HISTORIA DE LA NAVIDAD - 3
Aunque parezca increíble hubo un tiempo en que la Navidad estuvo prohibida en una parte de Europa y Estados Unidos. Y es que, en la Inglaterra protestante y la América colonial del s.XVII, no se veía con buenos ojos una fiesta que, para los Puritanos, era el reflejo de una forma de hacer católicismo que entraba en contradicción con los preceptos puritanos dados en relación a las celebraciones.
El Puritanismo es una forma extrema de Protestantismo que se basa en las directrices dadas por el Nuevo Testamento. Consideran que la práctica válida de la fe es aquella seguida por los primeros cristianos de la Iglesia primitiva y que será a partir de la adopción del Cristianismo por el emperador romano Constantino cuando esta institución entra en corrupción. De esta forma, al asimilar la Navidad (en inglés "Christmas" o `Misa de Cristo') tan sólo con el ritual de la misa (instituida por el catolicismo romano) , surgirá el rechazo y la prohibición.
Una prohibición que, durante la Reforma protestante, dará lugar a la supresión de la celebración de la Navidad en la Inglaterra de 1647 (hasta 1660) y, algo más tarde, en la ciudad americana de Boston, donde será declarada ilegal entre 1659 y 1681. artelista.com
El puritanismo, una parte radical del protestantismo, tuvo su origen en la Inglaterra posterior a la Reforma en Inglaterra, durante el reinado de Isabel I de Inglaterra.
Durante el siglo XVI, un sector importante de la Iglesia de Inglaterra sentía que la ruptura definitiva con la Iglesia Católica Romana no se había terminado de producir, ya que buena parte de la liturgia y las creencias seguían siendo muy similares. Por otro lado, el anglicanismo estaba demasiado próximo al poder real inglés, obediente a sus decisiones y, por tanto, arbitrario según las coyunturas del momento.
El dogma central del puritanismo era la autoridad suprema de Dios sobre los asuntos humanos. Para algunos, tal autoridad se expresaba hasta el grado de la predestinación enseñada por Juan Calvino, pero no todos compartían esta opinión.
Además, los puritanos subrayaban que el individuo debía ser reformado por la gracia de Dios. Cada persona, a la que Dios mostraba misericordia, debía comprender su propia falta de valor y confiar en que el perdón que está en Cristo le había sido dado, por lo que, por gratitud, debía seguir una vida humilde y obediente.
Otras notables creencias incluyen:
- Un énfasis en el estudio privado de la Biblia.
- Un deseo de que todos alcancen educación e ilustración (especialmente para que todos puedan leer la Biblia por sí mismos).
- El sacerdocio de todos los creyentes.
- Simpleza en la adoración, la exclusión de vestimentas, imágenes, velas, etc.
- La no celebración de festividades tradicionales que ellos consideraban estar en violación de los principios regulares de adoración.
- Creencia en guardar como obligatorio un día de la semana como está ordenado en los Diez Mandamientos, en el caso de ellos el día de la Resurrección de Jesús, Domingo.
- Algunos aprobaban la jerarquía de la Iglesia, pero otros buscaban reformar las iglesias episcopales al modelo presbiteriano. Algunos puritanos separatistas eran presbiterianos, pero la mayoría era congregacionalistas.
Por otro lado, durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibida por algunas iglesias protestantes, llamándola "Trampas de los papistas" y hasta "Garras de la bestia", debido a su relación con el catolicismo y el paganismo antiguo.
Después de la victoria parlamentaria contra el Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. El pueblo se rebeló realizando varios motines hasta tomar ciudades importantes como Canterbury, donde decoraban las puertas con eslóganes que hablaban de la santidad de la fiesta. La Restauración de 1660 puso fin a la prohibición, pero muchos de los miembros del clero reformista, no conformes, rechazaban las celebraciones navideñas, utilizando argumentos puritanos.
En la época colonial de los Estados Unidos, los puritanos de Nueva Inglaterra rechazaron la Navidad, y su celebración fue declarada ilegal en Boston de 1659 a 1681. Al mismo tiempo, los cristianos residentes de Virginia y Nueva York siguieron las celebraciones libremente. La Navidad cayó en desgracia en los Estados Unidos después de la Revolución, porque se consideraba una costumbre inglesa.
En la década de 1820, las tensiones sectarias en Inglaterra se habían aliviado y algunos escritores británicos comenzaron a preocuparse, pues la Navidad estaba en vías de desaparición. Dado que imaginaban la Navidad como un tiempo de celebración sincero, hicieron esfuerzos para revivir la fiesta.
El libro de Charles Dickens Un cuento de Navidad, publicado en 1843, desempeñó un importante papel en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar.
La Navidad fue declarada día feriado federal de los Estados Unidos en 1870, en ley firmada por el Presidente Ulysses S. Grant, pero aún es una fiesta muy discutida por los distintos líderes puritanos de la nación.
En la actualidad, los Testigos de Jehová no celebran la Navidad, por considerarla una festividad pagana, ya que su celebración no aparece prescrita en la Biblia. Además, rechazan que el 25 de diciembre sea la verdadera fecha del nacimiento de Cristo.
0 comentarios