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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

02 CENAS MEMORABLES

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 15

Cuándo se coló San Nicolás por las chimeneas latinoamericanas y le pusimos un árbol bajo el cual poner regalos? ¿Y cómo fue que un pavo voló hasta una mesa navideña en París?

La Navidad, palabra derivada del latín nativitaso nacimiento, es una de las principales fiestas cristianas que marca el nacimiento de Jesús de Nazareth.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo nació Jesucristo pero se cree que en la Edad Media los líderes de la Iglesia cristiana, inspirados en los evangelios de San Mateo y San Lucas, fijaron la fecha con el fin de sus fieles se alejaran de las celebraciones paganas, en este caso, vinculadas al solsticio de invierno.

Pero todos los adornos a esta fiesta se desarrollaron con el tiempo y BBC Mundo quiso explorar esas historias.

La primera Navidad

Documentos históricos señalan que la primera Navidad celebrada en América Latina tuvo lugar el 25 de diciembre de 1492.

La celebración se realizó en "La Hispaniola", la isla que actualmente conforman Haití y República Dominicana, poco después de que los europeos descubrieran que existía América.

De acuerdo con la historia, Cristóbal Colón realizaba un reconocimiento del área cuando la carabela "Santa María" registró problemas.

Ante este obstáculo y con la ayuda de indígenas, se puso a salvo la carga que traían los conquistadores y con la madera de la carabela se procedió a construir un fortín. Allí se quedaron 39 hombres, parte de la tripulación, según relata la autora Virigina Nylander Ebinger en el libro "Aguinaldos, costumbres navideñas, música y comida de los países de habla hispana en América".

El fuerte se terminó de construir el 25 de diciembre y en consecuencia Colón lo llamó "La Navidad", día en el que los españoles celebraron esta fecha religiosa por vez primera en suelo americano.

En conversación con BBC Mundo, la profesora de Filología Hispánica de la Universidad de Alicante Beatriz Aracil señala que la primera navidad propiamente americana de la que se tiene registro fue en 1526. Fray Pedro de Gante le escribió al Rey Carlos V sobre esta celebración con los indígenas en México, territorio que entonces se conocía como la Nueva España.

El misionero franciscano -tras dedicar buen tiempo a aprender y asimilar la lengua (Nahuatl)y las costumbres indígenas- le describe al monarca cómo introduce la Navidad dentro del proceso de evangelización. Así, detalla cómo había transformado las costumbres indígenas en ritos cristianos.

Fray Pedro de Gante le escribe a Carlos V y le cuenta que mantuvo la música de los cantos indígenas pero les cambió la letra y describe cómo compuso versos solemnes en honor a Dios.

Además, las mantas que llevaban los indígenas mexicanos las pintó con temas alusivos a la Navidad e incorporó a los más pequeños: disfrazó a los niños indígenas de ángeles para que cantaran en Nochebuena villancicos, señala Aracil.

Árbol de Navidad

La tradición del árbol de Navidad tiene raíces germánicas pero son diversos los orígenes que se le atribuyen.

Algunos historiadores ubican bases iniciales del árbol de Navidad entre los años 680 y el 754, cuando San Bonifacio -quien daba un sermón a druidas- cortó un árbol que simbolizaba el denominado árbol del Universo, sagrado por los paganos, y en su lugar plantó un abeto que adornó con manzanas y velas como símbolo del amor de Dios.

Entre las diferentes versiones, otros apuntan a que fue en el siglo XVI cuando los cristianos en Alemania comenzaron a decorar árboles con luces en sus casas y que el reformador Martín Lutero fue el primero en poner en su hogar un árbol de Navidad.

El árbol de Navidad -como lo conocemos en la actualidad- llegó primero a Finlandia a principios del siglo XIX. En Inglaterra en la década de 1840, el castillo de Windsor exhibió el primer árbol navideño.

En Estados Unidos, ilustraciones del árbol y la familia real británica fueron adaptadas. Se le eliminó la corona a la reina y el bigote al príncipe Alberto para que la escena luciera como una familia estadounidense reunida alrededor del árbol de Navidad. Esa ilustración es considerada la primera imagen influyente de un árbol de Navidad en Estados Unidos. Registros apuntan a que en 1870 se inició esta costumbre en España.

Algunos historiadores señalan que en 1864, Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota llegaron a la ciudad de México para tomar posesión del recién formado Imperio Mexicano. Los emperadores austriacos trajeron la tradición a México pero tras el fusilamiento del monarca esta costumbre fue abandonada y retomada posteriormente.

Tras su popularización en Europa y Estados Unidos, el árbol pasó a ser utilizado en América Latina. La profesora Aracil señala que tanto el árbol de Navidad como San Nicolás son elementos relativamente recientes que surgieron a mediados del siglo XIX y que se han arraigado con más fuerza en los países en donde no existen o no han prevalecido tradiciones más antiguas.

San Nicolás, Santa Claus o Papá Noel

Se trata de un personaje legendario que en Occidente le trae regalos a los niños en Navidad. San Nicolás, el Viejito Pascuero, Santa Claus o Papá Noel, vive en el Polo Norte y viaja en un trineo.

Sin embargo, San Nicolás necesita de varios renos voladores mágicos que empujan el trineo y que permitirían repartir los regalos en la noche que va del 24 de diciembre al 25 de diciembre.

Aunque es una leyenda muy antigua, que se vincula a la mitología escandinava y a dioses como Odin, Thor y Saturno, e incluso algunos ubican sus orígenes en Asia, se señala que la figura estaría inspirada en un obispo cristiano, San Nicolás de Myra, que vivió en el siglo IV en Anatolia -territorio que hoy es Turquía- y cuyas reliquias se conservarían en Bari, Italia.

Se cuenta que el obispo era muy bondadoso y la historia más popular señala que ayudó a tres doncellas pobres, que no tenían dote para casarse y que estaban a punto de ser vendidas por su padre en desesperación. Ante el infortunio de esa familia, durante la noche el obispo tiró por la ventana tres bolsas de oro que las salvó de ser vendidas.

Fue en el siglo XVII cuando la imagen de Santa Claus llegó a Estados Unidos procedente Holanda,-país en el que se venera a Sinterklaas o San Nicolás, un personaje que trae regalos a los niños el 5 de diciembre.

Los medios de comunicación han tenido un papel muy importante en promover este personaje. Santa Claus tal y como lo conocemos hoy -regordete y vestido de rojo- fue producto de una ilustración realizada en 1870 por el dibujante alemán-estadounidense Thomas Nast sobre la base de un poema de Clement Moore.

