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CENTRO DE INVESTIGACIÓN DE LOS ANDES

99 FORO COCINA PERU

29 OPINION DE HELIANA PAGANI

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

por Heliana M. Pagani

Después de la propuesta de nuestro profesor decidimos, en el curso de historia de la gastronomía peruana que se dicta en el Instituto de los Andes, involucrarnos en la discusión gastronómica que inicio Iván Thays.

Cuando me dedico a escribir, algo que me gusta hacer cuando conozco el tema (tal vez por eso me dedico a redactar las experiencias que marcan mi vida, y quiero dejar plasmadas para el día que me empiece a fallar la memoria, más que de política, economía, fútbol o temas controversiales como el aborto, la desnutrición o la religión) no pongo barreras ni agresiones. No busco ofender a nadie, responder a nadie más que a mi misma ni iniciar un debate mortal, por lo cual voy a ser más que honesta al dar mi punto de vista sobre esta polémica gastronómica.

La primera vez que escuche el nombre Iván Thays no fue precisamente su nombre lo que escuche sino los mil y un apodos que por Facebook compañeros míos, estudiantes de gastronomía, posteaban y fue después, en éste mismo curso para el que escribo, que escuché los comentarios que hizo el escritor. Me pasé días leyendo los artículos posteados en el blog sobre las respuestas que tuvieron otros allegados a la cocina peruana al respecto y me di cuenta que la mejor manera de escribir este artículo era recurrir a la base y no llenar mi cabeza con ideas ajenas.

Recién termino de leer el artículo original que escribió Thays y realmente me parece que se le dio demasiada importancia a algo que se puede resolver fácilmente, al menos para mí, después de todo lo que escuche, hay una simple respuesta a su comentario.

Para dejar en claro, no soy peruana, nací hace 24 años en Argentina. Por lo que podríamos decir que soy casi un intermedio, aunque Thays es peruano claramente no se siente identificado con su país, él cual si se siente representado y orgulloso por su gastronomía.

Conocí el Perú a los 5 años de edad, dos años después de que mi mamá conociera a su esposo, el cual es de nacionalidad peruana pero vivió los últimos 20 años en Argentina. Conocí el Perú a través de él. No había muchas historias pero veía su emoción cada vez que mi mamá, en un intento por hacerlo sentir un poco más cerca de su amada tierra, le preparaba un ceviche o un chupe de camarones siempre que podía conseguir los insumos necesarios, lo cual no era nada fácil. De chica comencé a probar esos platos que para mí eran manjares y solo tenía 3 años de edad y cada vez que podía le pedía a mi mamá que los preparara.

Volví al Perú a los 13 años, viaje que hicimos en auto desde Argentina y conocí gran parte del sur del país en ese viaje, aunque no recuerdo mucho. Lo que sí recuerdo es que antes de partir mi mamá nos preguntó: ¿Qué les gustaría hacer cuando lleguemos a Perú?, a lo que respondí sin pensarlo: “Comer ceviche y chupe de camarones”.

Creo que la cocina peruana es fabulosa. Sus insumos, a mi entender, son de abundancia y calidad asombrosa y cada plato es una sensación diferente.

Hoy, a dos años de vivir en el país, no puedo imaginarme un domingo en el Perú sin comer un rico ceviche. Y no cualquier ceviche, ese ceviche que como todos los Domingos en el “huarique” que está a tres cuadras de la casa de mi novio, o esa leche de tigre más gourmet que sirven en él

“Verídico de Fidel”, o las almejitas a la chalaca que acompañan una buena Pilsen helada, o el ají de gallina que prepara mi suegra.

 Y no es solo cuestión de los domingos. Volvería a Arequipa solo para comer Cuy chactado (aunque cada vez que digo eso me responden: “y eso que todavía no probaste el de Moquegua” – cabe aclarar que mi suegro es de Arequipa y mi suegra de Moquegua, e aquí la razón de la respuesta) o rocoto relleno, o chupe de camarones (aunque, sin desprestigiar a los Arequipeños, en el Perú nunca probé un chupe de camarones que no sea delicioso) o el exquisito queso arequipeño, y eso que no soy muy amante de los quesos.

