Esta torta o pastel de queso tradicional se elabora sobre una base de galletas molidas

Esta torta o pastel de queso tradicional se elabora sobre una base de galletas molidas

Cuenta la historia que la primera cheesecake fue servida en Grecia a los atletas en los primeros juegos olímpicos del año 776 A.C, luego fueron los romanos los que la llevaron por toda Europa y finalmente los inmigrantes europeos la introdujeron en América.

En 1872, un industrial quesero norteamericano tratando de lograr un queso similar al Neufchatel francés produjo el primer queso crema al que llamó Philadelphia llegando a ser el más famoso y tradicional de dicho país para elaborar las más deliciosas cheesecakes. Si serán importantes estos pasteles en los Estados Unidos que el 30 de Julio ha sido declarado el día nacional del Cheesecake.  

Esta torta o pastel de queso tradicional se elabora sobre una base de galletas molidas que pueden ser las tradicionales Graham o las clásicas Oreos de chocolate y porqué no galletas integrales. Estas galletas estarán unidas con mantequilla derretida y luego apisonadas en el molde limpio para luego volcar sobre ellas el relleno de queso.

Éste debe llevar por supuesto queso crema, crema de leche, azúcar y huevos. Para darle más suavidad a este pastel hay quienes le agregan al batido una cucharada de fécula de maíz o harina, otros en cambio simplemente lo cocinan a baño María. Se debe terminar la cocción del mismo cuando  al mover el recipiente el centro del pastel aún se mueva ya que no está del todo coagulado, entonces se apagará el horno y se dejará enfriar en él con la puerta entre abierta.

Cuando está frio se le pasa un cuchillo por los bordes y todavía en el molde se lo lleva a la heladera hasta el otro día si es posible. Esto hará que mejore la untuosidad y que su consistencia sea la correcta para el desmolde. Luego de desmoldado se puede cubrir con salsa de frutos rojos, maracuyá o la fruta elegida.

Los cheesecakes pueden ser los clásicos cuyo queso es saborizado solo con ralladuras de limón o naranjas, o unas gotas de esencia de vainilla, con chocolates ya sean blancos o negros o simplemente marmolados, o integrándole al queso pulpas de frutas o dulces como el dulce de leche o manjar blanco.