Curiosamente, en 1902, Nast fue nombrado cónsul general de Estados Unidos en Ecuador bajo el gobierno de Theodore Roosevelt y murió en ese país latinoamericano producto de la fiebre amarilla.

Santa Claus ha sido utilizado ampliamente como herramienta comercial. En particular la empresa Coca Cola utilizó su imagen por primera vez en anuncios publicitarios destinados a promocionar la bebida carbonatada a partir de 1930 y esos anuncios también fueron llegando adaptados a la región.

Aunque la figura de San Nicolás ha sido difundida en América Latina, en algunos países de la región los regalos corren principalmente por cuenta del Niño Jesús como en los casos de Colombia, Venezuela y partes de México, mientras que los Reyes Magos reparten presentes en países como Puerto Rico y España.

El Pesebre, Belén o Nacimiento

El origen del belén, nacimiento o pesebre, como se le denomina a la escena del nacimiento de Jesús, presenta bastantes problemas, le señala a BBC Mundo el historiador y antropólogo Luis Pérez Armiño.

Y es que entre los historiadores no hay acuerdo en torno a la fecha de origen exacto de esta costumbre de raíces itálicas. Sin embargo, Pérez indicó que las fuentes más fiables dicen que surgió entre el siglo XIV y XV y que tuvo que ver con una serie de representaciones teatrales que se iniciaron en la Edad Media.

Posteriormente estas representaciones que se hacían en las iglesias se fueron sustituyendo por imágenes estáticas.

De acuerdo con Pérez Armiño, el pesebre llegó a América de la mano de los conquistadores españoles, quienes acompañados de misioneros utilizaban la imagen del misterio que resultaba "muy ilustrativa para el proceso de evangelización".

Las imágenes eran un recurso valioso para propagar la fe. "En principio, estas imágenes se hacían en España y se llevaban a América. No es sino hasta el siglo XVIII cuando surge el belén típicamente americano", afirma.

"La iglesia ponía mucho énfasis en la ortodoxia, que se siguieran fielmente los postulados católicos. Sin embargo, en América existen religiones indígenas muy arraigadas y, por ejemplo, es muy normal en los belenes de Bolivia que el niño en vez de nacer en un pesebre lo haga en la puerta del Sol de Tiahuanaco, en el Lago Titicaca", expresa Pérez Armiño.

En cuanto a la imagen del nacimiento, el historiador señala que en principio se representaba sólo a la Virgen, a San José y al Niño.

Posteriormente se añadieron los pastores y los Reyes Magos, hasta llegar a las escenas de mercado y de posadas que surgen entre el siglo XVIII y XIX.

Es precisamente en el siglo XVIII cuando el pesebre alcanza su auge derivado de la tradición de Nápoles, pues es allá donde el belén se convierte en un verdadero arte, pues los mejores escultores del momento participan en su elaboración.

El Pavo

Y si muchas costumbres europeas han pasado a formar parte de nuestras tradiciones, nuestro aporte a la Navidad fue el sabor. La profesora Aracil señala que la gastronomía indígena de América se ha mantenido aunque en cada país existen variaciones.

Los guajalotes o pavos son originales de México y su forma de prepararlo tiene raíces aztecas.

Según Heriberto García Rivas en el libro "Cocina prehispánica mexicana", a la llegada de los españoles el guajalote no era un ave silvestre, ya era criada en patios.

Algunos historiadores señalan que a principios del siglo XVI un grupo de jesuitas españoles, que vinieron con los conquistadores, lo llevaron de América a Europa y le llamaban gallina de las Indias.

García Rivas indica que después de España, Francia fue el segundo país europeo que adoptó el pavo pues el rey Luis XIV lo tenía como uno de su platos favoritos.

El autor afirma que el pavo se puso en boga en la época de ese rey francés y durante la guerra de independencia de Estados Unidos, "pues todo lo que venía de América estaba de moda en el mundo".

Así, los nobles y la monarquía de la época consideraban al exótico plato una exquisitez y de allí se fue popularizando entre los europeos que sustituyeron el cordero por el pavo.

Poinsettia o Nochebuena

Esta planta originaria de México y Centroamérica, y cuyo nombre científico es Euphorbia pulcherrima,se ha popularizado desde el siglo XIX no sólo en nuestra región sino también en Estados Unidos y Europa como símbolo de la Navidad.

La planta recibe muchos nombres diferentes a lo largo de América Latina.

Se trata de un arbusto de hojas verdes y triangulares que se ponen rojas en el invierno y actualmente es una de las plantas más vendidas en la época navideña.

Antes de los conquistadores, los aztecas la llamaban "Cuetlaxochitl" y la usaban para teñir vestidos y para curar fiebres, el arbusto también era utilizado en ceremonias religiosas pues los indígenas consideraban que el color rojo era símbolo de pureza.

A pesar de que se trata de una planta mexicana, fue el embajador de EE.UU. en México, Juel Roberts Poinsett, quien a partir de 1825 se encargó de hacer famoso el arbusto y de allí que en muchas partes se le conozca como Poinsettia.

Así que no sólo fue el sabor sino también el color, lo que América le dio al mundo para celebrar la Navidad. BBC Mundo.com

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 14

El Nacimiento de Navidad

La tradición de armar el “Nacimiento” se remonta al año 1223, en una Navidad de la villa italiana de Grecio. En esta localidad, San Francisco de Asís reunió a los vecinos de Grecio para celebrar la misa de medianoche. En un pesebre, con la figura del Niño Jesús moldeado por las manos de San Francisco, se cantaron alabanzas al Misterio del Nacimiento; en el momento más solemne de la misa, aquella figura inmóvil sonrió al Santo de Asís. El milagro se había producido ante la vista de todos, y desde entonces la fama de los “Nacimientos” y su costumbre se extendió por todo el mundo.

Francisco de Asís – Nació en Asís el 5 de julio de 1182 – Falleció en Ibídem, 3 de octubre de 1226 , santo italiano, que fue diácono, fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como Hermanas Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica en la Edad Media, al contrario de otras hermandades - como los cátaros - que fueron consideradas herejes. De ser hijo de un rico comerciante de la ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó infructuosamente la conversión de musulmanes al cristianismo.

Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos de los nuevos miembros de la orden mientras ésta crecía; aún así, Francisco no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la historia de estigmatizaciones visibles y externas. Fue canonizado por la Iglesia Católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre. Es conocido también como il poverello d’Assisi («el pobrecillo de Asís», en italiano).