Creo que el mismo Thays en su artículo está respondiendo por qué no le gusta la cocina peruana. Su abuela no cocinaba, y lo más lindo de la cocina peruana es que los platos son tradicionales y se van mejorando poco a poco, pero el sabor es el mismo, es una tradición que une generaciones. El aroma que rodea a un plato trae los recuerdos de una infancia al lado de los fogones que usaba la abuela para preparar los platillos para agasajar a la familia y eso tiene un precio más allá de un plato gourmet. Cuando mi suegra prepara picante de camarones tiene un sabor extra al decir: "así los preparaba mi mamá", es un condimento más que hace de ese plato algo especial.

Por otro lado dice: “no conozco restaurantes, huariques ni chiringuitos donde preparan el mejor ceviche” ¿Cómo puede hablar uno de algo que no conoce? En el Perú se pueden pasar horas en una discusión, que nunca nadie tiene una respuesta correcta, de donde se come el mejor ceviche. Y al día siguiente van a corroborar quien tenía razón probando el de otro lugar distinto al que consideraban el mejor.

Para terminar creo que le dieron más importancia de la que realmente tiene el comentario de una persona que simplemente NO CONOCE la comida peruana. Porque a mi entender sin tradiciones, sin entrar en un huarique por que dicen que ahí se come el mejor ceviche, un plato ancestral en el Perú, y degradando todo lo relacionado a la pasión de un país simplemente no se puede ser PERUANO.

Mis respetos a Iván Thays por que en el Perú, como en la mayoría de los países, hay libertad de prensa y libertad de expresión, pero creo que se está perdiendo de algo maravilloso que tiene el Perú, su gastronomía.

Y para que  Iván Thays no se siente ofendido, y conociendo por su artículo que es amante de las pastas, lo invitaría a mi casa a comer los tallarines verdes que hace mi mamá con la receta de su suegra (que no va a encontrar en ningún restaurant de Perú) para que pruebe lo ricas que pueden ser las comidas hechas por las abuelas.

28 SAVE THE CHILDREN

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

El Informe de la ONG Save the Children

Hay zonas de Perú que parecen África. Eso asegura la ONG Save the Children en cuanto a las tasas de desnutrición infantil.

La organización divulgó esta semana su informe 'Una vida sin hambre: cómo combatir la desnutrición infantil' donde advierte que de no tomarse medidas la crisis alimentaria afectará a 450 millones de niños en el mundo durante los próximos 15 años. La desnutrición acaba con la vida de 300 niños cada hora.

Hay en Perú un 24% de desnutrición infantil, un problema que afecta a más de 700.000 niños. Y el país junto con India, Bangladesh, Pakistán y Nigeria fue seleccionado para una encuesta sobre el tema.

Son naciones que comparten una característica: el crecimiento económico en años recientes cuyos beneficios no se han sentido en todos los estratos de sus sociedades y entre los cinco concentran la mitad de los niños desnutridos del mundo.

Perú ha sido catalogado en algunos sectores como el 'milagro' económico de América Latina, por tener las tasas más altas de crecimiento durante varios años (60,2% entre 2002 y 2009).

Pero el auge no llegó a todos por igual en un país golpeado por la exclusión y la desigualdad.

'En los últimos años los distintos gobiernos han realizado políticas integrales y se ha reducido la desnutrición en el ámbito nacional pero se esconden grandes brechas, en zonas alejadas hay cifras de desnutrición similares a las de África. Hay zonas del país con 33% de desnutrición, con 49%, hasta hay zonas con 73%, en distritos de Huancavelica (en el centro-sur del país). Son cifras altas y alarmantes', le dice a BBC Mundo Teresa Carpio, directora de Save the Children en Perú.

Los que más sufren la desnutrición suelen estar en zonas andinas o rurales y ser población campesina que habla quechua.

'Devastadores e irreversibles'

El informe de Save the Children asegura que muchas familias no tienen dinero suficiente para acceder a carne, leche o vegetales algo que provocará retrasos en el desarrollo físico y mental de millones de niños.

La desnutrición, asegura la ONG, genera daños 'devastadores e irreversibles' debido a que la falta de alimentos nutritivos, las infecciones y enfermedades provocan que los cerebros de los niños 'no se desarrollen adecuadamente'.

Se estima que al menos 170 millones de niños en el mundo sufren un retraso en su crecimiento debido a la desnutrición.

