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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

EL RESTAURANTE EL MIRADOR

Modigliani

ROSA RIVAS - Madrid - 27/08/2009

 ¿A qué sabe un Matisse? Los visitantes del museo Thyssen-Bornemisza lo pueden comprobar ahora en el restaurante de su terraza-ático El Mirador. Antes supieron a qué sabía un Modigliani o un Miró. El arte expuesto en sus salas ha tenido distintas traducciones en comida, llevadas a cabo por los responsables de cocina del Grupo Paradís, sobre una idea de Paz Ivison (Premio Nacional de Gastronomía 2000).
Los nombres de los menús del Museo del Traje son de tendencias de moda

La terraza de Casa de América es en verano un cruce de culturas cocteleras

Festival de flores (un buñuelo de flor de calabacín y otros pétalos) para abrir boca. Como primer plato, Conversación bajo los olivos: sardinas marinadas con una tapenade de diferentes aceitunas. De segundo, Las dos rayas y el congrio, pescados que el pintor francés reflejó en varios cuadros y que son acompañados de ratatouille (pisto de verduras). Como broche Las palmeras, dátiles con limones confitados evocando el mundo vegetal de los lienzos.

Éstos son los platos dedicados a la exposición Matisse 1917-1941 y en la ciudad de Niza, donde el artista realizó gran parte de su obra. El menú, de inspiración mediterránea pero con el horizonte urbano del eje Prado-Recoletos, se sirve a un precio de 40 euros en las noches de martes a sábado. El horario veraniego (a punto de terminar) se prolonga hasta la una de la madrugada.

"Mantendremos el menú Matisse hasta el final de la exposición (el 20 de septiembre)", dice una portavoz de Paradís. "La experiencia de la elaboración de los menús relacionados con una exposición, que iniciamos en 2008, ha sido muy positiva".

Pero el museo Thyssen (www.museothyssen.org) no es el único centro cultural de la capital en mezclar arte y gastronomía. Otros enclaves museísticos quieren hacer extensiva a sus restaurantes la experiencia cultural y el disfrute de la contemplación. Para ello, vinculan los menús a las exposiciones. Porque unos visitantes van deprisa, pero otros se toman tiempo; quizá los que saben que se puede crear arte con la gastronomía (algo que los cocineros de vanguardia ya hacen).

Uno de ellos, Arzak, colabora con la cocina en miniatura en la que se han especializado los responsables del grupo Bokado. Los donostiarras Mikel y Jesús Santamaría realizan con el maestro vasco pinchos y platos especiales para el restaurante de la feria de arte Arco y han extendido a Madrid su "cocina vasca moderna de base tradicional".

En plena Ciudad Universitaria, entre jardines, Bokado ofrece en el museo del Traje (http://museodeltraje.mcu.es) menús estructurados en las tendencias de moda. Casual, Chic, Vintage, Trendy, Alta Costura, Prêt-a-porter o New Look son los títulos de las propuestas. De lo dietético a lo atrevido o los platos de siempre. Carabineros haciendo la ola, arroz bomba con almejas, pollo de corral con jugo trufado de maíz o manzana bronceada con helado de queso fresco...

Los menús del restaurante (que tiene una carta de vinos con casi 200 referencias) oscilan entre los 41 y los 46 euros. En la cafetería, los platos de cocina en miniatura cuestan 7 euros y los menús compact 17 y 18 euros. Hay una opción de reservar terraza privada y en el espacio general, iluminados con lámparas de Phillip Stark, los comensales hacen sobremesa con degustación de copas y cócteles. Tras el cierre del museo la nocturnidad se prolonga hasta las dos de la madrugada.

Dentro de la milla cultural madrileña, junto a Cibeles, otra parada gastronómica de interés está en la Casa de América (www.casamerica.es). Y en verano, su terraza se convierte en un cruce de culturas cocteleras. Las referencias a productos llegados de América: tomate, patata, quinoa, mango... forman parte de la oferta en el restaurante Paradís, que tiene entrada y horarios independientes, pero la gestión de la firma catalana llega a la terraza.

La presencia de Paradís en el panorama museístico de la capital se extiende al Prado (www.museodelprado.es), pero en este caso no hay menús específicos para las características del lugar. Por el momento, "no hay intención de vincular la comida al arte", informa una portavoz.

Tampoco existe esa vinculación expresa en otros centros de arte como el CaixaForum Madrid o en el Reina Sofía. Por el restaurante de este último pasó el chef Sergi Arola. Para el próximo año se prevé "algo especial, con nivel gastronómico", anuncian en el museo. Se remodelará el actual café del Edificio Sabatini y tanto en éste como en el restaurante de la ampliación de Nouvel, "se atenderá todo tipo de público, con menú y carta accesible". La adjudicación está en proceso de concurso.

Del espacio culinario en CaixaForum Madrid (www.fundacio.lacaixa.es), en un ambiente sin humo y con una celosía moderna que deja ver los tejados madrileños, se encarga el Grupo Arturo Cantoblanco(que también oficia en las cocinas del Teatro Real). Hay menús a 12 euros (con postre y bebida incluida) y la carta incluye carnes, pescados, arroces y, cómo no, jamón ibérico en pan con tomate.

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