En el siglo XII se concretaron cambios fundamentales en la sociedad de la época: el comienzo de las Cruzadas, el incremento demográfico y la afluencia del oro, entre otros motivos, influyeron en el incremento del comercio y el desarrollo de las ciudades. La economía seguía teniendo su base fundamental en el campo dominado por el modo de producción feudal, pero los excedentes de su producción se canalizaban con mayor dinamismo que en la Alta Edad Media. Aunque todavía no se estaba produciendo una clara transición del feudalismo al capitalismo y los estamentos privilegiados (nobleza y clero) seguían siendo los dominantes, como lo fueron hasta la Edad Contemporánea, los burgueses (artesanos, mercaderes, profesionales liberales y hombres de negocios) comenzaban a tener posibilidades de ascenso social. La Iglesia, protagonista de ese tiempo, también se vio influida por la nueva riqueza: no eran pocas las críticas a algunos de sus ministros que se preocupaban más por el crecimiento patrimonial y sus relaciones políticas de conveniencia.

Debido a ello, diversos movimientos religiosos surgieron en rechazo a la creciente opulencia de la jerarquía eclesiástica en esa época, o se dedicaron a vivir más de acuerdo con los postulados de una vida pobre y evangélica. Algunos de ellos medraron afuera de la institución y vivieron a su manera; tales movimientos fueron condenados hasta el punto de considerarlos herejes. Los cátaros, por ejemplo, predicaban entre otras cosas el rechazo a los sacramentos, las imágenes y la cruz.

Otras organizaciones como la creada por San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán, por el contrario, nacieron bajo sumisión a la autoridad católica y fueron conocidas con el nombre genérico de "los monjes mendicantes". Este movimiento logró que la mayoría de la Iglesia se alejase de la opulencia, vicio que tornaría en el siglo XIV.

En 1223 , Francisco decidió retornar a Umbría. Debido a la cercanía de la Navidad, a la que él tenía especial aprecio, quiso celebrarla de manera particular ese año de 1223; para ello convidó a los habitantes de la ciudad de Greccio, a festejar el nacimiento de Jesucristo en una loma rodeada de árboles y llena de cuevas de un terreno de propiedad de un ciudadano llamado Juan.

Pretendió que la celebración se asemejara lo más posible a la natividad de Jesús, y montó un pesebre con animales y heno; pobladores y frailes de los alrededores acudieron a la misa en procesión. Allí el poverello asistió como diácono y predicó un sermón. Aunque no fue la primera celebración de este tipo, es considerada un importante evento religioso, una fiesta única y el nacimiento de la costumbre del honrar al pesebre en el día de Navidad.

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 13

La Historia de la Misa del Gallo

¿Por qué se llama “Misa del Gallo” a la misa que se celebra el 24 de diciembre como término de la vigilia de Navidad? Porque esa misa solía caer “ad galli cantus” o “al canto del gallo”, de donde le quedó su sugestivo nombre que nada tiene que ver con el hecho de que en algunos países acostumbraran comer gallo al horno en la cena de Nochebuena.

Se denomina popularmente Misa de Gallo a la misa que se celebra en la medianoche (o poco antes) de Navidad, de esta forma se recibe al día de Navidad como la conmemoración del nacimiento de Jesús. Debe decirse Misa de Gallo y no Misa del Gallo. Esta misa es conocida popularmente con el nombre de "Misa de los pastores".

Sixto III - (siglo V d.C.), introdujo en Roma la costumbre de celebrar en Navidad una vigilia nocturna, a medianoche, “en seguida de cantar el gallo”, en un pequeño oratorio, llamado "ad praesepium", "ante el pesebre", situado detrás del altar mayor de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Esta expresión se debe a que los antiguos romanos denominaban el Canto del Gallo al comienzo del día, a la media noche. Se quedó con el nombre de Misa del Gallo la misa que se celebraba a esta hora.

En países de habla hispana esta costumbre esta arraigada sobre todo en la región de América Latina (Venezuela, Colombia, México entre otros...) donde existe el mayor número de católicos a nivel mundial. Otras regiones como Filipinas se celebra una misa de Gallo similar a la española, debido tal vez a la colonización del territorio por españoles que dejaron restos de la cultura católica. En Venezuela se les conoce también como "Misas de Aguinaldo", haciendo alusión a la música tradicional navideña conocida con ese nombre.

Otra versión de la denominación de "Misa del Gallo", viene dada porque la Iglesia (la statio) a la que el Papa se dirigía para esa celebración tenía lugar en la Basílica de S. Petrum in gallocantum (San Pedro del canto del Gallo).

La que después de mucho tiempo acabó llamándose Misa del Gallo es el final de un largo cúmulo de celebraciones propias de la vigilia del solsticio de invierno, a imagen y semejanza de la vigilia del solsticio de verano, la de San Juan. Es una fiesta solar en la que en su día el fuego jugó un papel primordial, igual que en la vigilia de San Juan. El que esta celebración acabase siendo una Misa, es un triunfo de la disciplina eclesiástica sobre la libertad y hasta el libertinaje de las celebraciones profanas.

La Navidad se celebra litúrgicamente con tres misas: la de medianoche, la del alba y la del mediodía, que cubren todo el desarrollo de los festejos navideños. En esta noche en que se celebraba el despertar del sol (es cuando empieza a alargar el día), no se debía dormir, sino que había que pasarse toda la noche de fiesta. Con el cristianismo esas fiestas se cristianizaron, siendo el nuevo eje de la misma Jesús recién nacido.

Así, después de celebrarse la fiesta en casa con una buena cena, se salía al bosque a por teas y ramajes que allí mismo se encendían, emprendiendo la vuelta hacia el pueblo. Todo el paisaje se llenaba de puntos de luz que iban confluyendo hacia el pueblo, hasta llegar a la explanada de la iglesia, donde se juntaban todas las teas y ramajes formando una sola hoguera en torno a la que se bailaba, se comía y se bebía.

La fiesta continuaba dentro de la iglesia con representaciones sacras del Nacimiento de Jesús, entreveradas de canciones. La iglesia estaba adornada de ramajes, y los fieles se llevaban pájaros enjaulados, cazados para la ocasión, que alegraban el ambiente con sus cantos. Cuando sonaba el Gloria, se soltaban los pájaros en la iglesia para que revoloteasen por la iglesia. Es decir que aquello era una misa complementariamente. En algunas misas había también por lo menos un cordero, como gran protagonista de la adoración de los pastores, que eran los reyes de esta noche.