Las encuestas fueron realizadas por la firma de opinión pública GlobeScan, cuyo director de investigaciones Sam Mountford, le dice a BBC Mundo que 'es claro que el alto costo de los alimentos se está sintiendo en la vida de las personas, 56% asegura que que redujeron la compra de comida, esto es más pronunciado en la población rural y en largas familias

'Casi un cuarto de la población rural a veces no puede alimentar a sus hijos en todo el día, eso es bastante sorprendente', agrega. Y el 25% de los consultados reconocen que sus hijos suelen quejarse de que la comida disponible no es suficiente.

Mountford recuerda que de acuerdo a los sondeos que GlobeScan ha realizado en Perú, el alto costo de los alimentos es uno de los temas que más inquieta a la gente: 68% de los consultados dijeron que en 2011 ésa fue su mayor preocupación.

Se informó que el 56% de las familias tuvo que reducir la cantidad de comida que compra y los encuestados reportaron que el 28% de los niños se queja de que no hay suficiente comida en sus hogares. También se reveló que el 13% de las familias permitieron que sus hijos dejen la escuela para trabajar y ayudar a pagar los gastos de alimentos.

El combate desde el gobierno

Tras su llegada al poder en julio del año pasado, el presidente Ollanta Humala declaró que el combate a la desnutrición infantil iba a ser una 'prioridad'.

Creó en octubre el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y desde el gobierno destacan que es la primera vez que existe una secretaría de Estado dedicada a reducir la pobreza y la desigualdad.

Entre otros programas, tiene bajo su égida el ya existente Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA), que busca prevenir la malnutrición de la población vulnerable menor a 12 años, y el Cuna Mas, que comenzará a funcionar en abril, cuyo objetivo será brindar atención integral a menores de tres anos en condiciones de pobreza.

Se espera que comience atendiendo a 75.000 niños.

'Hay que reconocer que se están desarrollando políticas pero todavía no se asignan los recursos económicos ni humanos suficientes. Necesitamos saber cuán es el costo económico real por niño para aumentar el presupuesto', asegura Carpio.

Mientras que el Ministerio de Economía destaca que la probabilidad de que un niño nacido en el 2011 sufra de desnutrición crónica es de 9%, menor en 2007 era del 16%.

27 OPINION SOLEDAD MARROQUÍN MUÑOZ

Foro: La Gastronomía Peruana

El éxito en el paladar

2011, a la conquista internacional

Por: Soledad Marroquín Muñoz

La gastronomía se ha convertido en el mejor lenguaje con el que dialogan los peruanos.

También es una de las principales cartas de presentación frente al mundo más interesado en nuevas propuestas, sabores y sensaciones.

Según los organizadores de la Conferencia Anual de Ejecutivos – CADE 2011 – una encuesta aplicada a los participantes obtuvo la respuesta más contundente registrada a la fecha: todos afirmaron que la gastronomía es el sector más innovador. La presencia de más de 400 mil asistentes a la megaferia Mistura, así como la realización de ferias gastronómicas en todo el país, lo reconfirman.

Aunque no se tienen estadísticas actualizadas de los restaurantes que abren y cierran, basta mirar los distritos de Lima y ciudades del país y comprobar que cada día aparecen nuevos locales y cadenas.

En el ámbito internacional, en marzo del 2011 la Organización de Estados Americanos - OEA – nombró a la gastronomía peruana patrimonio cultural de las Américas.

Su presencia es cada año más importante en la Cumbre Internacional de Gastronomía Madrid Fusión, como lo fue en noviembre 2011 en Gastronomika, San Sebastián, España. Este congreso llegó a la conclusión de que Latinoamérica es la cuna donde se gesta la revolución, y es el Perú, liderado por Gastón Acurio, quien la encabeza.

Otro logro indiscutible es la presencia de dos restaurantes peruanos – Astrid y Gastón y Malabar en la famosa lista de S. Pellegrino World’s 50 Best Restaurants. Esperamos el ingreso de otros más, así como la obtención de las ansiadas estrellas Michelin.

Perú es noticia en los medios gourmets internacionales. New York Magazine, The Daily Mealy y Traveler National Geographic, entre otros, lo recomiendan como destino turístico gastrónomico y hablan de nuevos restaurantes en el extranjero. Encontramos más referencias sobre el pisco en Askmen, Food and Wine Enthusiast. Quienes sentencian que nuestro espirituoso es una de los bebidas infaltables en el bar.

Una excelente señal que se refleja también en las exportaciones del destilado, que aumentaran en 120 % con un valor FOB de más de 3 millones de dólares.

