo.

Cuando me llaman seductora, me parece magnífico, pero son sus códigos. En "Helena en el país de las maravillas", mi discurso más creativo, hay propuestas agresivas, como costillitas sangrantes, que forman parte de mí, pero no de la imagen requerida.

No hay una cocina femenina o masculina, pero sí reivindico la femineidad y no me disfrazo ni me masculinizo cuando entro a la cocina.

IPS: Es crítica de la cocina molecular del español Ferran Adrià…

HI: Es que entender los procesos técnicos, por ejemplo cómo funcionan las moléculas, debe estar al servicio de jugar con universos creativos.

Adrià es un genio, pero es la máxima magia de un hombre sin aceptar su parte femenina, sin romper ese discurso intelectual y técnico que llega hasta el laboratorio, que le ha dado un nuevo lenguaje a la cocina, pero que falla en lo humano.

Dicen que es una experiencia que hay que tener, pero no repiten. Y si la cocina es amor, que tristeza que seas de una sola noche.

Para mí, detrás de ser chef varón hay una frustración que Adrià expresa. Freud decía que se ponen el delantal para jugar a ser mujeres.

Y la cocina es algo complejo que necesita una sensibilidad universal, donde lo femenino esté presente, y para ello tienen que haber roto con ese prejuicio de superar a la mamá, de que ella sabe hacer unas caraotas (frijoles negros) riquísimas, pero ni idea de hacer la espuma que yo domino.

IPS: Pero hay muchos hombres jóvenes que eligen la gastronomía. ¿Es una ruptura propia de su rol tradicional?

HI: Sí, por supuesto, ellos sienten horror por las carreras convencionales y prefieren ese espacio creativo y antes prohibido. La juventud masculina también se libera de cargas históricas en la cocina.

No olvidemos que la alimentación es un poder y un negocio y la cocina es una profesión muy compleja, que va directamente al placer, pero que también es nutrición y mejores condiciones de vida.(FIN/2011)

PERSONAJES: CURIOSIDADES

7. Antonio Vivaldi: el sacerdote pelirrojo
Vivaldi recibió el apodo de il prete rosso (el sacerdote pelirrojo) por el color de su cabello. De hecho, era una característica de su familia, y su padre ya era conocido con el sobrenombre de rosso.
En 1737 fue acusado de no decir misa siendo sacerdote, pero él se defendió alegando su asma; sin embargo, su enfermedad pulmonar no le restó capacidades a la hora de viajar por Europa.
En el funeral de Vivaldi, celebrado en la catedral de Viena, cantaron los niños del coro de la catedral, entre los que se encontraba el futuro compositor J. Haydn.
8. Marco Polo y su familia de exploradores
En la familia Polo hubo otros exploradores además de Marco. Su padre Nicolás (o Niccolò en veneciano) y su tío Mateo (o Maffeo) eran prósperos mercaderes dedicados al comercio con Oriente. Ambos partieron hacia Asia en 1255 y alcanzaron China en 1266, llegando a Khanbaliq o Cambaluc (Pekín). Volvieron de China como enviados del Kublai Khan con una carta para el Papa en la que pedía que enviase a gente ilustrada que enseñase en su imperio, para informar a los mongoles sobre su forma de vida
9. Leyendas sobre Madame de PompadourVarias leyendas rodean el personaje de la marquesa de Pompadour. Se dice que tenía una verdadera pasión por la sopa de trufas y apio bañados en tazas de chocolate ambarino «calentando los espíritus y las pasiones». Además propició el consumo del champán el cual decía que aumentaba su belleza. Se dice que la copa de champán fue modelada sobre el pecho perfecto de la marquesa. En un ámbito diferente, Madame de Pompadour, tratando de consolar el rey después de la derrota de Rossbach, hubiera hecho esta observación quedada famosa : «Au reste, après nous, le déluge.» («Por lo demás...,después de nosotros, que caiga el Diluvio...»).
10. Carlos Linneo y perlasComo curiosidad, puede mencionarse que durante su viaje de 1732 en Laponia, Linneo quedó fascinado por las perlas del lago de Purkijaure y de regreso a Uppsala experimentó una técnica de cultivo de perlas a partir de fragmentos de yeso que introdujo en moluscos que depositó durante seis años en el río Fyris. Perfeccionó la técnica y vendió la idea en 1762, pero ésta fue olvidada hasta la relectura de sus manuscritos a comienzos del siglo XX en Londres.
11. François Marie Arouet y su seudonimo VoltaireExisten varias hipótesis acerca del seudónimo Voltaire. Una versión muy aceptada dice que deriva del apelativo Petit Volontaire que usaban sus familiares para referirse a él de pequeño. No obstante, parece ser que la versión más verosímil es que Voltaire es el anagrama de «Arouet L(e) J(eune)» (‘Arouet, el joven’), utilizando las mayúsculas latinas.
También existen otras hipótesis, puede tratarse del nombre de un pequeño feudo que poseía su madre, se ha dicho que puede ser el sintagma verbal que significaba en francés antiguo que él voulait faire taire (‘deseaba hacer callar’, de ahí vol-taire), a causa de su pensamiento innovador, que pueden ser las sílabas de la palabra re-vol-tai (‘revoltoso’) en otro orden. En cualquier caso, es posible que la elección que el joven Arouet adopta, tras su detención en 1717, sea una combinación de más de una de estas hipótesis.
12. Herman Hesse y mujeres
Como muchos de sus personajes, Hesse tuvo a lo largo de su vida problemas con las mujeres. Su primer matrimonio con Maria Bernoulli, que le dio tres hijos, terminó trágicamente por los problemas mentales de su esposa. El segundo matrimonio aparentemente no pasó de ser una breve aventura con Ruth Wenger, terminando a los pocos meses. Finalmente se casó con Nion Dolbin en 1931 y se mantuvo a su lado durante el resto de su vida. 20 minutos.es

