LOS POSTRES DEL FESTIN - 1544
Historia de la Gastronomía Peruana
El muy magnífico conquistador Gonzalo Pizarro invitó a un gran banquete, con el propósito de oír consejo y sondear el grado de devoción de sus capitanes, en las épocas que estaba en guerra con la corona, el enviado del rey prometía amplio perdón a Gonzalo y sus seguidores, se reunieron hasta cuarenta de los personajes mas comprometidos en la causa rebelde,- muchos de ellos traicionarían al caudillo,- sin embargo esa reunión estaba convocada a brindar elogios a Pizarro, por ejemplo el capitán Alonso de Cáceres besando a Pizarro en un carrillo le dijo "Oh Príncipe del Mundo, ¡Maldito! El que te niegue hasta la muerte".
Hallábanse los comensales a mitad de comida cuando un paje se aproximó a Gonzalo, hablole al oído y le entregó una carta, Pizala pasó a Carbajal, el demonio de los Andes, diciéndole muy quedo.- Lea vuestra merced y haga justicia, que en esta mesa hay un judas.-
Carbajal se impuso del papel, quedóse pensativo, y luego, como quien ha tomado una resolución, se levantó, tocó ligeramente en la espalda al capitán Diego Tinoco y le dijo - Sígame vuestra merced, pues tengo que hablarle, cuatro razones del alma.
Levantóse el convidado, salió con Carbajal y ambos se entraron en uno de los aposentos de Palacio.
Las libaciones menudeaban y el gran banquete crecía en animación todos brindaban por las glorias futuras de Gonzalo Pizarro, su caudillo, su amigo.
Un cuarto de hora después regresaba Carbajal al comedor trayendo una gran fuente cubierta, la que colocó en el centro de la mesa, diciendo: - A sazón llegan los postres, destape vuestra merced.- Martín de Robles levantó la tapa de la fuente, y todos, menos Gonzalo, lanzaron un grito de horror.
Allí estaba sangrienta, casi palpitante, la cabeza del capitán Diego Tinoco, así, con horror terminó esta cena memorable que nos la contó nuestro gran tradicionalista Ricardo Palma.
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