También aumentaran sus exportaciones y lograran el reconocimiento de la comunidad internacional el Cacao y el Café.

El balance es muy positivo, pero es necesario resaltar algunos temas vitales que aseguren su futuro:

1 – La sostenibilidad y la protección de las especies, con información y difusión sobre las vedas.

2 – Urge contar con el mapa y el calendario de la biodiversidad.

3 – Promoción del comercio justo y responsabilidad social.

4 – Mayor control en los piscos utilizados en los recurrentes “pisco sours de cortesía”. La mayoría de las veces no son de calidad.

5 – Mejorar la calidad y el servicio del café en los restaurantes para que el festín tenga un cierre de oro. – Revista Somos 1307 – El Comercio

26 OPINION DE PATRICIO TAPIA

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

Tapia, Thays y una carta para Chile que debe leerse en el Perú

Diferencia del escritor peruano Iván Thays, el experto chileno Patricio Tapia es hoy un referente internacional en materia de bebidas alcohólicas. El editor de la guía Descorchados, Planeta Vino y conductor del Canal Gourmet se ha ganado a pulso un lugar estelar, no exento de polémica por su habitual franqueza.

La primera fue en noviembre del 2009 cuando publicó en Wilken - revista del diario El Mercurio- una nota afirmando la superioridad del pisco sour peruano sobre el chileno; tuvo elogios desmesurados en un país (el nuestro) y, tres años antes del inmisericorde apanado, una desaforada lluvia de críticas (en su país) de gente que leyó el texto a la ligera.

Tapia abría la nota con un categórico "Admitámoslo de una vez, el pisco sour peruano es mejor que el chileno, punto". Pero... al comparar pisco "peruano" con "chileno" le dio trato de producto genérico; meses después presentó en el canal Gourmet el documental "De Chile y Perú... el Pisco" donde el puerto de Pisco fue omitido, y semanas después "El espíritu del whisky: Escocia e Irlanda".  Su posición, aunque errada, estaba clara, pero pocos entendieron el fondo.

Tapia abrió fuegos el 2012 con otro polémico artículo (Revolucionarios mal paridos) en su celebrada wine web Vinorama. En él inicia una cruzada por el rescate del vino artesanal chileno. ¿La razón? En marzo del 2011 vinificó uvas syrah en viejas tinajas de arcilla sin añadidos de ningún tipo. El resultado, tras diez meses, es un vino que expresa la tipicidad ancestral chilena (aromas animales y sabrosa expresión en boca).

Para algunos conocedores un rescate invalorable. Para otros sofisticados su expresión aromática es fecal (gente sin corazón, Tapia dixit). En el seminario AWOCA 2012 fue directo: "Si Chile quiere ser tomado en serio en el contexto del vino mundial, a lo ya hecho se debe sumar una camada de productores pequeños que esté de espaldas al mercado y de cara a su origen, a su viñedo, a su visión del vino o derechamente a lo que les dé la gana".

Pocos días después, Bill St. John del Chicago Tribune sacudió la industria vecina con su "Letter to Chile" diciéndoles que la vieja historia del buen vino a precio razonable aburre y que la gente hoy quiere vinos que le hablen de su lugar natal, que solo el terruño puede contar su historia y que la personalidad de un lugar siempre estará allí.

¿Y en el Perú cómo andamos? Al parecer nadando contracorriente. Se quiere ser competitivos promoviendo el volumen y la reducción de costos en lugar de cultivar diferenciación y generar mayor valor;  este cóctel silenciosamente erosiona sus ventajas competitivas (singularidad del pequeño productor, tipicidad del pisco artesanal y ligazón a un terruño) y nos acerca al esquema commodity de mayor volumen/menor precio del cual Chile quiere salir. - Seamos autocríticos, seguimos cantando Perú Campeón y preferimos quedarnos en la lectura triunfalista de la nota de Tapia en el 2009 y es al Tapia del 2012 al que debemos prestar atención ahora que nuestros artesanos aún viven. Las bodegas pisqueras industriales solas no podrán triunfar en el mercado de alta gama y Chile (paradójicamente) nos ofrece un ejemplo de ello, la diferencia es que nosotros estamos a tiempo. (PERU21)