Otro de los protagonistas de esta misa tan festiva, y que podía llegar a durar horas, era el gallo, que es el que pudo dar nombre a esta misa. Por empezar, esta misa no se celebraba a medianoche como ahora, sino al alba. De hecho, esta celebración antes de llamarse misa, se llamó maitines (el primer rezo litúrgico, que se hace al rayar el alba), y estaba amenizada con el canto del gallo (uno solo) que se llevaba a misa con este objetivo. Cada canto del gallo era celebrado con gran jolgorio y alborozo. En estas singulares misas hasta se comía y se bebía, bajo la vigilante mirada del sacerdote, que presidía la "misa" y procuraba introducir en ella todos los elementos religiosos que era posible.

Otro nombre que tuvo esta celebración nocturna de la Navidad (y aún se conserva en las Baleares) es la de Calenda. Se llamaba así a la lectura de las vidas de los santos importantes que se celebraban a lo largo del año. Estas calendas en las mayores solemnidades se acompañaban de representación sacra, cantada y bastante festiva. La de Navidad era la Calenda por antonomasia. De ahí vino el nombre de calendario, que era el listado de las calendas (es decir de las fiestas religiosas) del año.

He ahí un recorrido por las formas más arcaicas de la celebración de la Vigilia de la Navidad, que se fue haciendo cada vez más seria y formal, hasta convertirse en Misa del Gallo. El apellido de esta misa es el único resto que nos queda de la antigua informalidad de esta misa., que de hecho era una vigilia de formato muy honesto, con profunda marca religiosa, que se fue acentuando cada vez más.

 

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 12

La Historia del Árbol de Navidad

Por: Marisol Palacios – ABC Digital - Tan tradicional e infaltable como el pandulce en estas fechas es el árbol de Navidad. En nuestro país, generalmente, se usa el sintético, porque muy pocas casas tienen el espacio suficiente para plantar un abeto –o pino, que es el más común en nuestro medio–. Mucha gente piensa que siempre se utilizó el abeto decorado como símbolo para celebrar la Navidad, pero no es así.

Origen

Existen tres leyendas acerca de su origen, que veremos más adelante. Esta costumbre, consagrada por los cristianos, tiene raíces paganas. Según cuentan, las tribus germanas de hace 1200 años veneraban el roble –de madera dura, compacta y muy apreciada para construcciones; representaba para ellos mucho misticismo– y el manzano, aunque este no gozaba de tanto prestigio como el primero.

Creían que el mundo y todos los astros estaban sostenidos pendiendo de las ramas de un árbol gigantesco llamado el “divino Idrasil” o el “dios Odín”, al que le rendían culto. Y en invierno, los robles, como casi todos los árboles, pierden sus hojas, por lo que estas tribus pensaban que cuando un árbol perdía su follaje era porque los espíritus lo habían abandonado, entonces les adornaban con ramas de especies perennes, papeles, frutas, trozos de vidrio y antorchas, que representaban a las estrellas, la Luna y el Sol para que los espíritus retornaran en la época primaveral y el árbol volviera a brotar.

Pasado el tiempo –y aquí comienza la primera leyenda–, el cristianismo logró reemplazar la devoción por el roble por la de otro árbol, muy diferente: el abeto. Su madera –la antítesis del roble–, no muy resistente, no era muy apreciada por los germanos. Sin embargo, su forma triangular era propicia para simbolizar a la Santísima Trinidad.

¿Cómo sucedió esto? Cuentan que San Bonifacio, que predicaba entre los pueblos germanos, que insistían en adorar el roble como árbol sagrado, un día, cansado de lo que él consideraba una veneración sacrílega por parte de los druidas, derribó un roble a hachazos. Y como un efecto dominó, al caerse el árbol, cayeron todos los que lo rodeaban, excepto un pequeño abeto al que el santo consagró como el árbol de Navidad, por considerarlo como una señal, y lo adornó con manzanas y velas, dándole un simbolismo cristiano: las manzanas representaban las tentaciones, el pecado original y los pecados de los hombres; las velas representaban la luz de Cristo.

Pero aquí no termina el tema. La segunda leyenda sostiene que esta celebración tiene su origen en Babilonia, ciudad fundada por Nimrod, nieto de Cam y, por lo tanto, bisnieto de Noé; sí, el del arca. Cuentan que Nimrod era tan pero tan malo que se casó con su madre, llamada Semíramis. Pero Nimrod murió muy joven, por lo que a su madre no se le ocurrió otra cosa que decir que su hijo se había reencarnado en forma de árbol. Por eso, en cada aniversario de su nacimiento, que, coincidentemente, era el 25 de diciembre, colgaban regalos en el árbol. En conclusión, el cristianismo dio una vuelta de tuerca a un rito pagano babilónico y la llevó por los caminos de la fe, por lo que surge la leyenda de San Bonifacio.

La tercera leyenda cuenta que Martín Lutero, el fundador de la Iglesia protestante, estaba caminando por un bosque en la noche de la víspera de Navidad cuando quedó maravillado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles. Tan impresionado quedó que cortó un pequeño árbol y lo llevó su casa. Allí, lo adornó con bellotas, castañas y avellanas para recordar los dones que los hombres recibieron de Jesús. Luego, esta costumbre se extendió por toda Alemania al igual que el protestantismo y, como sabemos, con el tiempo, le fueron agregando nuevos elementos como bolitas, que en un principio fueron de vidrio, guirnaldas, etc. Las esferas, para la tradición cristiana, simbolizan las oraciones que hacemos durante el período de Adviento y sus colores significan: las rojas, peticiones; las plateadas, agradecimiento; las doradas, alabanza, y las azules, arrepentimiento. Además, la estrella que se acostumbra poner en la punta del árbol representa la fe que debe guiar la vida del cristiano. 

Asimismo, el árbol de Navidad tiene que tener de 24 a 28 esferas, dependiendo de los días que tenga el Adviento, que se van colgando desde el 8 de diciembre hasta Nochebuena, y cada una se acompaña de una oración o un propósito.  

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 11

Las Tarjetas de Navidad - El origen de la extendida costumbre de regalar tarjetas navideñas se atribuye a Sir Henry Cole, un londinense que a principios del siglo XIX (1843) encargó a un amigo pintor que le dibujara y pintara una escena navideña, que luego mandaría a reproducir en una imprenta, para después escribirle unos breves deseos de felicidad, firmarlas y enviarlas a los amigos y familiares. La frase impresa no podía ser otra que el inmortal “Merry Christmas and Happy New Year”.

