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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

SALVEMOS A LAS BALLENAS

En el archipiélago nipón, donde ha proliferado una potente industria pesquera que ha hecho del «sushi» y del «sashimi» un emblema de su gastronomía, la carne de ballena también resulta muy apreciada por los consumidores.

De hecho, se puede servir de distintas maneras, desde frita hasta cruda o empanada, y su sabor depende de la región y del tipo de especie cocinada.  

Regada con un buen «sake» o acompañando a una sopa «miso», se pueden mojar sus trozos de carne cruda con una salsa de soja con ajo, aunque su color oscuro y su textura pastosa no la hacen demasiado apetecible al ojo.

Pero hay quien defiende que la carne de la cola es buena como «sashimi» porque se parece al atún.

No obstante, es un manjar para unos pocos. Hace cinco años un sondeo realizado por el diario japonés «Asahi Shimbun» revelaba que sólo el 4 por ciento de los japoneses comían carne de ballena «a veces».  

Asimismo, algunos científicos han denunciado que varias especies de ballenas presentan altos niveles de mercurio por la contaminación, por lo que han desaconsejado su consumo. En teoría, la caza de las ballenas en Japón debería tener sólo fines científicos y su pesca comercial está prohibida, pero lo cierto es que la carne de los ejemplares capturados suele acabar en los mercados y restaurantes, ya que la industria nipona atrapa cada año un millar de estos cetáceos. Fuente: abc.es

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