Y eso se traduce en diversidad. Mientras los pisqueros nacionales, las grandes cooperativas, se ufanan de su tecnología y de su estandarización, la misma que entrega una calidad constante, el pisco peruano, más artesanal, más atomizado, con el foco en la cepa, en el origen, es rico en diversidad sin el tema de la consistencia como bandera. Saquen ustedes sus propias conclusiones.   -Patricio Tapia

José Moquillaza y Ricardo Carpio

Las bebidas son parte de la vida de la sociedad y han acompañado sus momentos de gloria, de dolor y reflexión. Se obtienen de materias primas como uva, cereales, caña o frutas, y pueden ser fermentadas, destiladas o maceradas. Cosa curiosa, el flujo de estas bebidas tradicionales en tiempos de piratas y corsarios pudo sostenerse por una combinación balanceada de educación, pasión, ambición y organización.

Los peruanos hemos tenido el privilegio de heredar una bebida destilada con cuatro siglos de tradición productora: el pisco. Para que sea valorado, respetado y se convierta en fuente sustentable de riqueza e ilumine las decisiones de nuestros políticos y empresarios, es necesario conocer las singularidades, desarrollo y terruños de las bebidas más importantes del mundo.
Por eso nace Pisco y bebidas del mundo, espacio en el que Pepe analizará industrias y productos; Ricardo, sus usos, avances y retrocesos. Bebed (y leed)

25 OPINION DE MILAGROS AGURTO

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

 

POLITICAMENTE INCORRECTO

Por: Milagros Agurto – Revista Somos – El Comercio

Sábado 11 de Febrero del 2012-02-12

Dios perdona el pecado pero no el escándalo. En estos últimos días, se ha armado todo un barullo a raíz de los comentarios hechos por un peruano en el extranjero respecto a nuestra comida.

Tengo que reconocer que demore mucho en darme cuenta de que el personaje en cuestión era el conductor de un finado programa que era muy “culturoso”, pero también bastante soporífero.

Por mi parte, y con cronometro en mano, no resistía verlo ni por 30 segundos.

Periodistas de este país han dicho que los comentarios son un exceso, cocineros se han levantado y ahora hacen huelga de cacerolas caídas en señal de la mayor furia, otros han dicho que tenemos un frágil patriotismo y, en fin, es mejor no continuar con la cháchara.

El tema es que nos guste o no nos guste, los platos típicos de nuestro país, tal como se preparan en la actualidad y se expenden en los negocios, son ricos en condimentos, sales y grasas.

Cuando esta columnista ha tratado de convencer a un cocinero que puede preparar un ají de gallina sin tanto recutecu graso y calórico, prácticamente me lo han dicho. “Entonces ya no es un ají de gallina”.

En múltiples ocasiones he dicho que, dependiendo de la forma de presentación, la frecuencia de consumo y la cantidad de la porción, nuestra comida no seria tan indigesta, engordante, e incluso se salvaría de pagar impuestos.

¿ Y por qué es indigesta ¿ Varias pueden ser las razones, entre otras, la gran cantidad de aceite que se utiliza en la preparación del alimento, pero también los condimentos, muchos de ellos utilizados en cantidades navegables, como el ají panca, el comino y otros.

La grasa hace que el alimento se quede más tiempo en el estómago y que lo que conocemos como “vaciamiento gástrico” se retarde, produciendo pesadez posconsumo. Los condimentos aumentan muchas de estas molestias, especialmente cuando no están acostumbradas a ese tipo de comidas.

De ahí que muchos gastroenterólogos explican por qué algunos soportan y otros no este tipo de mezclas.

Todo dependerá de cómo hemos aprendido a comer. Lo que sí es cierto es que cuando un turista, acostumbrado a su sosa comida, viene al Perú y prueba nuestros manjares, realmente queda boquiabierto, pero después del megagrasoso tacacho, gaseoso tacutacu montado o una puca picante o un cuy chactado, es muy probable que su flora intestinal haya quedado en recogimiento, rezando el rosario en señal de penitencia.

Pero no todo es tan malo. También tenemos comidas digeribles, como el cebiche y el tiradito (podría ser también el sudado, ¿no?. En fin, hay muchos.

Finalmente, lo que dicen las abuelas es cierto. Dios perdona el pecado, pero no el escándalo. Y los trapitos ciertamente se lavan en casa.

