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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

HISTORIA DE LA GASTRONOMIA - 23

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30. El 6 de Abril, se realiza la Ultima Cena, en la casa de Simón Marcos, Jesús y sus doce discípulos celebran la Pascua y la humanidad recibiría la más grande lección de humildad y amor; el poder que les permitiría a través de una comida y de un brindis, instaurar el Sacramento más eficaz de la gracia eterna, la Eucaristía, que es un supremo pacto de amistad entre los hombres.

El vino para esta cena memorable había sido cuidadosamente escogido, procedía del Monte de Simeón, de gran prestigio en todo Israel era sin dudar el mejor de la región. Se bebía mezclado con agua. Tadeo procedió a servir la primera copa, de la bienvenida, El dueño de casa y anfitrión de esta cena memorable Simón Marcos, había escogido para la ocasión el vino mas prestigiado de la época, el de Falerno. El discurso de bienvenida estuvo a cargo del Maestro. La tradición fijaba que después, los huéspedes deberían levantarse y lavar sus manos. Pero,  ante la sorpresa general, el rabí se incorporo, y se encamino silenciosamente hacia la esquina donde se encontraban las jarras de agua. Se quito la túnica, ciñéndose uno de los lienzos alrededor de la cintura. Después, cargando una jofaina y el agua, dio la vuelta completa a la mesa, llegando hasta el puesto menos honorífico; él lugar que ocupaba Simón Pedro, se arrodilla con gran humildad y mansedumbre, y se dispuso a lavarle los pies, al verle, los doce se levantaron y del estupor pasaron a la vergüenza. Jesús les había dado una lección de consideración y caridad.

Después prosiguió lavando los pies del resto de los discípulos en medio del silencio general, cuando termino, lavo ceremonialmente sus propias manos en la esquina del salón y regreso muy despacio a su  sitio  de honor.

Estando ya comiendo, dijo: en verdad os digo que uno de vosotros me hará traición. Y ellos afligidos sobremanera, empezaron cada uno de por sí a preguntar: Señor!? Acaso Yo?!. El Maestro en respuesta dijo: El que mete conmigo su mano en el plato para mojar el pan, ese es el traidor.

Mientras estaban cenando el cordero pascual. Tomo Jesús el pan y lo bendijo, y partió, y dióselo a sus discípulos, diciendo: tomad y comed; este es mi cuerpo.

Luego, tomo el cáliz, dio las gracias a Dios, lo bendijo, y lo ofreció, diciendo: bebed todos de el: por que esta es mi sangre, que será el sello del Nuevo Testamento, la cual será derramada por muchos para la remisión de los pecados. Era la segunda copa de vino de la cena, la del brindis.

Según relata Andrés, el Maestro no probo el delicioso asado de cordero, solo pudo degustar algunas verduras y legumbres, incluyendo las yerbas amargas, así como el pan ácimo, vino con agua y un poco del postre Jaroset.

A las nueve y cuarto de la noche, poco antes de que fuera servida la tercera copa de vino, la de las bendiciones, Judas se paro y pidió permiso para salir un momento del aposento, pero no regresaría jamás,  estaba rumbo a la mayor traición de la historia.

Minutos después, Jesús, prosiguió su discurso de despedida manifestando: os declaro que no beberé ya mas, desde ahora, de este fruto de la vid, hasta el día en que beba con vosotros del nuevo cáliz de  delicias en el reino de mi padre.

A las diez y cuarto de la noche, la familia Marcos se encontraba expectante en el patio principal de  su residencia, cuando inundó el ambiente del sentido himno que acompañaba a la cuarta y ultima copa de vino la de la despedida. Jesús y sus once discípulos estaban a punto de terminar esta cena memorable, luego los apóstoles empezaron a bajar, Jesús fue él ultimo, tenían que dirigirse al huerto de Getsemani a seguir protagonizando la etapa más importante de la historia de la humanidad.

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