La primera tarjeta comercial fue diseñada por el artista John Calcott Horsley a pedido de su amigo Sir Henry Cole, en Londres (1843) y representaba a una familia levantando sus copas para brindar.

 

Henry Cole (Bath 1808, Londres 1882) fue un diseñador inglés del siglo XIX. Fue un hombre polifacético que trabajó en diversos oficios.

Como funcionario civil inglés, junto a un grupo de seguidores, inicia en su país en el año 1845 un movimiento que pretende eliminar la brecha existente entre el industrial y el artista o diseñador, y estimular así el gusto de los usuarios. En palabras del propio Cole, el objetivo central era “demostrar la unión del mejor arte con la manufactura”, había que reformar la producción, y pensando que “una alianza entre arte y fabricante promovería el gusto del público”, convenció a destacadas empresas de la época para que aceptaran la colaboración del proyectista en la elaboración de sus productos. El siguiente paso fue editar el Journal of Design and Manufactures, primera publicación sobre diseño en la historia, que circuló de 1849 a 1852.

Colaboró en una revista de diseño de la época, en donde se postulaba un diseño exento de ornamentación, funcional y útil. Probablemente su obra más relevante al mundo del diseño de producto sea un juego de té de color blanco inspirado en las vasijas griegas. Predomina en él la ausencia de decoración, relegada solamente a la tetera, que lleva decorada el asa y la tapa.

Fue uno de los mentores de la Exposición Universal de Londres en 1851, siendo uno de los encargados de escoger el proyecto para la construcción del recinto de la exposición, el cual ganó The Crystal Palace, de Joseph Paxton.

Una tarjeta navideña es un documento de felicitación que se adorna de una manera que celebre Navidad. El contenido típico se extiende desde símbolos verdaderamente cristianos tales como escenas del Nacimiento de Jesús y la estrella de Belén a las referencias puramente seglares, a veces chistosas, a veces estacionales (paisajes, meteorología, etc.) o a las actividades comunes de Navidad como compras y festejos. Las tarjetas de Navidad son enviadas durante el periodo navideño (alrededor del 25 de diciembre) por mucha gente (incluyendo no cristianos) en la cultura occidental y en Asia.

Algunos grupos cristianos (tales como los testigos de Jehová), sin embargo, rechazan la celebración de días de fiesta sin una autorización bíblica explícita y ni celebran tan Navidad ni intercambian tarjetas de Navidad.

Las primeras tarjetas de Navidad comerciales fueron patrocinadas por Sir Henry Cole en Londres, 1843, y ofrecían una ilustración de Juan Callcott Horsley. La estampa de una familia que bebía vino junto con un niño pequeño se manifestó polémica, pero la idea era buena: Cole había ayudado a introducir el Correo a Penique tres años antes. Una serie de 1.000 tarjetas fue impresa y vendida por un chelín cada una.

Las primeras tarjetas inglesas raramente mostraron imágenes del invierno o de temas religiosos, favoreciendo en su lugar las flores, las hadas y otros diseños imaginarios que recordaran al receptor el acercamiento de la primavera. Las imágenes chistosas y sentimentales de niños y de animales fueron populares al igual que las formas, las decoraciones y los materiales cada vez más elaborados.

En 1875 Louis Prang se convirtió en la primera impresora en ofrecer tarjetas en América, y no obstante el renombre de sus tarjetas, las imitaciones baratas lo llevaron fuera del mercado. El advenimiento de la postal fue el inicio del fin de las tarjetas elaboradas al estilo victoriano, pero hacia los años 1920, las tarjetas con sobres habían vuelto.

Las tarjetas continuaron desarrollándose a través del siglo XX con cambio de gusto y técnicas de impresión. Las guerras mundiales trajeron tarjetas con temas patrióticos. Las tarjetas de estudio idiosincráticas con imágenes de historieta y a veces humor arriesgado calaron en los años 50. Imágenes nostálgicas, sentimentales y las imágenes religiosas son ahora de nuevo populares, y las reproducciones de tarjetas victorianas y Edwardianas son fáciles de obtener.

Las tarjetas de Navidad "oficiales" comenzaron con la reina Victoria en los años 1840. Las tarjetas de la familia real británica son generalmente retratos que reflejan los acontecimientos personales significativos del año. En 1953, el presidente Dwight D. Eisenhower publicó la primera tarjeta oficial de la Casa Blanca. Las tarjetas representan generalmente escenas de la Casa Blanca interpretadas por prominentes artistas americanos. El número de receptores ha crecido a lo largo de las décadas, a partir de apenas 2.000 en 1961 a 1,4 millones en 2005.

Las tarjetas de Navidad pueden comprarse individualmente pero se venden generalmente en paquetes del mismo diseño o de diseños variados. El renacimiento del interés por la artesanía con papel, scrapbooking en particular, ha mejorado el estado de la tarjeta hecha en casa y ha hecho disponible un arsenal de herramientas para estampar, perforar y cortar. Los avances en la fotografía digital y en la calidad de impresión han proporcionado una manera más tecnológica de personalizar tarjetas con fotos, mensajes o clip art.

La tecnología puede también ser responsable del declive de la tarjeta de Navidad. El número estimado de tarjetas recibidas por las casas americanas cayó de 29 en 1987 a 20 en 2004 y 25 EN EL 2011.

Ahora los teléfonos celulares permiten un contacto más frecuente y es más fácil que las nuevas generaciones los utilicen en vez de los textos manuscritos - dado especialmente por la disponibilidad de páginas web que ofrecen tarjetas de Navidad gratis por correo electrónico. No obstante, con un total de 1.900 millones de tarjetas enviadas tan sólo en los Estdos Unidos en 2005, es probable que las tarjetas navideñas tradicionales desaparezcan pronto.

Desde el principio, las tarjetas de Navidad fueron coleccionadas ávidamente. La reina Maria de Inglaterra reunió una gran colección que ahora se guarda en el Museo Británico. Los ejemplares de la edad de oro de la impresión (1840s-1890s) son especialmente estimados y se venden en grandes sumas en las subastas. En diciembre de 2005, una de las tarjetas originales de Horsley fue vendida en casi £9000. Los coleccionistas pueden centrarse en imágenes particulares como Papá Noel, poetas o determinadas técnicas de impresión

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 10

 

La Navidad en Mexico

POR: JORGE SIFUENTES CAÑAS - CUERNAVACA, MOR. La habitual cena de navidad es un condensado de tradiciones y sazones que encuentran su origen tanto en la antigüedad romana como en el mundo prehispánico, pero que mantiene un sello mexicano y una profunda advocación religiosa, detalló José Luis Curiel, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia y especialista en nutrición y gastronomía.