Meterse con la comida, siempre he explicado, es atentar contra las bases del ser humano; y en psicología, estamos hablando de que la comida da pertenencia, estatus, que comemos por el yo, el superyó, el magayó y el todos los yo. Y aunque sea cierto, es mala idea, y demuestra muy mala onda, salir a otro país para hablar mal del tuyo, que te ha dado todo lo que eres y lo que tienes.

Algunos lo llaman ingratitud. Quizás ese es el escándalo y no tanto el pecadillo de decir que si comes fréjoles tendrás gases.

24 THAYS Y LA AUTOESTIMA

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

Al parecer, la autoestima peruana solventada por el discurso gastronómico es un globo tan frágil que hasta un comentario menos filoso que una cuchara de bebé la hace estallar en mil pedazos, escribió.

El escritor peruano Iván Thays volvió a postear en su blog para responder a los críticos y, de paso, cuestionar los insultos recibidos tras haber dicho, a través de su bitácora, que la comida nacional era "indigesta y poco saludable".

"Al parecer, la autoestima peruana solventada por el discurso gastronómico es un globo tan frágil que hasta un comentario menos filoso que una cuchara de bebé la hace estallar en mil pedazos", comentó en su blog.

"Y claro, después solo queda insultar hasta hundir al que osó destruir la zona de confort, convocar a los chefs del país para que declaren en mi contra, escribir miles de tweets y comentarios en FB para declarar que soy un Don Nadie, un escritor fracasado y un traidor a la patria. Mucha bulla para alguien sin importancia, digo yo", agregó.

En otro momento, Thays consideró más preocupante tener jóvenes veinteañeros que "no saben lo que fue Sendero Luminoso y no reconocen las siglas MRTA" "¿No se les ocurre decir algo al respecto o mejor seguimos con el linchamiento contra Thays, que es más divertido?", se preguntó el escritor.

"Si hay algo más indigesto que la comida peruana es el patriotismo de parroquia. Esta bulla mediática demuestra que el llamado "boom" gastronómico peruano no es ese elemento unificador de halo místico, generoso, sentimental y mestizo que se nos ha querido vender sino, al contrario, un elemento marginador, que exacerba el peor nacionalismo y las reacciones intolerantes, machistas, homofóbicas y chauvinistas de los peruanos que firman sus comentarios como "cholo soy"", reflexionó.

"Disentir de ese símbolo patrio recién parido que es la comida peruana merece el repudio y el amedrentamiento verbal, como solo se supone que debería ocurrir cuando uno arremete contra los símbolos patrios o religiosos en las dictaduras fascistas o el islamismo. ¿Es de eso de lo que los peruanos se sienten orgullosos? ¿De haber convertido al anticucho en nuestra esvástica?", agregó.

Acto seguido, cuestionó duramente que se recuerde este año el descubrimiento de la ciudadela de Machu Picchu en detrimento del centenario de José María Arguedas.

"Quizá podríamos empezar por discutir, por ejemplo, qué implica para la imagen que proyectamos de nosotros mismos que el 2011, el año en que se cumplieron cien años del nacimiento José María Arguedas, se prefirió celebrar el aniversario de cuando un gringo descubrió Machu Picchu gracias a unos guías indígenas cuyos nombres se han evaporado de los libros de historia", remarcó.

 

23 OPINION DE GUSTAVO FAVERON

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

Mi problema con Gastón Acurio

Hasta hace unos pocos días, mi problema con Gastón Acurio no era, en verdad, un problema con él (un tipo exitoso y de muchas maneras admirable en lo suyo), sino con la manera rebañesca, monótona, aburrida y hastiante en que los peruanos lo han convertido en el gran ícono de la peruanidad, desplazando a figuras que merecen mayor atención pero que, básicamente, son más difíciles de digerir porque no le hablan a nuestro estómago sino a nuestra inteligencia. No existe hoy un solo artista, escritor, intelectual, científico, político, humanista o científico social que ocupe el pensamiento de los peruanos de la manera en que lo ocupa Gastón Acurio, ni siquiera nuestro reciente Premio Nobel de Literatura.

En la imaginación de los peruanos, Acurio es una especie de renacentista resurrecto, capaz de todo: si escribe un discurso facilón y huachafo, con retórica de animador motivacional, sobre el pundonor del empresario futurista, el discurso se vuelve el texto más leído y elogiado del país. Se le ha dotado de un aura extraña en la que parece reunirse el artista con el hombre práctico, el patriota con el negociante, el compadrito con el héroe y el visionario con el ejecutivo. Una especie de ser quimérico perfecto para estos tiempos donde los libros de cuentas son la literatura más popular: un artista que produce dinero.

