EL LHARDY DE MADRID
El restaurante Lhardy, espectador y partícipe de más de ciento cincuenta años de historia, tiene en custodia una cocina tradicional madrileña que le permite seguir siendo actualidad y referencia entre los amantes de la buena mesa.
En 1839, año en que se abrió el restaurante Lhardy, todavía toreaba Cúchares, había aguadores por las calles y acababa de nacer la música de zarzuela. En aquel año se fundó también la Caja de Ahorros de Madrid, que sólo se abría los domingos, y comenzaron a publicarse las primeras revistas ilustradas.
Lhardy es el primer restaurante español creado tal y como hoy lo entendemos. El precio fijo, las minutas por escrito o las mesas separadas han sido normas introducidas por Emilio Lhardy al comercio hostelero de mitad del siglo XIX.
Emilio Lhardy trajo a Madrid las novedades gastronómicas que deleitaron a la aristocracia romántica. Periódicamente enviaba a París a los cocineros y reposteros de la casa para que aprendiesen nuevas recetas de cocina, así como usos y costumbres de la Europa decimonónica de vanguardia. De este modo se conoció la salsa del aristócrata y gran gourmet Louis Bechamel, los souffles y el vol-au-vent, los brioches y hasta los croissant. También el popular cocido alcanzó la clase de sus salones, al tiempo que los callos a la madrileña dejaban de ser exclusivos de las clases modestas mención al toque de distinción de Lhardy.
Escritores, políticos, banqueros, aristócratas, periodistas, hombres de ciencia y de toda la actividad se dieron cita en Lhardy. Fuente: eldía.es
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