PERSONAJES: CURIOSIDADES

6. Napoleón Bonaparte ¿asesinado?
5 de mayo de 1821. Isla de Santa Elena. Napoleón Bonaparte fallece a los 51 años de edad. Pero… ¿fue su muerte, natural? ¿o se trató de un asesinato bien organizado para darle una muerte lenta que pasara desapercibida a los ojos del mundo? ¿el arsénico que se ha descubierto en el análisis de sus restos fue suministrado por alguien o se lo tomó como medio para superar su depresión final?

Cada vez se están reuniendo más pruebas de que Napoleón fue, efectivamente, asesinado. La primera de ellas, fue la extraída de un mechón de cabellos del emperador, con el que el Laboratorio Forense del FBI en Washington y el Laboratorio de Investigación Nuclear de Londres han confirmado la presencia de restos de arsénico. Gracias al Departamento de Medicina Forense de Glasgow, además, se pudo determinar la proporción progresiva en que el arsénico entró en su cuerpo durante el mes anterior a su muerte.


Sin embargo, esa gran cantidad de arsénico en su cuerpo no indica a ciencia cierta que alguien se lo suministrara sin su consentimiento, pues en aquella época se usaba también, en pequeñas cantidades, como droga que daba una sensación irreal de superioridad y fuerza. En medicina, además, se tomaba arsénico contra los vómitos, contra el estreñimiento y contra la depresión.

No obstante, el propio Napoleón, en ninguno de sus escritos, hizo referencia a que tomara nada, y además, era público su rechazo a las drogas de la época. Incluso en el diario de de Louis de Marchand, su ayudante de cámara, se puedo leer que el 3 de mayo de 1821 se le administraron sin su conocimiento o aprobación diez gramos de colomel. Lo normal en la medicina de aquélla época era suministrar una dosis de un gramo, o, como mucho, dos gramos en casos extremos.

También se ha antojado misterioso una petición expresa de Bonaparte en el que le indicaba a su médico que “luego de mi muerte, que presiento no muy lejana, quiero que abra mi cuerpo… Le recomiendo que lo observe todo cuidadosamente durante su examen”.

Partiendo, por lo tanto, de la base de que efectivamente Napoleón tenía arsénico en su cuerpo, y de que es improbable que lo tomara por su cuenta, lo que ha disparado el misterio de su muerte, es si detrás de todo, hubo una trama intencionada con el fin de deshacerse de él. Y es que muchos eran los interesados en que Napoleón no se recuperara.

La isla de Santa Elena se encuentra situada en el Atlántico Sur, a 1.930 km. de las costas africanas y a 3.500 de las costas de Brasil, en un lugar perdido e inhóspito. Una verdadera cárcel para un incómodo huésped. Una isla que vive permanentemente envuelta en la neblina; triste, desolada. Allí fue enviado el Emperador, y recluido, junto con todo su séquito. Permanentemente vigilado por un oficial inglés, Hudson Lowe, el emperador se sentía aislado, depresivo, y con continuos accesos de cólera.

Según los diarios de algunos que le acompañaban, poco a poco Bonaparte fue cayendo en la tristeza. El ambiente de la isla era tenso; por un lado, el oficial inglés, era implacable y duro; por el otro, su séquito que se había visto abocado a vivir desterrado allí por culpa de su señor. Sus mejores amigos lo fueron abandonando poco a poco. Los informes médicos señalaban el progresivo deterioro de su salud. Empezaron a aquejarle enfermedades como el cólera, o la hepatitis. Incluso alguno recomendó que lo sacaran de aquel ambiente inhóspito e insalubre, como hizo el médico irlandés O’Meary.

Napoleón estuvo incluso meses sin médico alguno que lo visitara y lo cuidara. Sin embargo, todos aquellos informes médicos eran alterados o se perdían, e incluso, uno de los médicos que lo trató, John Stokoe, fue llevado a un consejo de guerra por haberle diagnosticado una hepatitis crónica. Entre terribles dolores que él mismo contaba en sus cartas… “un cuchillo clavado que alguien se complace en remover”… Napoleón fue acercándose a su fin.