Y la verdad, claro, es que Gastón Acurio es un notable hombre de negocios que al parecer, además, resulta carismático: sus negocios parecen tocados por un halo de prosperidad que a la mayoría de los peruanos los deslumbra y, cosa curiosa, los hace sentirse orgullosos, entre otras cosas porque él mismo les ha hecho ver que el producto que él vende lo han construido ellos (aunque en verdad se los venda a ellos: he ahí la magia del negociante).

La prensa y la televisión, por supuesto, son los medios que mejor lo han acogido y, fuera del circuito restaurantero, son el negocio que más gana con él: una portada suya, la enésima entrevista, la centésima repetición de un programa de treinta minutos que duraría cinco si se editaran los “uhms” y los “wows” parecen absolutamente irresistibles para la audiencia peruana. Por eso, quizás, la noticia de que Gastón Acurio inaugura un restaurant en New York rebota en todos nuestros medios, pero las feroces críticas negativas de la prensa americana que juzga que ese restaurant es insufriblemente aburrido, no repercuten en ninguna parte.

(Dicho sea de paso: ¿será por eso que la única rama del universo culinario que Acurio no ha promovido en el Perú es la crítica gastronómica?).

En fin: es enteramente cierto que si en el Perú hubiera un número considerable de empresarios semejantes a Gastón Acurio, con la misma vitalidad y la misma entrega a su trabajo, nuestra economía estaría un poquito más viva y más llena de expectativas. Pero también es cierto que un país en el que un cocinero-empresario es permanentemente consultado sobre política, sobre economía, sobre producción, sobre nutrición, sobre educación y sobre artes, propuesto para la presidencia y mencionado como la voz oficial del sentido común, como si el hecho de haber separado las papas fritas de la carne en el lomo saltado lo volviera un nuevo Leonardo, un país en el que eso sucede, digo, es un país que ha perdido groseramente la perspectiva de las cosas.

Ahora, claro, viene el tema del famoso artículo de Iván Thays en un blog de El País. Como otros chefs, Acurio ha escrito ya alguna respuesta en su cuenta de Twitter: “La verdad que ni le hago caso ni sé quién es”, es lo que ha dicho Gastón Acurio sobre Iván. Cabe entender que si no le hace caso es porque no cree que su opinión sea válida. Siendo casi la única opinión conocida que va en contra de las celebraciones del boom gastronómico peruano, digamos que es un tanto altanero responder que simplemente no le hace caso porque no es alguien conocido para él. No sé en qué momento de imbecilidad colectiva la perfección de la comida peruana se convirtió en dogma indisputable del peruanismo. Pero eso, en verdad, no es lo que quiero subrayar, sino otra cosa. Quiero hablar de cuál es, ahora, mi problema con Gastón Acurio.

Gastón Acurio es, este 2012, uno de los miembros del jurado del concurso anual de cuento de la revista Caretas, un concurso tradicional, que lleva más de veinte años concitando la atención de escritores jóvenes y de escritores consagrados y que, de hecho, alguna vez ha convertido en consagrados a autores muy jóvenes y ha dado el primer impulso a sus carreras literarias. Un concurso que alguna vez ganara el gran Edgardo Rivera Martínez y sobre el cual, curiosamente, el mismo Thays escribió en su primera columna del blog de El País, apenas una semana antes.

¿Cómo y por qué es que Gastón Acurio acepta ser miembro del jurado de un concurso literario? La respuesta es, obviamente, que la revista le ofrece esa posición porque cree que su presencia mágica llamará a más lectores, que convertirá a sus comensales consuetudinarios en súbitos amantes de las letras. ¿Pero por qué acepta Acurio? ¿Y por qué debería la esfera literaria peruana aceptar que el chef-empresario tiene alguna idea de cómo decidir que una obra literaria es mejor que otra, más válida o más original o más valiosa o más encomiable?

Hasta donde yo sé, la única oportunidad en que Acurio ha tenido la ocasión de demostrar que tiene alguna idea acerca de la literatura que se escribe en el Perú en las últimas décadas fue cuando se le preguntó sobre la opinión de Iván Thays. Y su respuesta fue que no tiene la menor idea de quién es Iván Thays. Lo que es particularmente llamativo porque resulta que Iván Thays es, oh ironías de ironías, el más conocido y reconocido novelista peruano de la generación de Acurio.