Para el investigador, autor de numerosos artículos en revistas especializadas, entre los componentes litúrgicos de la cena navideña destaca el hecho de que durante la Noche Buena era obligatorio, al menos en el periodo colonial, guardar la vigilia, por lo que ante la imposibilidad de servir en la mesa el tradicional guajolote que se reservaba para el 25 de diciembre, paulatinamente se incorporaron pescados y hierbas como el bacalao y los romeritos dentro de los platillos de la celebración.

Sin embargo, el guajolote era desde el siglo XVII un elemento insustituible del arte culinario colonial, puesto que incluso en el reglamento de alumnos de la Real y Pontificia Universidad de México se especificaba que para aprobar los exámenes de profesión era necesario obsequiar ejemplares del ave a sus diferentes sinodales.

De acuerdo con el especialista, el guajolote era un símbolo de elegancia y riqueza que sustituía al pavo real, especie que durante la Edad Media no sólo era símbolo de unión, de gusto y de fortuna, sino que también representaba un elemento ante el que los caballeros hacían diversos juramentos, como el de conquistar una tierra o derrotar algún enemigo.

Pero sin duda, advierte José Luis Curiel, el aspecto litúrgico es fundamental. A través de sus investigaciones detalló que en algunos recetarios antiguos se prescribe que el relleno del pavo debe contener tomillo, hierba que en las creencias de la época había sido utilizada para cubrir el pesebre en el que nació Jesucristo.

El guajolote mexicano es símbolo mundial de la navidad, aseveró el investigador, al detallar que su consumo dio paso a toda una tradición en cuanto a la compra del ave, su cuidado y finalmente su sacrificio y preparación para acompañar la cena de navidad.

“Todavía en los años setenta, sino es que un poco después, pasaban las señoras de puerta en puerta con su guajolote y la gente los compraba, los alimentaba de manera abundante para engordarlos y se les incrementaba en su dieta una almendra cada día para darles sabor. Después se les cortaba el pescuezo, se desplumaba y se metía al horno en una maravillosa tradición”, señaló.

José Luis Curiel afirma que detrás de cualquier platillo se encuentra una historia que muestra cómo se ha ido transformando. Así por ejemplo los romeritos, elaborados con el tradicional mole que baña al quelite, en sus inicios se utilizaba el ahuautli -de atl que es agua y huautli que quiere decir alegría- para elaborar las tortas que los acompañan.

“El amaranto de agua, que es como hueva de chinche acuática que crece en la zona de Texcoco y que se conseguía en el mercado de San Juan, se preparaba en una tortita de huevo acompañando a los primeros romeritos; el camarón es mucho más reciente”, agregó.

Sin embargo, afirma que a pesar de que una gran variedad de platillos tienen un origen extranjero, la cocina mexicana les ha dado su propia personalidad. “El ponche tiene una cierta influencia inglesa; la palabra ponch significa té con pasitas y ron. Pero nosotros somos más astutos, ya que le agregamos una gran cantidad de frutas de la época como tejocotes, lima, o guayaba, elaborando un caldo extraordinario”.

Por su parte, los buñuelos son un postre navideño que proviene de una antigua tradición que ha adquirido rasgos locales, ya que los romanos hacían una especie de bolas que amasaban con los puños, a los que llamaban puñuelo. “Desde el siglo XIV en España encontramos recetas que hablan ya de buñuelos, pero aquí lo hacemos a nuestro estilo: buñuelos de viento, de rodilla, con requesón, y si uno va a Oaxaca los sirven rociados con miel de piloncillo o con anís; o si por el contrario lo prefieres remojados, van sumergidos en la miel y al terminar se arroja el plato de barro a la calle”, señaló.

Pero sin duda, afirmó, las posadas y la colación son dos de los ingredientes más importantes de las festividades navideñas en México; las primeras, surgen ex profeso como un mecanismo de evangelización en el que a través de la representación del nacimiento de Jesucristo se enseñan los elementos más importantes del catolicismo.

Por su parte, la colación proviene de la palabra latina collage, que denotaba el alimento que se les proporcionaba a los monjes durante las lecturas que el padre Prior realizaba en los conventos; entonces, afirmó el especialista, una conferencia o lectura acompañada de comida es una colación. Pero con el tiempo, aclara, el concepto cambia y pronto el término se refiere a una comida completa que se regala en ciertas fiestas, una de las cuales es la navidad.

Los alimentos de la cena navideña están cargados de simbolismo, como la nuez que alude a la esperanza o la granada al amor, además de que en un tiempo representaban el poder económico de los comensales. Por eso no es casual, agregó, que en el segundo banquete de Hernán Cortés en 1538 se sirvieran “gallinas de tierra y gallos de papada, con los picos y pies punteados como símbolo de riqueza”, concluyó.

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 9

La Navidad es una fiesta de gran importancia, muy significativa porque nos recuerda el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en Belén según el Evangelio de San Lucas. (Salmo 2 Versículo 8). Después de la Fiesta de Resurrección es la fiesta más importante del año eclesiástico.

Aunque  se  ha tomado como fecha de celebración el 25 de Diciembre,  (excepto en la Iglesia Ortodoxa) los Evangelios no señalan fechas. No es seguro que Jesús naciera ese día, pero todo hace suponer a los historiadores que nació en los tiempos del Emperador César Augusto, en Judea, cuando Herodes “El Grande” reinaba en la región.

Aunque parece casi imposible establecer la fecha exacta del nacimiento de Jesús, el reto sigue pendiente para historiadores y astrónomos, que han intentado descubrir a qué fenómeno celeste   correspondería la Estrella de Belén. 

En el Siglo VI, el abad romano Dionisio “El Exiguo”,  un experto en lenguas latina y griega, en ciencias eclesiásticas y en cronología, conjeturó que el nacimiento de Cristo corresponde con el día de la Anunciación de la Virgen. De esta manera para él la Era Cristiana comenzaba el año 753 de la fundación de Roma.

Durante los siglos siguientes, al comenzar a aflorar el deseo de celebrar el natalicio de Jesús de una forma clara y diferenciada, algunos teólogos, basándose en los textos de los Evangelios, propusieron datarlo en fechas tan dispares como el 6 y 10 de enero, el 25 de marzo, el 15 y 20 de abril, el 20 y 25 de mayo y algunas otras.

