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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

08 OPINION DE DANIEL BIASEVICH

Sobre Iván Thays y San Gastón.

de Daniel Biasevich Groppo, el Domingo, 5 de febrero de 2012

No soy Iván Thays, Gustavo Rodríguez ni Gustavo Faverón. No soy Gastón Acurio, Beto Ortiz y gracias a Dios no soy Milagros Leiva – la más desubicada en todo este asunto-. Soy un peruano de a pie que se ha topado con una triste realidad: las personas que deberían fomentar la inteligencia, la cultura,  el criterio y la tolerancia en el país se han enfrascado en una discusión absurda, casi infantil, en torno a nuestra comida. Y entre ellos cientos de peruanos soltando, en comentarios llenos de faltas ortográficas, las opiniones más violentas y cargadas de insultos que no he visto en ningún artículo, post, o comentario sobre Abimael Guzmán, el Movadef, los altos índices de delincuencia en el país o la falta de educación que está transformando a los peruanos en una sociedad borrega, dependiente de los medios y manipulable por grandes empresas y líderes de opinión.

Tengo un amigo que detesta el cebiche y me lo recuerda cada vez que lo propongo para comer en algún almuerzo. No lo he linchado con insultos, no le he lanzado un lenguado en la cara, no he insultado a su madre y menos se me ha ocurrido llamarlo antiperuano. Algo parecido hizo Iván Thays, dijo que la comida peruana era indigesta y que prefiere las pastas, nada más. Todo en un blog que habría pasado desapercibido para el ochenta por ciento de personas que dejaron sus comentarios salvajes si hubiera escrito sobre algún escritor. El post anterior al fatídico, sobre Jonathan Franzen, tiene apenas 21 comentarios, una migaja de nada comparados a los 1075 que dejaron cuando escribió sobre la comida. Creo que ni Renato Cisneros tuvo tanto comentario escribiendo sobre su depresiva vida amorosa.

Inmediatamente los medios dejaron por un momento las pocas noticias relevantes que publican, para aprovechar el escándalo y meter más leña al fuego. Como siempre buscando la plata. No quiero escribir sobre la desnutrición en el país o ponerme a hacer comparaciones entre este escándalo y el poco interés que hubo con el Movadef, Tarata y Abimael Guzmán. No quiero entrar en demagogias, creo que de eso ya hubo bastante. Esta nota trata sobre la mierda que ha removido el comentario de Iván Thays, la porquería bajo la alfombra que se esconde en el Perú y las pocas neuronas que le quedan a una sociedad lobotomizada. El tema de fondo del que nadie habla, porque a nadie le conviene.

Somos una sociedad que se regodea en su ignorancia, que celebra su estupidez con poses de bacán, que acepta la criollada como estilo de vida. Una sociedad desinteresada, indiferente, desunida. Una sociedad racista, donde el blanco raja de cholo, el cholo del blanco, el cholo con plata del cholo pobre, el cholo pobre del cholo con plata y así puedo seguir ad infinitum. Somos la ridiculez andante. En las profundidades del océano gastronómico, la selección peruana y Machu Picchu somos un grupo de seres llenos de odio, totalmente desunidos. Somos un país que crece solo en economía porque le ponemos un chullo a Elton John y le servimos ravioles con salsa de ocopa a Rod Stewart. Somos nulos para aceptar nuestra mediocridad como fuimos ciegos para ver el terror y la violencia cara a cara hasta que el terror y la violencia decidieron llenar de bombas la ciudad. Y así seguimos.

La comida peruana es un bluff y un arma de doble filo. Es genial para el crecimiento económico del país, pero peligrosa para el crecimiento de su gente. Hace más grande la burbuja de perfección que encierra al país y que todos prefieren ver, mientras violencia, delincuencia, ignorancia y corrupción siguen creciendo entre las personas como una bacteria inmune. No puedo creer que Milagros Leiva tenga en su programa a Gustavo Rodríguez diciéndole que prefiere un país sin comida pero con tolerancia y después escriba en Facebook una nota alzando la horca y la antorcha contra Thays y de pasada diciendo que “no celebra a Grau ni a Bolognesi y que su héroe es la Inca Kola”. ¿Es eso Coherente? ¿Ha estudiado esta mujer la guerra con Chile? ¿Pretendía que recibiéramos a los chilenos con tacacho y tacu tacu? Esa es la forma de actuar del peruano, tratando de tener la razón la embarra más, porque no lee, no estudia, no analiza, no se preocupa por nada salvo la juerguita, la noche de makis, la fotito en Cosas y el concierto de Calle 13. Cosas que serían totalmente válidas si tuvieran la capacidad de ver el otro lado de la moneda. Una respuesta como la de Milagros Leiva es la muestra perfecta del peruano que fomenta el odio y ese no es el camino a ningún desarrollo. Eso deberían tener en cuenta los líderes de opinión, porque el crecimiento económico gracias a la comida y San Gastón no nos llevará a ningún lado si no empezamos a desarrollar el cerebro y los corazones de la gente.

1 comentario

Gonzalo -

Totalmente de acuerdo con tu carta. El Peru es un pueblo presto al linchamiento mediatico, uber-chicha en su lexico y cultura y encima ignorante de sus conflictos internos. Crecimiento economico? Si, claro! Cuando vea los resultados en un grado de educacion del publico general, lo celebrare; antes, no.

Vivo afuera, y asi me quedare. No veo un cambio a bien, no quiero que mis hijos aprendan esos modos. Quiero que vivan aprendiendo de ver la tolerancia entre las gentes.

Por otro lado, no se puede negar que historicamente tenemos ene grupos etnicos entreverados en ollas centenarias de hervor post-colonialista. Y algo de tolerante hay en tener un presidente que abolio la esclavitud primero en Sudamerica, en tener Chinos desde hace casi 150 anhos, negros hace 500. Digo, hay un buen caldo de cultivo como para aprender de el. Otros paises vivieron historias mas violentas, segregadas o abiertamente coloniales. Y sin embargo, sigue el Peru rumiando el pozo del cafe, el amargo del pomelo ...