Así que, si la idea es que Iván Thays no puede opinar sobre cocina porque no es un experto, porque a Gastón Acurio no le parece que su opinión sea válida (a pesar de que Iván, supongo yo, ha pasado los últimos cuarenta años comiendo tres veces al día y tiene papilas gustatorias y lo demás), si la idea es que Iván debe callarse la boca por aquello de zapatero a tus zapatos, entonces Gastón Acurio debería dejarse de sinvergüenzadas y reconocer que no tiene ninguna calificación para ser jurado en un concurso de literatura, y renunciar de una vez.

Porque, aunque para él esto resulte una novedad, quien ejerce el papel de jurado en un concurso literario, lo que está haciendo es ejercer una forma práctica e inmediata de crítica literaria, algo para lo cual hace falta conocimiento y entrenamiento, una forma de crítica para la cual no basta con “uhms” y “wows”. Hay una razón por la cual los jurados literarios se forman con escritores, críticos y editores y no con las primeras cuatro personas que pasen por la vereda de enfrente.

Flaco favor le hace Caretas a sus concursantes diciéndoles que su trabajo va a ser juzgado por alguien que no tiene manera alguna de hacerlo con un mínimo de legitimidad. Pero más flaco es el favor que le hace Acurio a los peruanos si, al mismo tiempo que infunde una ética de trabajo profesional en su área, corrompe el profesionalismo y la seriedad de otras áreas en las que simplemente no tiene nada que hacer: lo siento mucho, un chef no es un artista ni un intelectual y en algún momento los artistas y los intelectuales peruanos deberían hacérselo saber. La literatura es idealmente para todos, pero la crítica literaria no lo es. Cocinero, a tus sartenes.

 

22 OPINION DE ABELARDO SÁNCHEZ LEÓN

FORO SOBRE LA GASTRONOMIA PERUANA

La poesía y la cocina peruana tienen un feliz vínculo: la creatividad, la absoluta falta de nacionalismo y la inmensa capacidad para absorber lo mejor del mundo. En gran medida, ambas son producto de la cultura criolla que tuvo que inventarse, desde un inicio, cuando se ubicó en un territorio completamente nuevo. Su desubicación le proporcionó olfato. El tacto necesario para desenvolverse con sigilo. Para pronunciar y buscar cada palabra y sazón con sumo cuidado. La finura, la sutileza, el color y el sabor son sus rasgos principales.

La poesía peruana no tiene una formación filosófica como podría ser, en buena medida, la anglosajona. No es una poesía racional. Quizá César Vallejo y Martín Adán sean los más próximos a esta tendencia, pero lo que brilla en ellos es la música, sea áspera o barroca. Nuestra poesía viene de una tradición que la vincula más a la cocina. Por más intimista o hermética que nos parezca, es una poesía que invita a la fiesta y a compartir la hora mágica de preparar los potajes. Hasta un poeta tan austero como Carlos Germán Belli le rinde honores al bolo alimenticio. Claro, poetas como Cisneros o Hinostroza han hecho del paladar toda una poesía. Y José Watanabe llama al perro para que se acerque al fogón y comparta esa intimidad alrededor de la comida.

La comida nos define en toda nuestra variedad. Imposible encontrar al peruano único. La división regional, cultural, étnica nos brinda todo tipo de comida. La identidad de las personas –dime lo que comes y te diré quién eres– pasa por la cocina, sea en Francia, Italia, Brasil, India, China, el Perú. Uno puede comer a la volada, sentado, por placer, usando solo la cuchara y el táper o acompañado de un vaso de vino. La comida chatarra nos envicia, nos engorda, nos enferma. Pertenece a las grandes cadenas internacionales y busca un paladar globalizado. Está dirigida a los niños, a los muchachos y a la gente solitaria de las grandes urbes. En cambio, la comida peruana se encuentra arriba y abajo. Se adapta a cualquier lugar, puede ser de mar, de diversos piqueos, con carne o pato y arroz. Quien gusta comer, gusta de la amistad, del amor, de la risa, de los brindis. Lo que engorda es la chela, el pan, el chancay y la galleta. Lo otro es felicidad pura. Grandes almuerzos y excelente poesía.