Pero el Papa Fabián (236 - 250) decidió cortar por lo sano tanta especulación y calificó de sacrílegos a quienes intentaron determinar la fecha del nacimiento del Nazareno. La Iglesia armenia fijó el nacimiento de Cristo el 6 de enero, mientras otras iglesias orientales, egipcias, griegas y etíopes propusieron fijar el natalicio en el día 8 de enero.

Desde los primeros tiempos, las antiguas sociedades celebraban con ritos y fiestas actos de su vida cotidiana ya que su cultura y economía estaban ligadas a la agricultura, los cambios de estación y las cosechas. Estas fiestas se caracterizaban por el exceso y la lujuria y se consideraban  paganas. Un ejemplo es la  Sacaea, festival  parecido a la navidad que se celebraba hacia el año 2000 a de C.  en lo que hoy es el reino de Irak. Duraba cinco días y se presentaban procesiones, actos teatrales e intercambio de regalos como una manera de decirle adiós al invierno.

La fiesta pagana más estrechamente asociada con la nueva navidad era el Saturnal Romano, el 19 de diciembre en honor a Saturno, dios de la agricultura cuya festividad se celebraba durante 7 días de bullicio, algarabía y banquetes. En esta celebración orgiástica todo estaba permitido y los romanos, incluyendo esclavos y criminales, se desbordaban en manifestaciones de irreverente idolatría, intercambiaban regalos, decoraban sus casas con ramas de acebo, hojas de laurel y bebían todo el alcohol que sus cuerpos podían soportar. Por su parte los Persas encendían fogatas en el Solsticio de Invierno, rindiéndole homenaje a Mitra, el dios de la luz, guardián de las fuerzas del mal, que también era reverenciado por soldados y viajeros que difundieron su culto por toda Europa. Los Judíos contaban con la Fiesta de las Luces o consagración del templo Hanukkah establecida por Judas Macabeo en el año 165 a de C y que se llevaba a cabo a mediados de diciembre.

El Natalis Solis Invicti, el Nacimiento del Sol Invicto (un culto muy popular y Al mismo tiempo se celebraba en Europa una fiesta de invierno de características similares, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con cintas multicolores honrando a los dioses Odín y Thor para pedirles que el sol brillara con más fuerza y esplendor.

No fue sino hasta muchos años después de que Jesús naciera, que algunas iglesias cristianas comenzaron a celebrar la Navidad, siendo oficialmente reconocida recién hasta el año 354, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la natividad, dado que en el Concilio de Nicea (año 325) se declara oficialmente que Jesús es una divinidad, ya que el Padre y el Hijo son el mismo. El obispo romano Liberio (352-366), ante un intento de erradicar las demostraciones que se consideraban de culto pagano y de relajamiento moral, instituye la Fiesta de Navidades y así se decidió fijar el natalicio de Cristo durante el Solsticio de Invierno (en el hemisferio norte), fecha en que se festejaba el nacimiento de variadas deidades romanas y germanas. Se tomó por fecha inmutable la noche del 24 al 25 de diciembre, día en que los romanos celebraban extendido que los cristianos no habían podido vencer o prescribir hasta entonces).

Las iglesias orientales siguieron y siguen festejando la Navidad el 6 de enero (Epifanía). La iglesia de Jerusalén tardó más en asumir esta fecha y la iglesia Armenia no la llegó a reconocer. Una de las iglesias que más se opuso a la Navidad fue la Reformada de Escocia debido a que ésta y otras fiestas religiosas de la iglesia Romana no estaban establecidas en las Santas Escrituras.

La iglesia de occidente, además de acoger la Fiesta de la Natividad el 25 de diciembre, incorporó también a sus festejos la fecha del 6 de enero como Fiesta de la Epifanía o de la Adoración de los Reyes Magos.

Con la instauración de la Navidad también se recuperó en occidente la celebración de los cumpleaños, aunque las parroquias europeas no comenzaron a registrar las fechas de nacimiento de sus feligreses hasta el siglo XII.

En un principio la Navidad tuvo un carácter humilde y campesino, pero a partir del siglo VIII comenzó a celebrarse con la pompa litúrgica que ha llegado hasta hoy, creando progresivamente la iluminación y decoración de los templos, los cantos, lecturas y escenas piadosas que dieron lugar a representaciones al aire libre del Nacimiento en el Portal de Belén, el famoso Pesebre.

HISTORIA DE LA NAVIDAD - 8

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Cuando comencé a estudiar sistemáticamente la historia de la gastronomía universal – hace ya varias décadas – por mi “deformación” de ingeniero una de las primeras cosas que hice fue dividir matemáticamente los temas por capítulos, para organizar su análisis y desarrollo. Una de las cinco primeras divisiones, fue la de “Cenas Memorables” y las dos primeras investigaciones: La ultima cena y La cena de navidad.

La primera me llevo mas de cinco años de investigación y leer mas libros de lo que ustedes se puedan imaginar – claro que fue apasionante la tarea – pero comprendí que si empleaba tanto tiempo en analizar cada tema jamás podría terminar el primer libro que me había trazado como objetivo, así que llegue a mi segunda cena memorable - la de navidad – recién al sexto año.

Comencé en plena Edad Media, la etapa que menos apreciaba, por que no brillaba con la intensidad de las otras, me situaba en castillos mal iluminados y con pocos pensonajes y temas que me engancharan a primera vista, recién la comencé a entender y apreciar mucho tiempo después.

La carga emocional que le impartía la religiosidad imperante y dominante era apabullante y cada tema relacionado con la vida de Jesús era magnificado en todo su esplendor, entonces el tema de su cumpleaños era excelso pero sin el rigor académico correspondiente, lo importante era él suceso mas que donde, como y cuando.

Historia de la Cena de Navidad

La cena navideña como tal nace en el período oscurantista de la Edad media, y posteriormente se vería enormemente enriquecido por la "globalización" de entonces dada a través del intercambio entre Este y Oeste gracias a las violentas cruzadas.

En realidad no todos comían lo mismo pues la cena navideña dependía del escalón al cual perteneciera uno en la sociedad del medioevo. Además, no era una sola cena o banquete sino varios ya que las festividades religiosas duraban varios días en aquellos entonces. Navidad para los cristianos ingleses y escoceses contaba con 12 días, concluyendo con el día de Reyes Magos, cuando ya todo mundo empacaba y se iba a casita.