La autopsia que se practicó al cadáver, por el galeno Antommarchi (su último médico) se decantó como motivo de la muerte por un cáncer de estómago. Curiosamente, lo primero que debería observarse es que por un cáncer de este calibre, la persona que lo padece termina en un estado de absoluta delgadez, y Napoleón murió muy gordo, casi hinchado.

Resumiendo, Napoleón murió enfermo, no sólo por el ambiente de la isla a la que llegó, ni por su tristeza ni su soledad. Alguien administró arsénico al emperador, y una dosis final que posiblemente fue la que provocó aquel acceso final. La mezcla de calomel que le suministraron, junto con almendras amargas (sabor del arsénico) eran un cóctel letal muy conocido en aquella época. Además, el tártaro emético que le dieron para los vómitos, casualmente, contribuía a esconder el sabor y el olor de almendras amargas.

Los primeros responsables fueron sus médicos que, si es que no participaron, fueron incapaces de encontrar la razón de su enfermedad. Tampoco su séquito podía dejar de ser sospechoso, no sólo por le trato tiránico de Bonaparte, sino por haberse visto abocados a vivir en la isla, y por las ganas que seguramente todos tenían a volver a Francia, cosa que ocurriría en cuanto Napoleón muriera. Algunos, incluso, fueron beneficiados por el testamento de Bonaparte. y si esos son motivos más que suficientes, también lo son los políticos, pues la monarquía francesa no quería dejar la posibilidad de que algún día Napoleón Bonaparte pudiera volver al poder. Igualmente, la Corona británica estaba muy interesada en la muerte del Emperador, pues su mantenimiento en la isla les costaba ocho millones de libras anuales.

Y como sospechosos materiales, siempre quedarán para la Historia, aquéllos que estuvieron en la isla junto a Napoleón desde su llegada a Santa Elena y estuvieron con él hasta el final, pues el arsénico debió administrarse lentamente y en sus comidas habituales: el general Montholon, el mariscal Bertrand, su ayuda de cámara Marchand…

Pero Bartrand en los últimos años iba y venía al lugar de residencia del Emperador, por lo que sus posibilidades eran menores; Marchand, por contar, se le consideraba un amigo fiel, e incluso su madre trabajaba para la emperatriz María Luisa, por lo que difícilmente se atrevería a hacer algo en contra de Bonaparte… queda Montholon, general, gracias al rey Luis XVIII (uno de los principales interesados en que Napoleón despareciera y así asegurarse la Corona); los celos por las relaciones de su esposa con Bonaparte (del que incluso nació una hija a la que llamaban “la Bonaparte” porque se pensaba que era hija del Emperador y no de Montholon, sus deudas y la fortuna que recibiría del testamento del Emperador…

Para los principales investigadores del caso, Charles-Tristán, conde de Montholon, quedará para siempre, como el principal sospechoso del asesinato de Napoleón Bonaparte. 20 minutos.es

PERSONAJES: CURIOSIDADES

3. La inesperada y misteriosa muerte de Mozart
 La sensacionalista hipótesis que se extendió inmediatamente tras la muerte de Mozart fue la del envenenamiento, la cual está totalmente descartada en la actualidad. En sus últimos días, el compositor confesó a Constanze que estaba seguro de que lo habían envenenado (con acqua toffana). Además, tras la muerte del genio, se sospechó que Mozart podía haber sido asesinado por Salieri (quien acabó sus días en un hospital psiquiátrico, acusándose de la muerte de Mozart), cuya enemistad era conocida. También se pensó que pudo ser envenenado por alguno de sus compañeros de la logia masónica a la que Mozart pertenecía.
4. Vida privada de Catalina II de Rusia
A lo largo de su largo reinado, Catalina tuvo numerosos amantes. Después de su romance con Grigori Aleksándrovich Potiomkin, mantiene una relación con un joven que recoge a la vez belleza física y facultades mentales, llamado Aleksander Dmítriev-Mamónov. Ella siempre mostró su generosidad hacia sus amantes, que eran elevados a altos cargos durante todo el tiempo en que fueron favoritos, e incluso después del final de un romance les concedía grandes riquezas en tierras y siervos. Su último amante, el príncipe Zúbov, 40 años menor que ella, resultó ser el más caprichoso y extravagante de todos ellos.
 

5. El cerebro de Lenin fue extraído antes de embalsamar su cuerpo.

Los gobernantes soviéticos contrataron a un conocido neurocientífico alemán, Oskar Vogt, para estudiar el cerebro de Lenin y localizar las células cerebrales responsables de su genio. Con este propósito se creó el Instituto del Cerebro en Moscú. Vogt publicó un artículo sobre el cerebro en 1929 donde exponía que algunas neuronas piramidales en la tercera capa de la corteza cerebral de Lenin eran muy largas. A pesar de ello, la conclusión de su relevancia en el genio de Lenin fue mal recibida. El trabajo de Vogt fue considerado poco satisfactorio por los soviéticos. Posteriormente el equipo soviético continuó efectuando investigaciones, pero estos trabajos sobre el cerebro de Lenin ya no fueron publicados. 20 minutos.es