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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

LOS INICIOS DE LA GASTROFÍSICA

El Aristóteles de Rafael

Por: Jaime Ariansen Céspedes – Instituto de los Andes

Todas las etnias y las civilizaciones de una u otra manera han tratado de entender y explicar los fenómenos de la naturaleza en general y de la nutrición humana en particular. Comenzando por reconocerlo hasta alcanzar una admiración sin limites y luego convertirlos en simple y elemental religión.

Por el  camino de lo más fácil o disponible a la tecnología que disponían, el ámbito de la observación fue más espiritual que físico, por lo tanto lo que podemos llamar como la filosofía natural es el primer paso en nuestra investigación de la Gastrofísica.

Los primeros investigadores clásicos son Aristóteles, Tales de Mileto y Demócrito que trataron de explicar las características de los fenómenos y ocurrencias que diariamente encontraban en la naturaleza. Por lo tanto su palabra y obra serán naturalmente los siguientes capítulos de nuestra investigación.

Las  explicaciones iniciales de la inmensidad del universo generalmente fueron erradas, pero alcanzaron el suficiente nivel  para iniciar el trazo de la ruta que nos ha conducido a la maravilla científica del siglo XXI

Algunas de estas teorías aurorales, han tenido validez durante miles de años especialmente cuando eran avaladas por grandes organizaciones, por ejemplo la teoría geocéntrica de Aristóteles que contaba con la aceptación de la Iglesia Católica.

La Teoría geocéntrica es una antigua teoría de ubicación de la Tierra en el Universo. La coloca en un lugar preferente del cielo y los astros, incluido el Sol, girando alrededor de ella.

Creer que la Tierra es el centro del universo, es una opinión obvia y primitiva de quienes no se podían explicar otra solución a las características que presentan los movimientos de los cuerpos celestes, esto es, el camino celestial de los planetas.

El geocentrismo estuvo vigente en las más remotas civilizaciones. Por ejemplo, en Babilonia era  la visión primigenia del universo y  su versión fue completada por Claudio Ptolomeo en el siglo II en su obra El Almagesto, en la que introdujo la sofisticación científica de los llamados epiciclos, ecuantes y deferentes, este planteamiento estuvo en vigor hasta el siglo XVI cuando fue reemplazada por la teoría heliocéntrica.

Después de la primera era de los clásicos, vino el oscurantismo de la edad media, donde prácticamente no existieron cambios importantes, recién en la época de las luces del renacimiento aparece otro gran personaje en escena.

Nicolás Copérnico, el verdadero padre de la astronomia moderna, en el año 1543 publica su manifiesto De Revolutionibus Orbium Coelestium.

Esta obra dedicada al Papa Pablo III, está dividida en seis volúmenes: El primer volumen contiene una visión general de la teoría heliocéntrica, y una corta explicación de sus ideas del universo.

El segundo volumen es teórico y habla de los principios de la astronomía esférica. También contiene una lista de estrellas.

El tercer volumen habla principalmente de los movimientos del sol y de lo relacionado con ello. El cuarto volumen contiene descripciones similares de la luna y de sus movimientos orbitales. Los quinto y el sexto volúmenes contienen una explicación resumida del nuevo sistema.

El sistema propuesto constituye una hipótesis matemática que trata de explicar el movimiento de los planetas y otros cuerpos celestes y que no se traduce forzosamente en una realidad. Posteriormente Johannes Kepler mostró que dicha explicación había sido añadida por el filósofo luterano Andreas Osiander. El principal objetivo del prólogo parecía ser suavizar las controversias religiosas que el cambio de un sistema geocéntrico a un sistema heliocéntrico que de todas maneras causarían..

En 1546 un sacerdote dominico, Giovanni Maria Tolosani, escribió el tratado De veritate Sacrae Scripturae denunciando la teoría copernicana y defendiendo la verdad absoluta de la Biblia. La argumentación usada por Tolosani en esta obra se encuentra de nuevo en las acusaciones hechas contra el pobre Galileo.

Hemos encontrado como una novedad académica que la Universidad de Salamanca en España en 1561, no la critica y califica a la obra de Copérnico como una lectura opcional y años después en 1594 como una lectura obligatoria, Aceptándola tácitamente.

En 1584 el teólogo español Diego de Zúñiga (1536-1598) dicen su libro In Job Comentaría que el heliocentrismo de Copérnico no era incompatible con la fe católica. Pero, la Iglesia condenó la tesis incluyendo todos los escritos que de una u otra manera la apoyaban en la temida lista de libros prohibidos.

Terminamos este capitulo, diciendo que ahora podemos afirmar que la nutrición esta relacionada con diversos sucesos físicos trascendentes. Comidas relacionadas con el Sol y la Luna y estudios recientes con la luz y el sonido, que califica y modifica el comportamientos de sabores, aromas y nutrientes. ¿ no les parece fascinante la gastrofísica ? - jac

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