El señor medieval por supuesto que comía gallina o ganso, dado que los campesinos que vivían en sus tierras tenían la obligación de hacerle un regalo de aves y hasta la cerveza que había sido procesada por largo tiempo por el pobre. El señor medieval daba a sus siervos pan, queso, y si era generoso, sopa no muy espesa o platos con carne.

Uno de los platos predilectos del campesino era el budín navideño, hecho con abundante miel o azúcar y extras como pasas y almendras y nueces. El azúcar era un bien muy preciado y rara vez existía sobre la mesa del campesino, por lo cual el señor feudal procuraba que este postre no faltara en la mesa navideña para tener apaciguados a sus trabajadores por el resto del año.

En aldeas cercanas al mar, el ganso o la gallina era suplantada por anguilas, salmón, camarones y aún langostas, las cuales eran preparadas en abundante salsa con especias(muchas veces carísimas) para que la comida diera abasto para tantos. Los cerdos y jabalís eran muy codiciados, siendo servidos enteros al pastor o con salsa de manzana verde.

El glotonazo rey inglés Enrique VIII en varias ocasiones no solo cazó, sino que aderezó varios jabalís para los banquetes navideños, y se jactaba de ser tan bueno en la cocina sazonando como en la cama amando.

Tras carnes codiciadas para la cena navideña eran el venado, el conejo y las terneras. Las papas no aparecerían en la mesa navideña hasta que se dio el encontronazo entre Europa y América, pero una vez probadas, los humildes tubérculos americanos se establecieron firmemente en guisos (en España e Italia), fritas (por eso son a la francesa, porque en Francia aprendieron a freírlas en manteca de chancho) o en purés (Inglaterra).

La joya de la corona navideña en la mesa era el Queque de la Duodécima Noche, llamado Rosca de Reyes o Torta del Monarca según el país donde estuvieras cenando. Era una gran rosca repleta de azúcar, mantequilla y huevos, con relleno de frutas secas y nueces. En este postre se origina la famosa torta navideña que hoy comemos con tanta fruición. Desde entonces, esta delicia para el paladar ha dado la vuelta al mundo y sigue siendo uno de los dulces navideños más gustados, y varios pueblos se disputan su cuna.

El pavo, soberano absoluto de la mesa navideña elegante, es de origen azteca y se le conoce en México como guajolote. Esta enorme pero frágil ave fue muy gustada por los españoles desde que Cristóbal Colón la llevó. De ahí, su popularidad se regó por toda Europa. En México el chompipe es elevado a manjar de los dioses en la receta del fabuloso mole poblano que incluye otro alimento pecaminosamente divino (el chocolate, también mejicano. Este mole poblano es un plato monumental que se sirve en Navidad. El infaltable chile mejicano complementa esta delicia que ha sido elogiado por los más refinados gastrónomos.

Dado que el azúcar era carísima en la Europa medieval pues solo los árabes para entonces sabían refinarla a la perfección, una forma de demostrar cariño para Navidad era regalando confecciones de azúcar. Con el arribo de la menta a través de las cruzadas, los bastones de azúcar con menta se pusieron en boga, siguiendo la tradición que San Nicolás usó bastón en su vejez. Además, estos bastones eran regalados a personas que estaban enfermas, pues se le atribuyó poderes curativos a la menta. Los confites de ciruela llamados sugarplums en inglés combinaban varias especies, azúcar y no siempre llevaban ciruelas preservadas adentro. La ciruela también encontró favor en las mesas de los nobles en forma de budín con abundante azúcar y a veces un poco de licor.

 

Uno de los postres más codiciados para las navidades es la Buche de Noel, o tronco navideño. Por supuesto, como los mejores vinos, quesos y perfumes del mundo, es francés. Con este tronco de torta bañado con crema y relleno de confitura se simulan los troncos que arden en el cálido hogar de una familia reunida para celebrar el nacimiento del Colochón. Estas tortas catalogan entre las más deliciosas del mundo, pero desgraciadamente para los diabéticos son el pecado mayor que puede existir debido a su profusión de crema, azúcar y relleno de confitura.

Las galletas y bizcochos hechos con jengibre son los postres predilectos de los niños europeos, particularmente los ingleses y alemanes. Se cree que la bella y erudita reina inglesa Elizabeth I La Reina Virgen regalaba a sus visitantes navideños con galletas que se asemejaban a ellos, deliciosos retratos comestibles adornados con azúcar de colores y nueces por ojos. Los alemanes sin embargo afirman que los muñecos y casitas de jengibre hechos por su incomparable rey Federico II el Grande de Prusia eran más ricos, ya que el gran monarca también fue excelso repostero… entre sus muchos atributos.

Pero…qué comen en la actualidad otros países?

En Australia, está muy en boga sustituir al pavo por deliciosas mariscadas o por pato en especies picantes, y no se puede concluir un banquete navideño sin postres como el budín del perro manchado, pavlovas o ensaladas de frutas tropicales( de las que tienen en abundancia ellos entonces, pues en el sur es verano y no invierno!)

Los italianos aman la enorme y gorda anguila llamada capitone, que se hace asada o frita. El torrone es un turrón de nueces, y el pandoro es una torta que tiene forma de estrella.

Los ingleses aman su buen rosbif-sobre todo si gotea sangre al partirlo sobre el Yorkshire pudding (el cual es como una plasta de pan a la que nunca le pude hallar buen gusto- y en el budín de ciruelas echan monedas para traer suerte a quienes las encuentren, aunque muchas veces ha habido atragantados golosos que han ido a parar a la emergencia del hospital…

Los eslovacos se deleitan con una sopa de lentejas como primer plato, mientras que los cristianos japoneses se deleitan con un queque de crema y fresas que simula un pastel de cumpleaños para el nene Jesús.

Los filipinos pueden vanagloriarse de tener las festividades navideñas más largas de la cristiandad, y entre sus comidas predilectas está el queso de bola(generalmente edad) y el jamón glaseado, muchas veces con piña y jengibre.

Los polacos por su parte comen oplatek, un pan similar a la hostia con una escena de la Natividad impresa.

Los turcos comen pavo relleno de arroz, y ellos pueden vanagloriarse de haberle dado el nombre en inglés al pavo (Turkey, que también es el nombre en inglés de Turquía) ya que muchos de sus mercaderes contribuyeron a la popularización de nuestro chompipe en Europa y Asia menor.

Los checos se deleitan en Navidad con sopa de pescado y el número de comensales en la mesa debe de ser par, ya que quien esté sin pareja no vivirá para gozar la próxima Navidad!